jueves, 12 de febrero de 2015
Honduras: ¿Está el vaso medio lleno o medio vacío?
A un año de su gobierno, el presidente Juan Orlando Hernández presentó sus avances como primer mandatario y aseguró que “Honduras está cambiando”. Hernández dijo ante el Congreso Nacional, en su disertación el pasado 25 de enero que “es hora de que la gente vea el vaso medio lleno y no medio vacío en Honduras”. Sin embargo, datos del Sondeo de opinión pública realizado por el ERIC a finales de 2014 reflejan que la población entiende que los programas sociales que el presidente cataloga como un avance en su gestión, no ayudarán en la reducción de la pobreza, la desigualdad, el desempleo y la misma violencia que imperan en Honduras.
El Programa Vida Mejor, según la página oficial del gobierno central incluye un paquete básico de: Eco-fogones, pisos de cemento, techo digno, huerto familiar, filtro de agua y medicina segura; además del Bono 10 Mil. Sin embargo, la “Vida Mejor” atraviesa todos los programas sociales que publicita el actual gobierno, así como el programa “Con chamba vivís mejor”.
En su disertación en el Congreso Nacional, Hernández aseguró que más de 270 mil familias reciben el bono 10 Mil. “Más de un millón doscientos mil niños reciben la merienda escolar y más de medio millón de adultos mayores y discapacitados están recibiendo alimentos solidarios y hemos financiado más de 25 mil microempresas de tortillas, pan y otros alimentos”, dijo el presidente.
En diciembre del año pasado, cuando los investigadores del ERIC preguntaron a una muestra de 1540 personas adultas a nivel nacional ¿qué problema creían que estaba afectando más a la población? La gente apuntó el desempleo, la crisis económica y la pobreza casi rebasando el nivel de quienes contestaron que la violencia era el principal. Además se pudo observar la relación que la gente hace entre estos dos problemas. Cinco años lleva el ERIC haciendo estas preguntas y la percepción de la gente es que la crisis económica y social se agudiza año con año.
Presupuesto y prioridades políticas
“El espíritu de un pueblo, su nivel cultural, su estructura social, las acciones que su política puede reparar, todo esto y más está escrito en su historia fiscal”, con esta frase de Joseph Schumpeter comienza un análisis de la política fiscal realizado por el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales ICEFI en Honduras, en el cual se establece que claramente el asistencialismo es prioridad para el actual gobierno por su alta cuota del presupuesto aprobado para 2015.
Así también opina el director ejecutivo del Centro de Estudios para la Democracia (Cespad), Gustavo Irías, quien asegura que es clara la política del presupuesto aprobado para 2015. Sector salud y educación ha visto reducidos sus ingresos en 3%, casi 2% el otro, por el contrario los programas de protección social han experimentado un incremento del 20%.
Este tipo de programas, desde CESPAD, son cuestionados por no ser estratégicos para la reducción real de la pobreza. Así también lo expresó la gente en el Sondeo de Opinión Pública del ERIC. El 73.5% de la población contestó que con el programa Vida Mejor la desigualdad seguiría igual o aumentaría, mientras que solo un 21.8% dijo que reduciría.
Sin embargo con respecto a la pobreza, la población está dividida pues un 50.2% dijo que aumentaría o seguiría igual y un 47.9% dijo que reduciría. La mayor parte de las esperanzas se encuentran en el sector rural, según este sondeo y en la población más joven entre 18 y 25 años de edad.
Según lo que producen los diarios; el programa “Vida Mejor”, en buena medida es publicitado como una gran gama de acciones por parte del gobierno. Desde las recreo vías, que son un esfuerzo bueno por la recuperación de espacios que estaban secuestrados por grupos criminales, hasta los eco-fogones, techos, pisos mejorados, letrinas, huertos familiares, incluso programas más delimitados como “Con chamba vivís mejor”, bono agrícola para una “vida mejor”; son un esfuerzo del gobierno nacional por posicionarse con este programa que prácticamente son todos los programas sociales del gobierno bajo esa etiqueta, y se ve la intención de extender su gobierno más allá de estos 4 años”, dijo en forma de augurio Irías.
A esto se suman los esfuerzos de diputados del Partido Nacional en el Congreso Nacional con apoyo del único diputado de la UD para despenalizar el hablar de reelección en un país que solo hace 5 años vivió un golpe de Estado con ese tema como excusa.
Bonos, política y endeudamiento
Irías asegura que es importante hacer dos quiebres en la historia reciente de la situación económica y social del país. El primero es cuando en 1998, el huracán Mitch azotó territorio hondureño dejando una profunda crisis y daños que aún no se han reparado. El post Mitch marcó como un consenso nacional el objetivo de reducir la pobreza en Honduras. Sin embargo, se han dado esfuerzos que han fracasado. Y no solo Irías y el Cespad son de esta idea.
Recientemente la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) colocó a Honduras en el segundo lugar de los países más empobrecidos de la región.
Esta lista mide la precariedad de la vivienda, hacinamiento, servicios básicos, educación y empleo.
“Las mayores incidencias se presentaban en Nicaragua, con 74,1%; Honduras, 70,5%; Guatemala, 70,3%; y Bolivia, con 58%. Las incidencias más bajas se verificaban en Chile, con 6,8%; la Argentina, con 8,1%; Uruguay, 9%; Brasil, 14,5%; y Costa Rica, 14,9%”, dice el informe.
Por su parte el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) asegura que en Honduras, el avance en la reducción de la pobreza ha sido lento. En el período 2001-2010, la pobreza bajó en 3.7 puntos porcentuales significando un cambio de 0.41 puntos porcentuales por año. Por su parte, la pobreza extrema, en este mismo período, se redujo en 5.1 puntos porcentuales significando un cambio de 0.57 puntos porcentuales anuales. Por consiguiente que será difícil que se cumplan para 2015 las metas de reducción de la pobreza establecidas en la Declaración del Milenio, una reducción del 50% en un lapso de 25 años.
También un análisis del Foro Social de Deuda Externa y Desarrollo de Honduras (Fosdeh) señala que en este país surgieron dos millones de pobres nuevos entre 2000 y 2013, pese a una inversión en el período de más de 307.000 millones de lempiras (unos 15.350 millones de dólares) para reducir la pobreza.
Según el estudio del Fosdeh, realizado en 2013, las políticas públicas para reducir el flagelo de la pobreza han fracasado porque en trece años se redujo en menos del uno por ciento.
El director del Fosdeh lamentó en ese momento ante medios de comunicación, que los programas sociales desde el gobierno no se hayan venido ejecutando de la mejor forma, ya que según el estudio hecho en 2013 se ha descubierto que el Bono 10.000 (500 dólares) que el Estado ha venido entregando, ha favorecido a muchas familias que no son pobres.
Según el análisis del Fosdeh, el universo de hogares receptores del Bono 10.000 hasta 2013 era de 314.000 hogares, de los que unos 103.000 no son pobres, lo que pone en duda la ejecución de este programa.
El Fosdeh ha presentado unas 25 propuestas que pueden contribuir a resolver el problema de la pobreza, entre las que figuran el mejoramiento de la educación y el trabajo en el tema de la vivienda, en un país con un déficit de un millón de hogares.
Otras recomendaciones del Fosdeh se centran en hacer un mejor uso de las remesas familiares que miles de hondureños que viven en el exterior, en su mayoría en Estados Unidos, envían todos los años. Remesas que rondan los 3.000 millones de dólares anuales, lo que representa alrededor del 25 % del Producto Interno Bruto (PIB) del país.
Sin embargo, la apuesta actual son los programas sociales, que por la politización también generan conflicto social en este país que también se gana los primeros lugares en la lista de los más violentos o violadores de derechos humanos.
Irías añadiría que no solo Honduras tiene este problema. “Hay valoraciones para América Latina con el tema de bonos, que es una política históricamente ideada por el Banco Mundial, también conocida como transferencias monetarias condicionadas. Esto surge en los años en que se comenzó a aplicar el modelo neoliberal como una política orientada a paliar los efectos negativos que los programas de ajuste estructural hacían en los más pobres del país y luego esto se fue traduciendo en los bonos”, explicó.
En Honduras esta iniciativa comenzó con el Programa de Asignación Familiar (PRAF), luego el gobierno de Manuel Zelaya lo llamó la Red Solidaria, y a partir del gobierno de Porfirio Lobo, tenemos un Bono 10 mil. Programas que están orientados para la población en situación de extrema vulnerabilidad, de pobreza extrema, que en una pequeña medida, los ayuda a sobrevivir.
“En América Latina hubo valoraciones sobre los efectos perversos que tienen estos programas para nuestras democracias, porque estas iniciativas generan el clientelismo político. Los gobiernos utilizan esta herramienta para conquistar votos en los sectores más pobres y vulnerables, que normalmente su imaginario de vida y su visión de país es el día a día, es como resuelve su problema de hambre y subsistencia”, dice Irías.
Antes del gobierno actual existieron tres iniciativas en el marco del plan maestro de reconstrucción nacional realizado con la participación de organizaciones de sociedad civil y que significó la entrada de miles de millones de la cooperación internacional para Honduras. La famosa Estrategia para la Reducción de la Pobreza como parte de la condonación de la deuda externa en el gobierno de Ricardo Maduro 2002-2006 y luego casi en paralelo los Objetivos de Desarrollo del Milenio que surge en el 2000 como iniciativa de la ONU y que cerraría en este año con la exigencia que el país reduzca la pobreza en un 50%.
Es necesario poner énfasis, además, en el origen de estos bonos. Por ejemplo, la ERP estuvo financiada por la condonación de la deuda externa, pero el Bono 10 mil es una especie de préstamo que el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) hace al país y que la población paga con sus impuestos.
“En 2014 representaba más de 3,500 millones de dólares, con el incremento del 20% estamos hablando que en 2015 representará más de 4 mil millones, con el agravante que están basando estas transferencias en el endeudamiento externo, concretamente el Bono diez mil es financiado por el BID y no es donación, es préstamo que todos los hondureños tendremos que pagar en determinado momento. El país ha llegado a niveles muy elevados y según las exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI) tendrá que tener un límite, en este momento estamos con una deuda externa de más de 5 mil millones de dólares que no podrá extenderse tan fácilmente en los próximos años”, explicó.
El debate no debería ser de si el vaso está medio lleno o medio vacío, más bien de quien lo llena y quien lo vacía.
En Honduras la desigualdad es el día a día. Siete de cada 10 hondureños vive con un dólar diario, hay dos millones de desempleados y quienes están empleados sufren precariedad laboral y salarios de hambre. Para Irías, la elite gobernante de Honduras ha fracasado en reducción de la pobreza porque se ha pretendido combatir la pobreza con el mismo modelo de concentración de riqueza en manos de unos pocos. Millones de pobres para la riqueza de 215 multimillonarios en Honduras. Solo en 2013 la fortuna de estos ricos creció de 28.000 millones de dólares a 30.000 millones. El dato de ricos en Honduras corresponde al 0.036% del total de la población hondureña.
“De 8.5 millones de habitantes, 6 millones son pobres y de esos, 4 millones viven en la extrema pobreza. Es un problema tan grave y agudo que no podemos esperar que se resuelva en un año de gobierno, ni por todo el gobierno, creemos que es un problema nacional que inevitablemente tiene que pasar por un pacto social entre todos los sectores del país. Tenemos 30 años de retraso en el país y estamos con retos similares mientras seguimos con estrategias equivocadas para hacer frente a este problema, desgraciadamente”, concluyó Irías.
El presidente Hernández también concluyó su discurso prometiendo generar no menos de 200 mil empleos en este año. “Le pido a mi equipo, a la gente de Chamba, a las secretarías de Trabajo, Desarrollo Económico e Infraestructura a que trabajen intensamente para que superemos esa meta, pues el pueblo no espera y… ¡Necesita más empleo!”, señaló.
Es cierto que la crisis mundial de 2008 empeoró la situación hondureña, pero esto sumado a un golpe de Estado en 2009, fue el camino a la debacle que hoy sigue produciendo pobres en el corazón de Centroamérica, tan rico pero tan desigual.
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