viernes, 13 de febrero de 2015
Ahora son narcos quienes desplazan a Garífunas en Honduras
Hace unos días, un grupo de narcotraficantes atacó con armas de fuego a la comunidad garífuna Nueva Armenia, ubicada en el municipio de Jutiapa, Atlántida, al norte de Honduras, según información proporcionada por la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH).
El ataque de las fuerzas criminales se registró cuando un grupo de garífunas se dirigía a Nueva Armenia, territorio ancestral, que fue ocupado durante ocho décadas por la Standard Fruit Company. En el embate, Jesús Flores Satuye, recibió un impacto de bala en su cabeza y otro en el brazo.
“La comunidad está tratando de regresar y de recuperar su terreno luego de estar en manos de la Standard, pero ahora está tomado por narcotraficantes y gente de negocios ilegales que son comandados por el alcalde de Jutiapa, Noé Guardado. Esta gente tienen un gran poder, están fuertemente armados,” expresó Alfredo López vicepresidente de la Organización Fraternal Negra de Honduras (OFRANEH) y corresponsal de Radio Progreso en la zona.
Según se constata en la denuncia, “el grupo de sicarios al servicio de elementos ligados con el crimen organizado, trataron de impedir el paso a un grupo de más de 40 miembros de la comunidad garífuna que se dirigía a su territorio”.
“Inmediatamente la organización (OFRANEH) presionó para que un grupo de miembros del ejército accionaran y capturaron a cinco personas que cometieron el hecho,” aseguró López.
El portal web de OFRANEH dice textualmente que “los habitantes de Armenia, el delta del Papaloteca y sus tierras aledañas, fueron utilizadas durante años como pistas clandestinas, y a pesar de las denuncias interpuestas, las autoridades hicieron caso omiso sobre la información proporcionada por la comunidad y la gravedad de los hechos.” cita el portal.
El 8 de agosto del año 2014 la comunidad de Armenia sufrió un desalojo violento, sus casas de habitación construidas en la recuperación fueron quemadas; sus cultivos de subsistencia, fueron destruidos.
Flores Satuye (herido de bala en su cabeza) no es la primera vez que sufre un atentado, según OFRANEH, fue agredido en enero de 2001 por miembros de las Fuerza Naval de Honduras, en el archipiélago de los Cayos Cochinos. Su caso se ventila ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), por casos relacionados a las violaciones a los derechos humanos perpetrados por las Fuerzas Armadas.
Las comunidades garífunas no solo sufren violencia de grupos criminales organizados y de narcotráfico, también sufren asedio de empresarios de los rubros del turismo, palma africana y proyectos extractivistas como el de las afamadas Ciudades Modelos (ZEDES). Por otra parte, sufren violencia estructural al no tener suficiente acceso a trabajos dignos, salud y educación.
El pueblo garífuna desde su llegada a territorio hondureño en 1797 ha sido víctima de una diáspora casi permanente, en que actores como la Standard Fruit Company, en el caso de Nueva Armenia, han violentado sus derechos de pueblos originarios. Ahora, en el país más violento del mundo, son los grupos armados ajenos a la seguridad pública que los atacan. Este pueblo sigue denunciando la indiferencia estatal ante la situación de violencia que atenta contra su vida.
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