viernes, 22 de febrero de 2019

Grupo campesino Buenos Amigos destaca el valor de la agricultura orgánica



Según Yamileth Hernández, una de las campesinas del grupo Buenos Amigos, lo que buscan es lograr tener un lugar donde vivir con sus familias, porque ninguna de las personas que integran el grupo tiene casa propia donde vivir. Tampoco trabajo ni comida, por eso están luchando por la tierra.

“Sabemos que sin tierra no podemos vivir, por eso la defendemos, la protegemos y estamos en contra de los proyectos que la destruyen. Aquí estamos haciendo esfuerzos por cultivar nuestros alimentos con abonos orgánicos, de esta forma estamos dando nutrientes a la tierra y tendremos productos saludables”

Ventajas de los abonos orgánicos
Con los abonos orgánicos se aumenta la fertilidad del suelo y se mejoran las características de los cultivos. La materia orgánica es un componente del suelo que ayuda a tener alimentos sanos, más desarrollados, con un mejor sabor y jugosos.
Yamileth cuenta que ya hicieron abono orgánico. Con las capacitaciones que les dieron desde el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, Eric, han conocido las ventajas, una de ellas es que son naturales y no gastarán más en abonos porque ya hay capacidades para producirlo en el terreno.

El abono orgánico es un producto 100% natural procedente de animales, de humanos, restos de vegetales u otra fuente orgánica. Por sus ingredientes y composición lo convierten en un producto económico que además, mejora la absorción del agua.

Origen del grupo
El grupo campesino Buenos Amigos nació un 18 de julio de 2016 con 33 personas. Primero reflexionaron la necesidad tener un pedazo de tierra donde vivir y cultivar sus alimentos, y luego ver posibilidades de donde poder instalarse. Después de varias pláticas, deciden quedarse entre las comunidades de Ojo de Agua y La Juan Ramón, en la parte norte de la Cordillera Mico Quemado ubicada entre los departamentos de Yoro y Atlántida.

Esta cordillera es de mucha importancia por ser la mayor productora de agua para estos departamentos y es una zona rica en diversos minerales. En 1994, el Instituto de Conservación Forestal, ICF, declaró 12 mil hectáreas como zona de reserva ecológica para conservar la vida silvestre y garantizar el agua de la población. Esto fue mediante decreto 144-94, mismo que no se ha respetado por parte de las entidades estatales, porque según cuentan los pobladores, hay gente de mucho dinero que sigue destruyendo las fuentes de agua, llenando de palma la montaña y aplicando gran cantidad de químicos.

La tierra: una necesidad en Honduras
El grupo Buenos Amigos se unió a la Central Nacional de Trabajadores del Campo, Cntc, organización que nació para luchar por la tenencia de la tierra en Honduras. Sin embargo, en la actualidad funcionan como un grupo campesino independiente, según cuenta Yamileth Hernández.

Yamileth resalta que en el grupo las mujeres trabajan en las mismas labores que los hombres. “También tomamos el machete y el azadón, limpiamos para la siembra. Y que también los hombres se integran a las actividades que desde siempre se han atribuido solo a las mujeres, es decir responsabilizarse de hacer y servir la comida, cuidar los hijos e hijas entre otros quehaceres”.

Ella cree que es importante que hombres y mujeres trabajen unidos porque de esa manera se sale adelante con sus proyectos a futuro. “Y gracias al apoyo que nos da el Eric estamos aprendiendo cosas interesantes para cuidar la tierra y producir alimentos con abono orgánico, los conocimientos los estamos poniendo en práctica”.

El Eric y su acompañamiento
Alexis Martínez, promotor social del ERIC, explica que para acompañar el trabajo en la finca agroecológica se cuenta también con el apoyo de CAFOD, una agencia de cooperación de la Iglesia Católica que trabaja por la construcción de un mundo más justo. Se busca que este grupo campesino avance en la producción de sus alimentos sin dañar la tierra.

Agrega que se han dividido en dos partes: unas personas trabajan en un área de 2 manzanas y media sembrando cacao y reforzado con árboles maderables y frutales. Y los demás integrantes están haciendo hortalizas y siembra de granos de maíz y frijoles para asegurar la alimentación de unas 33 familias, aproximadamente unas 200 personas.

“Lo importante en estos momentos es que las personas que forman el grupo crean en el proyecto, que sigan trabajando en el establecimiento de la finca agroecológica y luego se pensará en proyectos como por ejemplo tener algún día la venta de productos transformados. También comercializar abono orgánico y no seguir envenenando la tierra”, apuntó Martínez.

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