Siete años se cumplen de la tragedia de la granja penal de Comayagua donde 362 personas murieron calcinadas en un incendio cuyo origen, según testimonios, fue provocado por mano criminal.
Los gritos desgarradores y la temperatura infernal de las llamas que amenazaban su vida invaden los recuerdos que todavía atormentan a uno de los sobrevivientes. Según dijo en Radio Progreso “aquel fue día triste y fatal”.
Familiares sufriendo la muerte de sus seres queridos. (foto de 20Minutos.es)
Recordó que a eso de las 10:45 de la noche empezó el incendio desde la bartolina número seis.
“Lo que expresaban los privados de libertad era que otros compañeros estaban dentro de las celdas, y ellos gritaban ¡No nos tiren fuego! Empezó desde el seis hasta llegar al módulo 10”, expresó.
Logro salvarse porque estaba fuera de su celda habitual, juntos con otros compañeros, fueron los primeros en salir. “Nos abrieron el portón y salimos afuera. Cuando salimos nos hicieron varias descarga de tiro; entonces salió el director y les dijo a los policías que no nos fueran a herir”, detalló.
Permaneció en la cancha del centro penal sentado, cuando minutos después los demás privados de libertad salían por la parte trasera del presidio. Aseguró que hubo suficiente tiempo para salvar la vida del resto de privados de libertad.
“Lo único que no hubo fue ayuda para ellos. Porque incluso el mismo policía que estaba ahí, que era el “llavero” de adentro solo se quedó con los brazos cruzados mirando cómo se quemaban” narró el sobreviviente.
El tiempo que duró el incendio fue de unos siete minutos. En ese tiempo las llamas consumieron la vida de 362 personas privados de libertad. Según el testimonio del ex privado de libertad, la tragedia fue provocada y no hubo ningún corto circuito. “Ahí fue una mano criminal la que hubo” aseguró.
Médicos forenses retirando los cuerpos sin vida (foto de La Tribuna)
En el año 2017, los Juzgados de Comayagua dictaron una resolución que absolvió del delito de homicidio a Wilmer Obdulio López Frías, quien era el director del penal y que estaba acusado por 362 delitos de homicidios. El único sentenciado fue José Víctor Mejía quien era el encargado de las llaves del recinto la noche del siniestro.
Ya Honduras ha vivido otras tragedias en la vida carcelaria. Una se registró en la granja penal de El Porvenir en La Ceiba el 5 de abril de 2003 donde murieron 69 personas. Luego se presentó otra tragedia en el Centro Penal de San Pedro Sula, fue el 17 de mayo de 2004 con un saldo 107 muertos y más de 25 heridos.
La abogada Brenda Mejía del Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación, Eric de la Compañía de Jesús, lamentó que, aunque existen sentencias internacionales que demandan mejores políticas penitenciarias, el Estado construye cárceles de máxima seguridad sin importar el tema de la rehabilitación integral de los privados de libertad.
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