jueves, 31 de diciembre de 2015
Mujeres apuestan a construir la Paz en medio de la Violencia
El balance del año para la vida de las mujeres en Honduras nos recuerda la realidad de violencias y despojos que vive este segmento de la población, que representa más de la mitad de los habitantes.
Fue este 2015 que los datos de la Organización de las Naciones Unidas, colocaron a Honduras en el primer lugar en femicidios a nivel mundial, superando a Guatemala y México. Cada 13 una hondureña es asesinada, de estos crímenes con suerte se investigará uno.
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Desde el golpe de Estado en junio 2009, las diversas organizaciones feministas y de derechos humanos han denunciado que cada vez la situación es más crítica y persiste un ambiente de represión y militarización, donde las más golpeadas siempre son las mujeres. Se descarga contra ellas una brutal saña y crueldad, sirve como mensaje de terror y miedo para el resto de la población.
El corredor de la muerte
La situación de violencia en Honduras es generalizada. Pero debido a su ubicación geográfica hay regiones donde la incidencia de muertes es mayor. Los departamentos por donde pasa la droga, que tiene como destino Estado Unidos, son conocidos como el corredor de la muerte.
Diversas fuentes identifican 4 regiones por donde la droga circula. El punto inicial de las rutas es la Mosquitia hondureña, luego la mercancía se divide por Islas de la Bahía, Colón, Atlántida, Cortés, Santa Bárbara, Copán, El Paraíso y Francisco Morazán. Avanza hacia Guatemala, México y finalmente Estado Unidos.
Precisamente los datos que maneja el Observatorio de la Violencia de la UNAH, ubica a varios de estos departamentos como los lugares donde las muertes han incrementado, mucha de esta violencia es el resultado del trasiego de droga, donde las mujeres nuevamente se convierten en víctimas.
En el caso particular de Santa Bárbara hay incremento en los casos de violencia hacia las mujeres, así lo registra la Red Departamental de defensoras. Esta organización da acompañamiento a las mujeres que sufren violencia criminal pero también a esa que se sufre en los hogares y a mano de sus esposos.
Betty Vásquez de la Red departamental de mujeres, asegura que la violencia está dejando graves secuencias en la vida de las mujeres. “La gente se ve obligada a salir de sus hogares, son amenazadas y en el peor de los casos asesinadas. Cada uno de estos hechos ocurre sin la capacidad de prevenir el delito ni de investigar”, dice Vásquez.
Despojo: otra violencia
La violencia en contra de las mujeres también está ligada a las amenazas que surgen por la instalación de los macro proyectos. En la zona occidental la situación se agudiza debido a las concesiones que el actual gobierno otorgó para la extracción de materiales y la instalación de proyectos hidroeléctricos. La presencia de estos proyectos se hace contra de la voluntad de las comunidades, lo que genera conflicto y vulnera a los pobladores, en especial a las mujeres que tienen una conexión con la madre tierra.
“En la actualidad estamos trabajando a través de la Red departamental y el Movimiento Ambientalista Santabarbarense en fortalecer la organización para avanzar hacia la articulación con las comunidades que están siendo amenazadas”, dice Vásquez.
El despojo y amenazas en contra de los territorios no únicamente se dan en la zona occidental, en esa realidad también se ubican las más de 40 comunidades garífunas del litoral atlántico.
Calixta Martínez de la Red de mujeres Mariposa Libre de Tornabé, asegura que en sus comunidades necesitan replantearse la seguridad, sobre todo para las mujeres, ya que la sufren en sus casas y fuera de ellas, en la lucha por evitar que las despojen. “Este año el balance es doloroso para la vida de las mujeres, hay muchos femicidios y en otras comunidades derechos fundamentales como salud y educación siguen siendo un reclamo, el gobierno invisibiliza el reclamo de la gente”.
Calixta en la actualidad coordina una red que aglutina a 120 mujeres de las comunidades de Tornabé, San Juan y Triunfo de la Cruz, donde la violencia es amparada por el patriarcado. Las mujeres son agredidas en sus casas y luego fuera de ellas por defender su playa, su mar, su territorio.
“El reto que nos hemos planteado es la articulación entre las comunidades y organizaciones, porque las mujeres soñamos con una Honduras libre de violencia, donde podamos caminar en las calles sin el miedo hacer agredidas”, comenta la líder garífuna.
Lucha por la tierra
La defensa de los bienes naturales está ligada a esa demanda de las campesinas por la justa distribución de la tierra. En Honduras unas 100 mil familias campesinas no tienen acceso a ese bien, lo que les imposibilita el derecho a la alimentación y la soberanía. La mayoría de esas familias son sostenidas por mujeres. Son ellas quienes tienen la responsabilidad de criar a los hijos, tener la comida en la mesa y trabajar la tierra, pero paradójicamente no son ellas quienes tienen los títulos de propiedad.
“Este 2015 ha sido difícil a nivel nacional. Las mujeres hemos vivido situaciones difíciles políticamente, pero eso nos hace fuerte y nos empeña a seguir luchando por exigir el derecho a la tierra. En el caso del Aguán las mujeres vemos como logro que este año logramos organizarnos a través de la Red de Mujeres campesinas, una espacio que aglutinará a las mujeres de las distintas organizaciones y también las no organizadas”, comenta Consuelo Castillo.
A las mujeres campesinas también les preocupa la falta de acceso a la salud, a la alimentación y educación, ya que diariamente se enfrenta a estas precariedades que influye directamente en sus vidas y las de sus familias.
Mariposa del año
Como un espacio para analizar la realidad vivida este 2015 las organizaciones que conforman el Foro de Mujeres por la Vida, se juntaron para buscar esperanzas y propuestas para frenar la violencia. En su análisis la articulación, la denuncia y demandas son fundamentales para salvar la vida de las mujeres.
Tal como lo mencionó Nelly del Cid de la organización Tejedora de Sueños, la realidad desalienta, “pero sería muy fácil caer en la desesperanza y conformarse. Las mujeres vamos a demandar y proponer acciones que erradiquen esa violencia que se sustenta y promueve desde un sistema patriarcal que cada vez deshumaniza y asesina. Las mujeres tenemos el reto de sobrevivir y construir una nueva realidad”.
La construcción de esa nueva realidad pasa por reconocer las cualidades y fortalezas de cada mujer. Mujeres valientes que están proponiendo a pesar de la cultura de miedo y muerte que existe en Honduras. Y en ese marco, se entregó por sexto año consecutivo el premio Mariposa del Año, un reconocimiento que las mujeres hacen para esa compañera que durante el camino fue un ejemplo y empuje para seguir apostando a la vida. Este 2015 se premió a Carolina Sierra, una joven mujer que sigue denunciando la violencia que asesina en Honduras.
Carolina se mostró agradecida con el reconocimiento, pero dijo es un compromiso por seguir luchando para cambiar la vida de las mujeres.
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