martes, 2 de diciembre de 2014

Cierre del año lectivo



Se terminó el año lectivo 2014 con la misión cumplida de haber sumado más de 200 días de clases. En este año 2014 hay que reconocer que fue el año donde menos clases se perdieron y el magisterio nacional se mantuvo en sus centros educativos haciendo lo que mejor sabe hacer: enseñar las primeras letras a los niños y a las niñas y preparando a la juventud para enfrentarse a la vida.

Los padres y las madres están agradecidos con el ministro de educación por haber alcanzado esta meta que ya se había logrado en otros años y que es digno de reconocer. Pero también hay que felicitar al profesor y a la profesora que también han puesto su empeño en lograr esta meta aún en un ambiente de constantes amenazas de parte de la secretaría de educación.

Aunque los centros educativos han estado abierto todos los días de clases, hay que reconocer que se llega a este logro gracias a las amenazas, presiones, y hasta los castigos que la misma secretaría ha impuesto a los llamados docentes desobedientes. Estamos a tiempo para pasar de la simple celebración de los 200 días de clases a mejorar la calidad educativa. Para ello necesitamos que los maestros y el ministro se sienten a dialogar y llegar a acuerdos mínimos que ayuden a buscar ese logro que va más allá de estar 200 días en las aulas escolares.

Aunque es cierto que se necesitaba poner orden en educación, en cierto modo se ha logrado pero pasando por encima de los derechos de los docentes de tener su salario a tiempo, pago de otros beneficios y pasando por encima del derecho a la protesta y criminalizando a quiénes se atreven a reclamar por sus derechos.

Para ir más allá de los 200 días de clases, y dar el salto a la calidad educativa y aumentar la cobertura de la misma con el fin de que la educación pública llegue a todos los sectores y rincones del país, se necesita del consenso de los padres y madres de familia, de los maestros y las maestras y no sólo de las órdenes que se puedan emitir desde la secretaría de educación. Si se avanza en esa dirección, la celebración de los 200 días al cierre del año lectivo 2015 tendrá un mayor significado.

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