martes, 26 de febrero de 2019
El Caribe no es traspatio…
Rebelión
Por Lilliam Oviedo
“Rechazamos esta versión, completamente alejada de la realidad”, dijo el canciller Miguel Vargas Maldonado. “Es falso. Aquí no hay tropas de Estados Unidos ni se ha usado la base aérea de San Isidro con esos fines”, dijo el ministro de Defensa, teniente general Rubén Paulino Sem. Fue desafortunado el intento de ambos funcionarios de desmentir que el territorio dominicano es utilizado por Estados Unidos para conspirar contra el Gobierno de Venezuela.
El pasado día 13, el Gobierno Revolucionario de Cuba, en un extenso documento afirmó: “Entre el 6 y el 10 de febrero de 2019, se han realizado vuelos de aviones de transporte militar hacia el Aeropuerto Rafael Miranda, de Puerto Rico, la Base Aérea de San Isidro, en República Dominicana, y hacia otras islas del Caribe estratégicamente ubicadas, seguramente sin conocimiento de los gobiernos de esas naciones, que se originaron en instalaciones militares estadounidenses desde las cuales operan unidades de Fuerzas de Operaciones Especiales y de la Infantería de Marina que se utilizan para acciones encubiertas, incluso contra líderes de otros países”.
Miguel Vargas habló de no intervención en los asuntos internos de otros países. ¿No riñe, acaso, su alegado apego a este principio con la infame decisión de añadir en el seno de la Organización de Estados Americanos el nombre de República Dominicana al grupo de países que desconoció la legitimidad de la investidura del presidente Nicolás Maduro en enero pasado?
La firma en la OEA es un hecho, y lo es también el movimiento militar.
Paulino Sem, después de negar la presencia de militares yanquis dijo que “tropas dominicanas y estadounidenses están haciendo ejercicios de búsqueda y rescate en Bahía de las Calderas, en Baní, base de la Armada dominicana”, y añadió que se trata de ejercicios rutinarios que se realizan cada dos años. ¡Vaya contradicción!
El año pasado, República Dominicana participó en el ejercicio multinacional Unitas-2018, realizado en Colombia, a 15 kilómetros de la frontera con Venezuela. Participaron en el mismo Brasil, Estados Unidos, Ecuador, Reino Unido y Panamá.
Es frecuente la participación de República Dominicana, como sede o como visitante, en ejercicios militares dirigidos por el Comando Sur.
Si hace alrededor de 15 años un jefe militar denunció vuelos no autorizados de una aeronave de Estados Unidos desde territorio dominicano sin notificarlo a las instancias nacionales, ¿quién dice que ahora son públicos y apegados al respeto a la soberanía los movimientos yanquis en bases militares dominicanas?
¿Pretende Rubén Paulino Sem presentar como increíble lo que más de una vez se ha puesto en evidencia?
Ayuda, la máscara de la amenaza y la agresión…
La reciente visita a Curazao del jefe del Comando sur, general Craig Faller con el irónico pretexto de coordinar la “ayuda humanitaria” a Venezuela, es solo la fachada de una vieja realidad.
El gobierno de Venezuela ha denunciado movimientos de aviones en la zona de Curazao. Las denuncias han sido documentadas.
Es una zona cercana a Venezuela y es punto de confluencia de intereses imperialistas.
En el año 2009, el propio comandante Hugo Chávez denunció la conversión del área en centro de conspiración.
“Estoy acusando al Reino de los Países Bajos de estar preparando, junto con el imperio yanqui, una agresión contra Venezuela, al autorizar que las islas de Aruba y Curazao, ambas pertenecientes al Reino de los Países Bajos, permitiendo la instalación de equipos militares estadounidenses en su suelo, poniendo a Venezuela en la mira de los estadounidenses”, dijo Chávez entonces.
Los funcionarios dominicanos no se refieren a esta parte de la denuncia de Cuba, porque no es fácil para ellos argumentar sobre estos asuntos sin que se les note el servilismo.
Es momento de definición
Tras la firma en la OEA, el propio presidente Danilo Medina reiteró ante los periodistas dominicanos el desconocimiento al nuevo período constitucional de la presidencia de Nicolás Maduro en Venezuela.
El alineamiento a la política de Donald Trump, es evidente.
En su desafortunada declaración de desmentido, Miguel Vargas dice que es necesario realizar en Venezuela “elecciones libres”. No sería extraño que en los próximos días se refiera a la necesidad de que entre por Colombia la “ayuda humanitaria”, que es la forma de unirse al coro de Iván Duque y figuras similares.
Su compromiso con los estrategas yanquis se torna inocultable.
Si de legitimidad se trata, es urgente priorizar la defensa de la soberanía. Por Venezuela, por esta América. Porque los pueblos deberán hacer entender a los dirigentes imperialistas y a los gobiernos serviles que el Caribe es zona de lucha por la libertad y la autodeterminación y no centro de maniobras contra países hermanos, porque no es traspatio.
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