lunes, 3 de diciembre de 2012

Virgilio Paredes despide a empleados que habrían participado en paro de labores del IHAH




En su torre de marfil, muchos individuos no percibieron el instante de peligro y creyeron que no los alcanzaría la consigna ¡muera la inteligencia! proclamada por la Ministra de Cultura de facto Myrna Castro y el engendro del golpe de Estado en la gerencia del Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), Virgilio Paredes.  En el momento del golpe de Estado de junio de 2009, destacados funcionarios de la Secretaría de Cultura, Artes y Deportes (SCAD) y del IHAH que se opusieron al gobierno de facto y a las acciones oscurantistas de Castro fueron destituidos de sus cargos.  A muchos o algunos no les importó que sus jefes o compañeros de labores fueran ilegalmente removidos, no se solidarizaron, y no denunciaron los atropellos del régimen espurio porque no eran sindicalistas, comunistas o de la Resistencia.  Algunos que antes callaron hoy están siendo afectados.  Paredes, con el contubernio de la SCAD y apadrinado por el jefe de la Secretaría de Interior, continúa los esfuerzos por desarticular el sector cultura, despidiendo personal competente en el IHAH.


La administración de Paredes, con documentada evidencia, ha sido denunciada por el Sindicato de Trabajadores del IHAH (SITRAIHAH) ante el Consejo Directivo del IHAH por abuso de poder, falta de gestión y negligencia administrativa; una comisión de mismo consejo corroboró esas denuncias.  El SITRAIHAH después de “haber agotado todas las instancias de solución de crisis financiera e institucional” decidió en Asamblea permaner en paro de labores alrededor de 14 días a comienzos del mes de noviembre. 
Esta fue la primera vez que en 60 años de vida institucional, los empleados del IHAH, como explicaba en un comunicado el SITRAIHAH, se han visto en la necesidad de demandar al Ejecutivo “el respeto a las leyes internas, nacionales y especiales que establecen los mecanismos para defender y proteger el Patrimonio Cultural de los hondureños. Esta lucha no conlleva reivindicaciones salariales ni de contrato colectivo, es el reclamo al cumplimiento de las leyes y la defensa de los objetivos y misión para los cuales fue creado el IHAH en 1952.”
En respuesta a tales demandas, el autoritario Paredes el pasado 16 de noviembre despidió a cinco empleados que él considera participaron en el paro de labores del IHAH: a la jefe de la Unidad de Recursos Humanos y su asistente, a los subgerentes de Administración y Finanzas, de Patrimonio y al jefe de la Unidad de Informática.  Paredes ha ignorado el acuerdo de conciliación convenido entre una Comisión del Consejo Directivo del IHAH, el SITRAIHAH y la Secretaría de Trabajo, en cuyo punto 11 establece que las autoridades del IHAH no tomarán represalias contra los empleados que tomaron parte de las acciones en defensa de la institucional del IHAH.  Es muy probable que los empleados sean restituidos en sus cargos ya que el despido es improcedente porque se ha efectuado en el marco de un proceso de conciliación laboral.
Lo que es preocupante es la intención de Paredes de dejar acéfala la subgerencia de Patrimonio, la dependencia del IHAH a cargo de la ejecución y la supervisión de investigaciones científicas del patrimonio cultural de la nación, lo que refleja el nulo compromiso de Paredes de cumplir con la misión del IHAH.  La persona que ocupaba ese cargo tiene un doctorado en antropología y acreditada experiencia en los campos de sus funciones.  Al destituir a personal calificado, Paredes mata dos pájaros de un tiro, quitar del medio a posibles candidatos que aspiran a sucederlo en la Gerencia, y arrebatar las funciones técnicas que le competen a los expertos y decidir sin reservas (y con absoluta impericia) sobre asuntos cardinales que podrían poner en riesgo la investigación, la protección y la conservación de los bienes patrimoniales.  Lo que persigue es continuar con el debilitamiento institucional del IHAH iniciado en la administración del panameño Maduro (y revertido en el gobierno de Zelaya) y servir a los intereses oscuros de señores y caciques regionales.

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