jueves, 13 de diciembre de 2012

Entre golpistas de Estado te veas




Por Galel Cárdenas

El partido LibRe no debe inmiscuirse en una discusión donde los golpistas amenazan a los golpistas del 28 de junio del 2009. La frase tigre no come tigre ahora mismo es un axioma que pronto podrá verse dilucidado.

La Embajada Americana no ve la necesidad de un golpe de estado porque como dijo ya mi amigo don Julio Escoto, el golpe de estado reside ahora en las urnas, en el fraude, en lo que habrá de suceder en los doce meses del año 2013.

La podredumbre de la policía nacional está determinada por la podredumbre de los otros órganos administradores de la justicia nacional, desde el Congreso de la república hasta el último juez venal que existe en nuestro país por disposición de la élite de las familias que gobiernan la nación.

La Corte Suprema del país está cumpliendo con los roles que le han asignado las familias, los partidos, las fuerzas armadas, fuente de alimentación del equilibrio del poder público en Honduras.

Tales contradicciones que ahora parecen insalvables son solamente fuegos pirotécnicos que desvían la atención de un problema grave que es la contradicción no antagónica que se suscita en el partido nacional para designar el continuismo respectivo.

Sucedáneo y protagonista del golpe que derribó a Mel Zelaya, como buen intermediario del mismo, el presidente Lobo Sosa sabe que él sólo puede actuar hasta donde los hilos oscuros que lo sostienen y lo colocaron en la silla presidencial, le permitan al menos alguna vez quejarse de su propio destino político al frente de la nave del Estado y de la quilla del gobierno azul que ha resultado un fracaso completo como derivación de la violación todas las leyes constitucionales que establecen que la traición a la patria es un acto penal imprescriptible.

Enredados en su propia maraña de fraudes, manipulaciones, digresiones, intrigas palaciegas y ambiciones políticas desmedidas, los golpistas se encuentran en el verdadero ovillo del descalabro financiero en que han colocado al país.

Las contradicciones entre golpistas son contradicciones que no conducirán a una consulta popular, dado que no se darán con su misma piedra en sus propios dientes.

No se atreve el presidente del Congreso a abrir para ellos la caja de pandora de su perdición política. Porque a lo mejor la Casa Blanca y su extenso brazo diplomático en Honduras ve con malos ojos esa perspectiva popular que para la democracia partidaria elitista de la nación es una opción cerrada.

Golpista no come golpista sería la otra regla del pensamiento conservador de los partidos tradicionales, y el postulado que se deriva podría ser, golpistas se entienden con golpistas.

De allí que en los próximos días habrá un buen humo blanco que habrá de dibujar las más expresivas sonrisas entre quienes han asumido que el golpe de estado es la línea de la sucesión presidencial, disfrazada con elecciones fraudulentas al estilo Honduras de los años 70s.

El partido LibRe entre tanto debe preparar las estrategias y las tácticas que habrá de ejecutarse para evitar el gran fraude electoral que los golpistas están afinando mediante sus representantes en el TSE, “garante de todo proceso eleccionario nacional” a fin de que doña Xiomara Castro no llegue al poder político de la nación.

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