sábado, 29 de diciembre de 2012

La prensa revolucionaria en la era 2.0



Por Manel Ros

Internet parece que han dejado en segundo plano a la prensa en papel. Este artículo analiza la realidad tras esta afirmación y el papel de la prensa revolucionaria y las redes sociales.

Internet y las redes sociales han tenido, y tendrán, un gran impacto sobre la sociedad. La rapidez con la que puede viajar la información a través de la red es insuperable por parte de cualquier medio físico. No es nada extraño pues que el periódico en papel pueda parecer una cosa del pasado, con poca o ningún tipo de relevancia hoy en día. Pero, ¿es cierto esto? Miremos algunas cifras. 



Según el Barómetro de Hábitos de Lectura de 2011, en el Estado español el 77,6% de la población lee periódicos. Mientras que es cierto que, respecto 2010, la cifra ha bajado un 0,5%, se mantiene un claro aumento respecto al 2009. Por otro lado, en el estado tan sólo un 34,9% lo hace en soporte digital.

¿Quiere decir eso que no hay nada de cierto en el aumento de la lectura digital? Ni mucho menos. En el Estado español la lectura en soporte digital ha subido 4,9 puntos entre 2010 y 2011, llegando al 52,7%. A la vez hay que tener en cuenta el fuerte aumento estos últimos años de la lectura de webs, blogs y foros que llega al 42,7% a nivel estatal.

Todas estas cifras nos ayudan a situarnos mejor en el debate sobre la prensa en papel en la era 2.0. Pero, sobre todo, nos ayuda a tumbar algunos mitos muy extendidos, y poder afirmar que no sólo la lectura de periódicos no es nada baja, sino que, además, se hace, mayoritariamente, sobre papel. Todo esto, como también indican los datos, no quiere decir que las redes sociales y los soportes digitales no tengan importancia hoy en día, puesto que los lectores digitales aumentan año tras año, pero sí que indica que, como mínimo, el papel tiene una importancia nada despreciable. 



¿Qué tipo de prensa?
Por su parte, y más allá del soporte en papel o digital, las redes sociales y los medios de comunicación alternativos (entendidos como una alternativa a los grandes medios) están creando muchos problemas al resto de empresas de la comunicación que, hasta ahora, habían mantenido el monopolio de la información. Exponer información que los medios no sacan por intereses, como, por ejemplo, la huelga de hambre de Telefónica, o hablar de temas de los cuales no se habla nunca, como por ejemplo el trabajo de la revista Cafè amb llet destapando la corrupción política en la sanidad catalana, es algo no sólo necesario, sino, además, imprescindible para mantener realmente informada la población. Pero, ¿es suficiente para construir un movimiento capaz de acabar con el capitalismo? 



A diferencia de la prensa alternativa o de contra información, la prensa revolucionaria no sólo pretende informar, sino que pretende a la vez crear organización, conectar activistas y tratar de influir en las luchas. El periódico revolucionario sirve para interactuar con las personas que lo compran y organizarlas alrededor de ciertas ideas. Cuando alguien compra un periódico como este, no sólo recibe información de lo que pasa, sino que también recibe una serie de ideas de cómo hacer avanzar las luchas y cómo poder llegar a organizar la resistencia en barrios o centros de trabajo.

Las redes sociales, blogs o webs tienen una gran capacidad para transmitir información e ideas de forma muy rápida, a la vez que crean red. Pero, al mismo tiempo, tienen la limitación de poder intervenir in situ de forma efectiva en ciertos lugares y momentos claves que todo proceso de transformación social sin duda vivirá. La agitación en las calles y movilizaciones, contactar con la gente más dispuesta a luchar en los centros de trabajo o confrontar a los fascistas en los barrios, establecen una serie de relaciones políticas y debates sobre cómo podemos cambiar el mundo con los posibles lectores, que las redes sociales, blogs o webs no pueden, al menos actualmente, llevar a cabo. 



A diferencia de otros momentos en la historia, donde la prensa revolucionaria, como el Ordine Nuovo de Antonio Gramsci, La Batalla del POUM, o el Black Panther del Partido de los Panteras Negras, tenía una fuerte influencia en los movimientos, actualmente esta prensa no es ni la más influyente ni la que tiene más circulación. A pesar de eso, esto puede cambiar en cualquier momento. 



Las situaciones de gran inestabilidad política como la actual se caracterizan por grandes subidas y bajadas en la lucha. Es en estos momentos que se hace necesaria una prensa que no sólo hable de las luchas, sino que forme parte de ellas y tenga una cierta influencia en los debates, impulsando las ideas socialistas y revolucionarias. En estos momentos estar implantados en las redes sociales y tener una buena audiencia digital será fundamental, pero será igual de importante o más, tenerla también en la calle, las manifestaciones y los centros de trabajo.

No podemos saber si será suficiente tener esta prensa bien enraizada en las luchas, pero lo que es seguro es que, como se ha demostrado durante otros momentos históricos, será clave para construir un movimiento capaz de ser una amenaza real al sistema.

* Manel Ros (@manelrosalvador) es militante de En lluita / En lucha

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