jueves, 28 de febrero de 2019

Cuba plural



Por Osmany Sánchez

La llamada “disidencia” cubana es uno de los grupos más desprestigiados de la historia. El propio gobierno norteamericano reconoce que están desconectados de la sociedad, que solo piensan en las visas y el dinero. A pesar de toda la maquinaria mediática que tienen detrás, no han logrado en todos estos años debilitar al gobierno cubano. Ahora hacen campaña para que la nueva constitución no sea aprobada porque dicen que en Cuba no hay pluralidad.

Es imposible que no exista pluralidad en un país donde millones de personas participan y opinan con total libertad sobre documentos tan trascendentales como la propuesta de lineamientos económicos o la propia constitución. Cientos de miles de intervenciones y opiniones demuestran lo plural de nuestra sociedad, lo que sucede es que para los “disidentes” solo hay pluralidad cuando se elige la opción del capitalismo y en el caso de Cuba el capitalismo tercermundista, como todos los países del área. porque es el que nos tocaría, no el noruego o el canadiense.

Muy contentos están ahora con la llegada de Jair Bolsonaro a la presidencia de Brasil, al que llaman demócrata y luchador por los derechos humanos. Es curioso que critiquen a Cuba por tener un solo partido y por blindar constitucionalmente al país contra el capitalismo, cuando ellos demuestran que si tomaran el poder algún día no dejarían piedra sobre piedra en Cuba. ¿Exagero? Verán que no.

El demócrata Bolsonaro ha declarado una verdadera cruzada contra el comunismo y la izquierda en general. Ha afirmado que hará una limpieza a fondo en Brasil y acabará con “los marginales rojos”, que serían “borrados del país”. Entre sus propuestas está la de tipificar como terroristas al Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) y al Movimiento de los Trabajadores Sin Techo (MTST). Como de tal palo tal astilla, el diputado Eduardo Bolsonaro, hijo del presidente, dijo que “basta con un soldado y un cabo para cerrar el Superior Tribunal Federal (STF)”

Pero hay más. El propio Eduardo Bolsonaro presentó el proyecto de ley Nº 5358/16 que propone criminalizar la apología al comunismo y el fomento a la lucha de clases y condenaría a penas de dos a cinco años de cárcel y multas a quien “comercialice o distribuya símbolos de propaganda que utilicen la hoz y el martillo, o cualquier otro medio de divulgación favorable al comunismo.”

Los cubanos ya vivimos esto cuando Cuba era “libre y democrática” pues en Cuba existía el Buró de Represión de Actividades Comunistas (BRAC) que bastantes jóvenes asesinaron durante la dictadura de Batista, la misma etapa añorada por los “disidentes” y sus patrocinadores.

No son solo los Bolsonaros los demócratas, también la diputada Ana Carolina Campagnolo pide que se permita que los estudiantes puedan denunciar a los profesores que expresen opiniones críticas sobre el presidente electo. Han llegado al extremo de sembrar odio contra las ideas del eminente pedagogo brasileño Paulo Freire cuyo legado quieren expurgar en las escuelas de ese país.

A esto debemos sumarle las amenazas de Bolsonaro a los medios de prensa que lo criticaron durante la campaña.

¿Es Cuba un país plural? Depende del cristal con que se le mire. Para los que creen que pluripartidismo significa democracia y que el imperio de medios de comunicación esté en manos de unos pocos significa libertad de prensa, definitivamente no lo es. Para la gran mayoría de los cubanos sí. Pensar que la revolución se ha mantenido durante sesenta años sin el apoyo del pueblo es un gran absurdo. Basta conocer solo un poco de la historia de Cuba para saber que cuando un gobierno no ha sido aceptado, fue sacado del poder. Machado y Batista son dos ejemplos.

Nadie que se defina como revolucionario puede estar de acuerdo, ni tangencialmente, con el discurso de la contrarrevolución cubana. Ellos podrán simular querer lo mismo que nosotros, pero habría que ser muy ingenuo para creerles.

Hoy nos toca aprobar la constitución y seguir construyendo un país cada día mejor. Podemos tener discrepancia con uno o varios aspectos, pero la constitución es para todos. El momento de opinar ya pasó y lo aprovechamos. No empleemos más palabras que las necesarias, digamos por lo claro que daremos el sí a la nueva constitución. #YoVotoSi

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