lunes, 24 de diciembre de 2012

Gobernabilidad y convivencia democrática


Radio Progreso

Casi en las vísperas de la Navidad se da a conocer la “Consulta Nacional sobre Gobernabilidad y Convivencia Democrática”. Y, aunque ya nos vamos habituando a este tipo de trabajos, es bueno detenerse en ellos tratando de apropiarnos de los datos que nos aportan. Normalmente nuestra manera de ver la realidad se va moldeando por los medios de comunicación y tenemos una visión social deudora del entorno social y mediático en el que estamos inmersos. Sin embargo, una cosa es “lo que nos dicen qué es la realidad social” y, otra muy distinta, “lo que nosotros decimos que es la realidad social”, cómo la vemos y nos situamos ante ella. Por ello son importantes las “consultas” y los “sondeos de opinión pública”.
¿Qué busca esta “Consulta Nacional”?. Ofrecer una mirada diversa sobre temas que afectan a todos los hondureños: la confianza en las instituciones públicas y sociales; la tolerancia y la discriminación; la seguridad; la participación social y las protestas y movilizaciones. Pero como se fija en una temática muy amplia nos fijamos solamente en aquello que nos parce relevante.
Primeramente se fija en los niveles de desconfianza respecto a los políticos y a las instituciones políticas, como el Congreso. Y se nos dice que la desconfianza viene dada por la corrupción, la violación a los derechos humanos, la impunidad; la falta de trasparencia en el quehacer público; una institucionalidad débil y frágil; una función pública que se concentra en la legalidad pero no en la legitimidad; la incoherencia entre lo que se dice y lo que se hace; la ausencia de voluntad política para mejorar y fortalecer las instituciones; los altos niveles de violencia vinculados al crimen organizado.
Debido a la importancia que tienen los medios de comunicación para nuestro trabajo de comunicadores y su influjo en la sociedad la consulta nacional dice que son espacios abiertos cuando lo que difunden coincide con lo que les interesa o conviene, y espacios cerrados si sienten amenazados sus intereses con la difusión de determinadas informaciones; pasan por varios filtros: los periodistas, los directores y los dueños; su credibilidad es relativa, porque son selectivos, sesgados y parcializados; son espacios de corrupción; su papel debe ser más de análisis y de apoyo a la ciudadanía para que pueda participar en la problemática nacional.
Y si terminamos recogiendo lo que se dice de las autoridades religiosas tenemos que “no son interlocutores para la ciudadanía. Sus temas son espirituales, y no materiales, ni sociales; “muchas iglesias no están conectadas con la realidad social y no fortalecen la organización social”; su credibilidad es relativa. Hay muy buenas – muchas veces figuras anónimas- y otras que tienen actitudes mercantiles, están a merced de grupos de elite, involucradas en la política o instrumentalizadas por el gobierno; después del golpe de Estado perdieron prestigio.
La “Consulta nacional” señala dos conclusiones: “una preocupante brecha entre la masa crítica y el ciudadano de a pie” y, por otra parte, el que “los entrevistados cuestionan el control del Estado por parte de los grupos de poder que se colocan por encima de la ley y que vuelven normal lo anormal, estructural lo coyuntural, permanente lo pasajero, quebrantable la ley e intocable su fuerza”.
Desgraciadamente por razones de espacio apenas hemos dado unas pinceladas de la Encuesta Nacional sobre Gobernabilidad y Convivencia Democrática. Pretendemos sencillamente decir que si estamos a finales de año es algo que merece tenerse en cuenta puesto que nos presenta una “opinión cualificada de la ciudadanía” acerca de la realidad nacional la cual muestra, aparte de la crítica a la clase política del país, el crecimiento de la conciencia ciudadana por transformar e incidir en una realidad social ahora negativa y distorsionada.

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