martes, 17 de febrero de 2015

En una frágil burbuja de mentiras oficiales



En el plantón del primer viernes de febrero 2015, venimos como siempre cada mes las personas víctimas del pasado, sedientas de justicia en el presente y reconciliación en el futuro.

Llegamos a la plaza para saludar a los ex jueces y juezas que sufrieron en 2009 la intolerancia del Poder Judicial, que se vistió entonces de blanco para respaldar el golpe de Estado y condenar la independencia.
Llegamos con nuestras mantas y pañuelos a expresar solidaridad a Gladys Lanza, por resistir la embestida del juzgado que busca pena individual para disuadir la defensa de los derechos de las mujeres agredidas por el patriarcado.
Venimos a La Merced con un abrazo a César Silva, quien enfrenta hostilidades de militares por divulgar en TV Globo imágenes de flagelación de animales en campos de entrenamiento y polígonos de tiro de las Fuerzas Armadas, como han hecho con humanos, con nuestros seres queridos.
Venimos a estas proximidades del Congreso Nacional a felicitar a las bancadas de la oposición política por derrotar con sus votos las posiciones autoritarias del Poder Ejecutivo, que porfiaba para convertir en legal una fuerza militar que ya está comprometida en violaciones a derechos humanos.
Estamos aquí en este centro histórico de Tegucigalpa elevando nuestras voces por la justicia a las 400 familias olanchanas de Azacualpa, municipio de Patuca, quienes sufren a la intemperie la evasión del justiprecio por sus tierras confiscadas, la humillación de la vigilancia militar y el desdén de un gobierno experto en mentirles una tras otra vez.
Estamos aquí en el viejo corazón de la capital en hermandad con las víctimas de la violencia a nivel nacional, quienes lloran porque sufren hambre, falta de empleo digno,  desesperanza y balas asesinas contra sus seres queridos, frente a un Estado sordo, insensible y, además, mentiroso.
El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras, COFADEH, rechaza los acomodos publicitarios de la Marca País respecto a la justicia, la felicidad, la transparencia y la ocupación.
Nada bueno está pasando, algo viejo no está cambiando y alguien nuevo no está haciendo ni lo que debe ni lo que tiene que hacer contra la impunidad, que amamanta la corrupción y la violencia.
Nos despedimos de este plantón de los pañuelos blancos proponiendo a las elites con poder no comprometidas con los narcos violentos ni con los religiosos manipuladores, que nos inviten a escuchar nuestra propuesta de paz y reconciliación.
Porque de los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón… mientras no confiesen, paguen, rectifiquen y renazcan.
COFADEH

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