martes, 4 de diciembre de 2012

VIH/SIDA en Honduras: Por una ley más inclusiva



A Mecate Corto

Llegar a cero, cero discriminación, cero estigma y cero nuevas infecciones es el mensaje que se quiere dar este 1 de diciembre día mundial de la lucha contra el SIDA, según Rosa Gonzáles de la Funda­ción Llanto, Valor y Esfuerzo, Llaves.

El Día Mundial de las respuestas contra el SIDA se conmemora el 1 de diciembre de cada año desde 1988 para dar a conocer los avan­ces contra la pandemia de VIH y Sida que desde ese entonces ha co­brado la vida de más de 25 millones de personas en el mundo, lo que la hace una de las epidemias más des­tructivas registradas en la historia.
Solo en Honduras el VIH ha matado a 1,700 personas en lo que va del año mientras las más de 30 mil personas infectadas viven en las sombras del anonimato por la discriminación y el estigma. Sin embargo, su vida se convierte en una lucha diaria, por un sistema de salud más eficiente, por la defensa de sus derechos y por vivir la vida de una nueva forma.

En Honduras se estima que 3 nuevos casos se registran a diario en centros de salud. La población más afectada se sitúa en las edades de 20 y 39 años, estando hombres y mujeres casi en el mismo rango.
Solo en el municipio de El Progreso, lugar donde se dio el primer caso de VIH en 1984, se reciben en el hospital a diario unas 20 personas infectadas y hasta la fecha van 41 casos nuevos. La doctora Lenis Funes, encargada de este centro asegura que a las personas que se avocan no les falta el tratamiento, sin embargo más de la mitad de las personas diagnosticadas no asisten al Centro de Atención Integral, CAI.
“Hasta ahora se han registrado 744 personas con VIH en este centro pero activos solo hay 329, el resto está en abandono”, expresó Fúnez quien además aseguró que en el trabajo de prevención hay un atraso por falta de personal.
Según la doctora, el 90% de los an­tirretrovirales los compra el Estado y siempre ha habido abastecimiento. Sin embargo la organización ONUSI­DA asegura que en el país solamen­te hay cobertura médica para el 50% de la población viviendo con VIH y SIDA. Las áreas rurales son las más vulnerables en el trabajo de prevención y en el de tratamiento.
El tratamiento antirretroviral consiste en medicamentos que combaten la infección del VIH reduciendo su duplicación en el cuerpo, no es una cura pero permite a las personas infectadas estar saludables, sin embargo es importante el tratamiento para infecciones oportunistas que aumentan el riesgo de una recaída y en el país existen 21 personas con VIH que necesitan un tratamiento de rescate, que es la tercera y última alternativa del tratamiento antirre­troviral que utilizan las personas que viven con VIH.
Según Rosa González de Fundación Llaves, quien también vive con el VIH, el Estado haya implementado los Centros de Atención Integral, esto no garantiza que realmente haya un acceso a la salud integral.
“Al menos deberían tener un médi­co, una enfermera, trabajador so­cial, personal de apoyo psicológico y un laboratorio, pero en el área rural muchos solo tienen una enfer­mera, no existen laboratorios, nunca hay medicamentos para infecciones oportunistas, ni en los hospitales las ciudades, uno sale con su receta y a comprar a la farmacia”, asegura González quien ya lleva 20 años de vivir con VIH y 13 de estos trabajan­do por la prevención y defensa de los derechos de quienes viven tam­bién esta enfermedad.
Rosa asegura que una persona puede gastar por menos unos 500 lempiras solamente en estos últimos, el problema es que el 60% de los pacientes no tienen un trabajo por la discriminación en las empresas.

Llegar a cero 
Rosa González trasmite vida y energía al hablar, sus ojos brillan y habla suelta, entre risas y gestos que de­muestran su compromiso con el país, este año se une a esa exigencia de llegar a cero, cero infecciones, cero discriminaciones y cero estigmas.
Hace 4 años Rosa perdió a su es­poso Allan Dunnaway, cofundador de Llaves y ha quedado con su hija y la misión que forjaron en familia. “Poco a poco se van construyen­do espacios, recibir un diagnóstico ahora no es lo mismo que hace 20 años, pero por lo que luchamos es porque ya no hayan diagnósticos, que haya información sobre cómo prevenir porque en los mismos ho­gares las mujeres están desinformadas, los jóvenes también”, expresó.
Para González, una de las grandes deficiencias que tiene nuestro siste­ma es que las políticas públicas están enfocadas a lo que dicta la iglesia y eso a veces es una gran limitante en el tema de la educación sexual y parar la incidencia de esta enfermedad.

Por una ley más inclusiva 
Aun estando en vigencia la Ley Especial de VIH/SIDA, en los grupos menos protegidos están las trabajadoras del sexo mujeres y hombres, la comunidad lésbico, gay, transgénero, bisexual (LGTBI) y las mujeres amas de casa que por la falta de acceso a sus derechos y la discriminación, son aisladas.
Claudia Spellman, del colectivo Unidad Color Rosa asegura que la Ley no es tan específica y excluye a la comunidad LGTBI, además no contempla garantías para el acceso a la salud y el respeto a los derechos humanos de las personas con VIH.
La ley tampoco contempla la atención no discriminativa en los centros de salud ni la exclusión en los trabajos.
Mario (nombre ficticio) es ejemplo de esto, se dio cuenta que tenía VIH cuando le pidieron este examen en una empresa bancaria donde había pedido trabajo y le fue negado, por algún tiempo no buscó trabajo por miedo a ser rechazado, muchas veces hasta pensó en mentir. Su sueño era pertenecer a una congregación religiosa y allí también le cerraron las puertas, su juventud ha estado marcada por la falta de oportunidades.
Actualmente, diez y nueve organizaciones en defensa de los derechos humanos luchan por la reforma de esta Ley y porque se mejoren las condiciones de vida de su comunidad.

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