jueves, 27 de marzo de 2014

Se cumplen 30 años de la desaparición forzada de Gustavo Morales y Rolando Vindel



Por Marvin Palacios

A través de un foro y de una jornada cultural, el Sindicato de Trabajadores del Patronato Nacional de la Infancia (SITRAPANI) honró la memoria de Gustavo Morales, uno de sus más prominentes dirigentes, desaparecido en esta capital por escuadrones de la muerte el 18 de marzo de 1984.

Los restos de Gustavo Morales fueron exhumados el 26 de octubre de 1995 en la aldea San Martín, El Maguelar, Danlí, El Paraíso.

Al hacer uso de la palabra, el presidente del SITRAPANI, Dagoberto Posadas expresó que la desaparición de Gustavo Morales obedeció a la doctrina de seguridad nacional en Honduras, implantada por el Departamento de Estado de Estados Unidos y ejecutada por las Fuerzas Armadas (FFAA).

“Gustavo Morales fue uno de los sacrificados, un día antes del día del padre, lo hicieron abandonar a sus tres hijos, Mario Iván, Mariela Iveth y Arturo Zeledón, quedaron pequeñitos, ahí están las compañeras del COFADEH que anduvieron reclamando a su padre, hasta que muchos años después apareció muerto”, dijo Posadas.

Añadió que Gustavo dejó una huella de lucha, nosotros siempre decíamos, ¿por qué mataron a Gustavo?, ¿qué problema hay en desear que los niños y las niñas coman los tres tiempos, que vayan a la escuela, que tengan acceso a salud, a calidad de vida?, por eso luchaba Gustavo Morales y por eso se lo llevaron a las ergástulas y por eso lo asesinaron; porque fue un vil asesinato y secuestro el de nuestro compañero Gustavo Morales y vive en nuestros corazones porque reconocemos que gracias a él tenemos también las pocas conquistas democráticas que hay en nuestro país.

En representación del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), intervino Noemí Pérez, una de las fundadoras de dicho comité,  quien resaltó la importancia de mantener la memoria histórica sobre los desaparecidos y desaparecidas, en este caso de Gustavo Morales y Rolando Vindel.

El mismo 18 de marzo de 1984, cuando transitaba por el parque La Leona en Tegucigalpa fue secuestrado Rolando Vindel. Se afirma que el subteniente Idelfonso Oliva y otro efectivo militar lo encañonaron con sus armas de reglamento.

Rolando Vindel era el presidente del Sindicato de Trabajadores de la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (STENEE) y aquella mañana de su secuestro y posterior desaparición, se encaminaba a continuar las discusiones con la patronal en torno a la cláusula económica  del Contrato Colectivo de Trabajo.

En la negociación del año anterior había sido capturado, puesto en cautiverio y torturado para que aceptara la imposición de cláusulas lesivas a los intereres de sus compañeros y compañeras y por supuesto favorables a la empresa.

La jornada cultural contó con la presencia de la directora ejecutiva del PANI, Golda Santos, el subdirector ejecutivo Jorge Coello, el presidente del SITRAPANI, Dagoberto Posadas junto a miembros de la junta directiva del sindicato e invitadas especiales como la coordinadora del Consejo Cívico de Organizaciones Populares de Honduras (COPINH), Berta Cáceres,  el pastor de la iglesia evangélica Ágape, Rigoberto Ulloa y la fundadora del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Noemí Pérez quien asistió en representación de la coordinadora general Berta Oliva.

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