lunes, 9 de diciembre de 2013
Nelson Rolihlahla Mandela
Por Ángel Dalmau Fernández, primer embajador de Cuba en Sudáfrica. Actualmente Vicepresidente de la Asociación de Amistad Cuba-África.
¿Quién es este hombre extraordinario que se convirtió en una de las figuras políticas mundiales más relevantes del siglo XX? Su nombre salió de la prisión en la Isla de Robben donde cumplía una sanción de cadena perpetua para contribuir desde allí a la lucha que pondría fin al crimen de lesa humanidad que fue el sistema de apartheid en Sudáfrica. Pero Mandela no nació siendo famoso ni conocido. ¿De dónde vino y como llegó hasta esa altitud universal? Todos conocemos sobre sus casi 29 años de prisión desde principios de la década de 1960 hasta si liberación en febrero de 1990, pero ¿cómo fue su vida de niño, de joven y su gradual incorporación a la lucha por la libertad de su pueblo?
Rolihlahla Mandela nació el 18 de julio de 1918 en una pequeña aldea desconocida llamada Mvezo en la región Transkei. Ese año llegaba a su fin la I Guerra Mundial y en relación a Sudáfrica coincidió que una delegación del Congreso Nacional Africano (ANC)- que había sido fundado en 1912- viajó a la Conferencia de Paz en Versalles para expresar los sufrimientos del pueblo africano de su país.
En idioma Xhosa Rolihlahla significa Halar la rama del árbol, pero su significado coloquial esBuscapleitos. El nombre cristiano o inglés-Nelson- le fue dado por su maestra cuando inició los estudios primarios, lo cual era entonces costumbre impuesta por las autoridades coloniales británicas.
El padre de Mandela,,Gadla Henry Mphakanyiswa, fue un jefe tribal tanto por vía sanguínea como por tradición. Aunque durante muchas décadas existieron rumores sobre su supuesto derecho de sucesión al trono de los Tembo, eso ha sido un mito. Mandela es un miembro del clan Madiba y esa es la razón por la cual muchas veces las personas se dirigían a él con el nombre de Madiba en señal de respeto.
Cuando cumplió cinco años de edad le dieron la responsabilidad de pastorear las ovejas y otro ganado menor en campo abierto; descubrió pronto el apego casi místico que los Xhosa tienen hacia el ganado no solamente como fuente de alimento, sino también como una bendición de dios para la felicidad. Aprendió a cazar aves con un tirapiedras, a sacar miel de los panales de abejas, a recoger frutas y raíces comestibles, a tomar leche tibia directamente de la ubre de las vacas, a nadar en los fríos arroyos y a pescar con pedacitos de alambre convertidos en anzuelos. Dice Mandela: aprendí muchas cosas más en aquellos valles y desde entonces amo los espacios abiertos en el campo, la belleza simple de la naturaleza y la línea limpia del horizonte.
Como todos los niños Xhosas, Rolihlahla aprendía mediante la observación, la imitación y la emulación sin hacer preguntas; en su cultura las preguntas se consideraban desagradables y los adultos impartían la información que estimaran necesaria, a través de la tradición, los rituales y las cosas tabú o prohibidas.
Nelson Mandela y sus amigos cantan en 1961 el ‘Nikosi Sikelel I Afrika’, himno de los oprimidos que luchaban contra el ‘apartheid’.
A los siete años de edad comenzó a asistir a la escuela; a los nueve murió su padre y este hecho cambiaría el rumbo de su vida porque el Regente de los Tembo, su grupo étnico, se convirtió en su tutor y protector.
Cuando arribó a los dieciséis años el Regente decidió que había llegado el momento de que se convirtiera en hombre y en la tradición Xhosa de aquellos tiempos eso se lograba por una sola vía: la circuncisión; un varón que no hubiera pasado por la circuncisión no podía heredar la riqueza de su padre, no podía casarse ni dirigir rituales tribales. Dicho de otra manera: no era considerado un hombre adulto sino como un muchacho de manera permanente. Él narra aquél hecho de forma detallada, aunque el espacio aquí obliga a la síntesis:
¨Éramos veintiséis jóvenes en total…Yo me sentía feliz de mi transición hacia la adultez como hombre… estaba tenso e inseguro de cómo reaccionaría cuando llegara el momento esperado. Quejarse o gritar era una señal de debilidad que podía estigmatizar la hombría de cualquiera para siempre. La circuncisión es un hecho de bravura y estoicismo; no se emplea anestesia y el hombre debe sufrir en silencio. Un hombre de avanzada edad se acercó a nosotros y se acuclillo frente al primer muchacho con una lanza pequeña llamada asegai en su mano. De pronto el primer joven exclamó: ¡Ndiyindoda! (ya soy un hombre). Luego fueron otros tres y me tocó a mí Sin decir palabra el hombre halo la piel de mi miembro hacia adelante y la cortó con su lanza. Sentí un ardor tremendo pero de pronto me recuperé y exclamé: ¡Ndiyindoda! Me sentí un poco apenado porque me pareció que los otros muchachos habían reaccionado mejor que yo, pero había dado un paso esencial en mi vida como hombre Xhosa. Ahora podría casarme, tener un hogar, arar mi pedazo de tierra y mis opiniones serían tomadas en serio¨.
El principal orador del día fue el Jefe Meligqili, hijo del Rey Dalindyebo, y su discurso de ese día impresionó profundamente a Mandela, El Jefe les dijo, entre otras cosas, que los Xhosa y de hecho todos los africanos en Sudáfrica eran un pueblo conquistado, esclavos en su propio país, arrendatarios en su propia tierra, sin fuerzas ni poder sobre ellos mismos; que las habilidades e inteligencias de los nuevos hombres Xhosa se perderían en las minas y otros trabajos en beneficio exclusivo de los blancos, y que los regalos de ese día eran una minucia porque no podían darles el regalo más preciado que eran la libertad y la independencia. Aquél día no estuvo de acuerdo con lo que escuchó porque todavía pensaba que los colonizadores blancos eran protectores y benefactores, no opresores, pero lo entendería bien más tarde.
Nelson Mandela levanta el puño ante sus seguidores.
Cuando cumplió diecinueve años de edad lo enviaron a estudiar al Instituto superior Healdtown que era en aquel momento la institución educacional africana más grande al sur del Ecuador, con más de mil alumnos de ambos sexos. Su próximo lugar de estudios fue la Universidad de Fort Hare, la única que existía para negros en Sudáfrica. Para él y todos los que estudiaban allí Fort Hare era algo así como decir Oxford, Cambridge, Harvard y Yale en un solo lugar para ellos los negros. Ya había cumplido tenía veintiún años cuando comenzó sus estudios universitarios y se sentía muy seguro de sí mismo. Fue en esa universidad donde conoció a un joven que jugaría un papel crucial en la historia del ANC y de la lucha contra el sistema de apartheid y de opresión nacional: Oliver Tambo. De su vida en Fort Hare, recuerda algunas cosas tales como que usó pijamas por vez primera en su vida y también por primera vez utilizó un cepillo de dientes y pasta dental en lugar de cenizas; también jabón de tocador para bañarse en lugar de detergente. La ducha con agua corriente fría y caliente fue una gran novedad y de igual manera los servicios sanitarios con su propia agua en los tanques.
Para evitar un matrimonio prematuro organizado por el Regente escapó a Johannesburgo donde vivió en barrios negros marginales, pasó hambre, trabajó en un bufete de judíos blancos, conoció personas que serían muy importantes para su futura vida política, entre quienes el más importante fue Walter Sisulu.
Mientras estas cosas sucedían Mandela continuaba viviendo en su pequeñita habitación en Alexandra. La vida en aquel populoso barrio negro era bastante animada pero al mismo tiempo precaria; calles de tierra, niños casi desnudos y mal nutridos, totalmente oscura por la falta de electricidad y las noches gobernadas por delincuentes con armas blancas y armas de fuego. A pesar de todo era vida urbana y este hecho contribuía a eliminar distinciones étnicas y tribales, pues en lugar de continuar llamándose a ellos mismos como Xhosas, Sothos, Zulues, Shangaans u otros nombres africanos por su origen étnico, se llamaban entre ellos alexandrinos. Esta situación social iba desarrollando un sentido de solidaridad que le causaba preocupación a las autoridades racistas; el gobierno siempre había utilizado –y continuaba haciéndolo por supuesto- la táctica de divide y vencerás para controlar a los africanos y para ese propósito dependía sobre todo de la fuerza de las divisiones étnicas. Pero en lugares como Alexandra y otros barrios negros similares aquellas divisiones tendían a desaparecer. Durante su primer año de estancia en aquél barrio aprendió más sobre la pobreza que todo lo que había visto cuando niño en Kunu.
En la firma de abogados su salario era de dos libras esterlinas por semana. Con ese dinero pagaba la renta mensual de su pequeña habitación, el transporte diario hacia su centro de trabajo, la tarifa por sus estudios en la universidad, los alimentos del mes y compraba velas que eran indispensables para alumbrarse dentro de su habitación porque sin ellas no podía estudiar. Muchas veces tuvo que caminar las seis millas de distancia hasta el trabajo y las seis de regreso porque no le alcanzaba el salario; también tuvo que limitar su alimentación a un plato diario y a andar varios días con la misma ropa. Su jefe, el Sr. Sidelsky, quien era un hombre alto igual que él se percató de esta situación y le regaló uno de sus trajes viejos, que después de ser remendado sería utilizado por Mandela durante casi cinco años hasta que ya no le cupo un parche más.¨.
Nelson Mandela vota en las elecciones celebradas en Sudáfrica en 1994, las primeras con sufragio universal del país.
A principios de 1943 matriculó en la Universidad de Witswaterrand para terminar su carrera de Derecho y graduarse finalmente como abogado; esa Universidad estaba considerada como la mejor de habla inglesa en el país y Mandela se convirtió en el único estudiante africano negro de la Facultad de Derecho. Allí había blancos de todas las tendencias políticas e ideológicas y fue entonces cuando conoció otras personas que compartirían las buenas y las malas con él en la larga lucha de liberación. Dos de ellos fueron Joe Slovo y su futura esposa Ruth First, destacadísimos luchadores contra el sistema racista y de opresión nacional.
Witswaterrand fue para él un mundo nuevo, un mundo de ideas y de aprendizaje político, un mundo donde la política era una pasión; estuvo junto a jóvenes intelectuales blancos, mestizos e indios de su generación que más tarde se convertirían en la vanguardia de los movimientos de liberación más importantes en el país. Descubrió por primera vez a personas que estaban dispuestas a sacrificarse por la causa de los oprimidos sin importarles el privilegio personal relativo del que disfrutaban ni las diferencias de color de la piel.
Mandela ha confesado que no está seguro del momento en que se consideró a si mismo como un hombre politizado o cuando supo que dedicaría su vida a la lucha de liberación .Para su mentor político, Sisulu, el vehículo indispensable para el cambio en Sudáfrica era el ANC y fue a través de él que Mandela se convirtió en un miembro convencido de esa organización. La casa de Sisulu en el barrio de Soweto era la sede principal de los activistas del ANC y a ellos se sumó Mandela. Entre las personas que acudían a los encuentros y debates políticos estaba Oliver R. Tambo, quien se convertiría en el Presidente de esta organización dirigiéndola desde el exilio durante casi 30 años. Tambo fue un líder extraordinario respetado por todos, de vida política y personal inmaculadas.
Fue durante aquellos tiempos que surgió entre esos hombres jóvenes la idea de crear la Liga Juvenil del ANC. Muchos de ellos consideraban que el ANC se había convertido en una organización no militante y cansada, que le servía solamente a la elite privilegiada que la dirigía para proteger sus intereses personales y no los de las masas. Hubo consenso en cuanto a la necesidad de hacer algo nuevo y se propuso la creación de una liga juvenil que sirviera para atizarle el fuego a la dirigencia del ANC. El entonces Presidente General de la organización, Dr Xuma, no estuvo de acuerdo, pero la Liga fue aprobada en la conferencia Anual de 1943. No pasó mucho tiempo para que esos fogosos líderes de la Liga asumieran los cargos principales en el ANC, convirtiéndola en el principal movimiento de liberación nacional del país.
En 1946 ocurrieron hechos relevantes que moldearían definitivamente el desarrollo político de Mandela y el avance de la lucha en sentido general. Entre esos hechos tal vez el que mayor efecto tuvo fue la huelga de casi 70 mil mineros que reclamaban salarios decentes y mejores condiciones de vida. La Unión de Mineros Africanos había sido fundada a comienzos de la década del 40 por iniciativa de J B Marks, Dan Tloome, Gaur Radebe y varios activistas más del ANC, quienes también eran miembros del Partido Comunista ( fundado en 1921 ) La mayoría de los 400,000 mineros de la región del Reef ganaban centavos al día. La huelga se mantuvo durante dos semanas y constituyó una de las acciones más grandes de ese tipo en la historia de Sudáfrica. La represalia del gobierno fue violenta. Los principales líderes fueron arrestados y las oficinas de la Unión Sindical destruidas; 12 mineros murieron a manos de la policía y la huelga fue aplastada por la fuerza. .Acusados de haber promovido y organizado aquella huelga fueron arrestados y juzgados 52 hombres entre quienes estaban Marks y Kotane juntos a muchos otros comunistas. Fue un juicio político del gobierno para demostrar que no sería blando con lo que llamaban la amenaza roja.
Imagen de Nelson Mandela en la década de los 60.
Otro de los hechos políticos importantes en 1946 fue la aprobación de una ley dirigida a limitar y determinar los lugares donde podían vivir las personas de origen asiático, es decir, los sudafricanos de origen indio y malayo. La comunidad india rechazó aquella ley e inició una campaña de resistencia pasiva durante dos años para oponerse a las medidas implícitas en la ley. Dirigida por el Dr. Dadoo y por el Dr. G.M. Naicker, este último presidente del Congreso Indio de Natal, aquella comunidad cerró filas en una campaña de masas que impresionaría por su organización, su dedicación y su sacrificio. Amas de casa, religiosos, médicos, abogados, comerciantes, estudiantes y trabajadores se sumaron a las movilizaciones de protestas. Más de dos mil de ellos fueron voluntariamente a prisión y tanto Dadoo como Naicker fueron sentenciados a varios años de encierro. Los íntimos amigos de Mandela, Ismail Meer y J.N. Singh, abandonaron sus estudios universitarios y se fueron voluntariamente a la cárcel; Ahmed Kathrada, quien cursaba estudios superiores y años más tarde sería condenado a cadena perpetua junto a Mandela, también se fue voluntariamente a la cárcel
Sobre aquella campaña de resistencia pasiva Mandela recuerda: Yo visitaba con frecuencia el hogar de Amina Pahad, madre de Kathrada, donde almorzaba, y de pronto un día aquella encantadora mujer puso a un lado el delantal y se fue a la prisión voluntariamente por sus creencias. Si alguna vez puse en duda la voluntad de la comunidad india para protestar contra la opresión, ya no lo haría nunca más en mi vida.¨
A finales de la década de1940 el ANC no contaba todavía con un solo empleado profesional y estaba muy pobremente organizado; el primer empleado con esas condiciones que tendría algún tiempo después fue precisamente Walter Sisulu, con un salario de miseria. Aunque la máxima dirigencia del ANC tenía una visión amplia en relación a los blancos progresistas, Mandela no tenía confianza ni siquiera en los blancos de izquierda a pesar de que muchos comunistas eran amigos suyos; le preocupaba la influencia de los blancos en el seno del ANC y temía que los comunistas pudieran asumir la dirección del movimiento bajo la consigna de unidad y acción conjunta. Él estaba convencido de que lo que liberaría a los negros sería el nacionalismo africano puro, no el marxismo o una sociedad multirracial. En este sentido llegó tan lejos como participar junto a otros pocos en la disrupción de reuniones públicas de los comunistas, irrumpiendo en el podio y rompiendo sus carteles o apoderándose del micrófono. En la Conferencia Nacional del ANC en diciembre de 1947 la Liga Juvenil presentó una moción exigiendo la expulsión de todos los miembros del Partido Comunista, pero fue derrotada contundentemente.
El primer cargo importante ocupado por Mandela en el ANC fue su membrecía en el Comité Ejecutivo de la región Transvaal en 1947. Él mismo ha dicho que hasta ese momento sus sacrificios personales no habían ido más allá de estar ausente de su familia los fines de semana o de regresar tarde al hogar; todavía no comprendía a plenitud los peligros y dificultades de la vida de un luchador por la libertad; no se había involucrado a fondo en campañas de masa. A partir de su elección al Comité Ejecutivo comenzó a identificarse totalmente con el ANC, con sus esperanzas, sus éxitos y sus fracasos.
A principios de 1950 fue elegido miembro del Comité Ejecutivo del ANC, su máxima instancia. Hasta poco antes, desde su posición en la Liga Juvenil del ANC, había sido una especie de franco tirador contra la dirigencia burocrática de la organización, pero muy pronto se daría cuenta de la diferencia. Dice Mandela:en muchos sentidos es mejor ser un disidente dentro de una organización en casos como este, porque no se tiene la responsabilidad. Como miembro del Comité Ejecutivo que pasé a ser ahora tenía que sopesar bien mis argumentos y tomar decisiones. Tenía que estar listo para ser criticado por rebeldes como había sido yo.
En relación a su suspicacia hacia el comunismo relata como y por que-al igual que le sucedió con otros conceptos políticos suyos- fue comprendiendo la realidad y modificando consecuentemente su actitud. Refiriéndose a aquellos días cuando fue dada a conocer la Ley de Supresión del Comunismo ha dicho lo siguiente:
Mi larga oposición al comunismo se estaba quebrando. Moses Kotane, entonces Secretario General del partido, me visitaba a menudo en mi casa tarde en la noche y conversábamos hasta la llegada del día. De pensamiento muy lúcido y autodidacta, Kotane era hijo de campesinos en el Transvaal. A veces él me preguntaba: ¨Nelson, ¿qué tienes contra nosotros? Estamos luchando contra el mismo enemigo. Nuestra intención no es dominar al ANC; trabajamos dentro del concepto del nacionalismo africano.¨ Yo no tenía respuestas convincentes para sus argumentos.
Debido a mi amistad con Kotane, Ismail Meer, Ruth First y muchos otros, así como mi observación sobre sus sacrificios personales, me resultaba cada vez más difícil justificar mis prejuicios contra el partido comunista. Además, en el seno de la dirección del ANC y al mismo tiempo miembros también del PC hombres tales como J.B.Marks, Edwin Mofutsanyane, Dan Tloome y David Bopape estaban consagrados a la lucha y no se les podía señalar con el dedo. El doctor Dadoo, uno de los líderes de las movilizaciones anti racistas de 1946, era un marxista reconocido cuyo papel como luchador a favor de los derechos humanos en el país lo habían convertido en un héroe para todos los grupos de resistencia. Yo ya no podía, y no lo hice más, continuar poniendo en duda la buena fe de aquellos hombres y mujeres.
Mandela le entrega el trofeo al capitán del equipo sudafricano, Francois Pienaar, tras proclamarse los Springboks campeones del mundo de rugby en 1995.
No era necesario que me convirtiera en comunista para trabajar junto a ellos; descubrí que el nacionalismo africano y el comunismo africano tenían, en general, muchas más cosas en común que los unían que otras que los dividían.
Mandela fue arrestado en junio de 1952 en medio de la Campaña de Desafío organizada por el ANC y acusado de violación de la ley contra el comunismo. Incluso un simple encuentro de tres personas para cualquier cosa caía bajo las prohibiciones de la ley contra el comunismo. A mediados de ese mismo año él y Oliver Tambo abrieron un bufete de abogados, el primero de abogados negros en Sudáfrica. Desde el primer día comenzaron a recibir muchos clientes y era obvio porque se trataba del único bufete de abogados negros en el país. Para los africanos era la firma legal de primera elección y el último recurso para tratar de resolver sus problemas de esa índole. Desde temprano en la mañana el lugar se llenaba tanto que apenas había espacio para caminar.
Los africanos estaban desesperados de protección legal porque, entre otras cosas: cometían una violación si pasaban por una puerta designada para blancos solamente, era un crimen montarse en un ómnibus de pasajeros previsto para blancos solamente, un crimen beber agua de una fuente pública de la cual solamente estaban autorizados a beber los blancos, era una violación caminar por una playa solamente para blancos, un crimen estar en las calles de las ciudades después de las 11 pm, un crimen no portar el librito de pases que autorizaba ciertos movimientos a los negros en las zonas urbanas o rurales, o si el pase no estaba firmado por algún blanco. Era un crimen estar desempleado y otro crimen estar empleado en un lugar no autorizado para negros; era un crimen vivir en ciertos lugares y otro crimen no poseer un lugar donde vivir…
En 1955 Mandela fue sancionado judicialmente nuevamente bajo las regulaciones de la ley contra el comunismo, lo cual entre otras cosas implicó: separación forzosa de su membrecía en el ANC por ser esta una organización de resistencia; restricción de movimientos limitados al distrito de Johannesburgo; prohibición de participación en cualquier acto público durante dos años. Este tipo de sanción le sería impuesta siete veces más de forma consecutiva a partir de aquél momento, y lo sacó de sus responsabilidades en el seno de la dirigencia de movimiento de liberación. Desde ese momento su participación en la organización tuvo que ser clandestina, pues en caso de violación de lo aplicado por la corte iría a prisión, y era preferible trabajar secretamente a lo segundo. El ANC continuaba cifrando esperanzas en la vía pacifica de lucha y ni siquiera se hablaba todavía de la opción armada.
A principios de diciembre de 1956 fue arrestado una vez más y, junto a otros 155 miembros relevantes del ANC, acusado de alta traición; del total de acusados 105 eran africanos negros, 21 de origen indio, 23 blancos y 7 mestizos, lo cual ya mostraba la unión de pensamiento de los diferentes grupos sociales en la lucha contra el sistema racista. Fueron defendidos por un grupo prestigioso de abogados blancos progresistas y después de cuatro días de juicio todos salieron bajo fianza, con la peculiaridad de que aunque la medida judicial fue idéntica para todos el monto de la fianza se aplicó según el color de la piel: 250 libras esterlinas los blancos, 100 los indios y 25 los negros y mestizos. Hasta ese extremo llegaba el entendido racista de aquellas autoridades blancas. El juicio duró varios años y al final salieron absueltos, pero fueron años de descabezamiento político del ANC debido a las medidas cautelares impuestas a los acusados durante el proceso judicial.
Mientras tenía lugar el juicio aquellos hombres y mujeres no podían realizar actividad política alguna, aunque si mantener sus deberes laborales cotidianos. Mandela había visto aquella cara bonita en la calle, pero no sabía quien era. Una mañana entró a la oficina de Tambo y la encontró allí junto a un hermano de ella. Su nombre: Winnifred Madikizela, conocida como Winnie; era una trabajadora social en un hospital de Johannesburgo. De hecho, fue la primera trabajadora social negra en dicho lugar; su grupo étnico en el Transkei era Pondo igual que el de Tambo. Fue amor a primera vista.
Nelson Mandela y F.W. de Klerk recogen el Premio Nobel de la Paz como reconocimiento a la labor de ambos en el fin del ‘apartheid’.
El juicio por traición dejaba poco tiempo para el trabajo en el bufete y tanto Mandela como Tambo comenzaron a atravesar serias dificultades económicas. Winnie conocía lo anterior y le ofreció su apoyo porque tendrían que vivir del pequeño salario de ella. Se casaron en junio de 1958. Sobre la boda Mandela ha narrado lo siguiente:
Salimos hacia Bizana de donde era Winnie y mi primera parada fue en la estación de policía pues me habían autorizado seis días de mi orden de restricción en Johannesburgo y tenía que reportar mi presencia en el lugar… La ceremonia tuvo lugar en una iglesia local y luego fuimos a celebrar a la casa del hermano de ella….
El mejor de los discursos fue el del padre de Winnie quien entre otras cosas dijo que dentro del grupo de personas presentes algunas no habían sido invitados, tales como los agentes de la seguridad. Añadió que cuando su hija le anunció la intención de casarse conmigo él le había respondido que se iba a casar con un pájaro enjaulado, con alguien que ya estaba casado con la lucha de liberación.
Al terminar la ceremonia se separó un pedazo del cake para más adelante llevarlo al hogar ancestral del novio tal como exigía la tradición. Pero esto nunca sucedió porque mi permiso de movimiento expiró y tuvimos que regresar a Johannesburgo. No tuvimos tiempo ni dinero para la luna de miel, y muy pronto la vida cotidiana se hizo cargo de nosotros, sobre todo porque continuaba el proceso judicial. Winnie me dio esperanzas de una segunda oportunidad en la vida. Mi amor por ella me inculcó fuerzas extras para la lucha que me aguardaba.
La historia de amor entre ambos es conocida, como también es conocido el triste desenlace de la separación luego de casi 29 años de prisión de Mandela, tiempo durante el cual la figura de Winnie alcanzó un lugar cimero en la lucha contra el sistema de apartheid que le valió el sobre nombre de Mama África dado por su pueblo. Pero esa una historia aparte en si misma.
El 30 de marzo de 1960, nueve días después de la masacre de Sharpeville, Mandela y la mayoría de los co-acusados fueron arrestados bajo nuevas causas que se añadían a la acusación de alta traición, ahora bajo un estado de emergencia decretado por el gobierno. Se trataba de un arresto adicional para un juicio que duraría casi un año más y con resultados sorprendentes. El 29 de marzo de 1961 estaban todos presentes en la vieja sinagoga de Pretoria para conocer el veredicto, que fue leído por el juez Rumpf.
En las conclusiones se dijo que el ANC había venido trabajando para remplazar al gobierno con una forma diferente y radical de Estado; que hacia ese objetivo había empleado medios ilegales de protesta; que algunos de sus líderes habían convocado a la violencia y que existía un ala de izquierda en el seno del ANC que se expresaba de manera antiimperialista, anti occidental y pro soviética, pero: Que toda la evidencia presentada ante la corte no había podido demostrar que el ANC estaba dispuesto a derrocar al gobierno por vía de la fuerza, porque para ello las grandes masas tendrían que ser preparadas de antemano y ese no era el caso.
La decisión de la corte añadía que: la fiscalía no había podido demostrar que el ANC era una organización comunista o que el texto de la Carta de la Libertad perseguía el objetivo de un Estado comunista. Conclusión: los acusados son declarados inocentes y quedan absueltos…leyó el juez Rumpf. Así concluyó el juicio de alta traición. En su autobiografía Mandela comenta que en aquél juicio los tres jueces se elevaron por encima de sus prejuicios, de su educación y de sus antecedentes de clase.
Aquella derrota judicial del Estado racista le sirvió de lección porque a partir de entonces nunca más permitiría que la autonomía de su sistema judicial actuara libremente en procesos que fueran de su mayor interés; los jueces se nombrarían con autorización del gobierno. Los peores momentos del sistema de apartheid estaban por llegar.
El ANC y también el Congreso Pan Africanista (PAC) habían sido ilegalizados en 1960. La alta dirección del ANC y en particular Mandela sabían que habían ganado una batalla pero que la guerra estaba a punto de comenzar. Acto seguido de las conclusiones del juicio, Mandela no regresó a su hogar porque estaba convencido que casi de inmediato se produciría un nuevo arresto. Le había nacido una hija de Winnie, pero esta última comprendía bien la situación. Mandela se dio a la tarea de organizar las redes clandestinas de la organización y hacia ese objetivo inició un recorrido por diferentes regiones del país; su modo de vida se transformó en nocturno mientras se escondía siempre en lugares diferentes durante el día.
Su disfraz favorito era el de chofer, vestido con un uniforme azul como el que usan los mecánicos. La policía ya lo buscaba en todo el país y se tejieron leyendas de escapadas suyas extraordinarias, algunas de ellas fantasiosas que le ganaron el sobre nombre del Tulipan Negro, pero el hecho real es que esta etapa de su vida fue igualmente singular.
La idea sobre la necesidad del uso de la violencia llevaba varios años de debate interno en el ANC, pero siempre se había impuesto la tendencia favorable a la vía pacífica; Entre otros, Mandela y Sisulu ahora comprendían con claridad esa necesidad y el primero había argumentado su propuesta en una reunión secreta del Comité de Trabajo del ANC en junio de 1961. Entre otras razones Mandela dijo que el Partido Comunista se había reorganizado en la clandestinidad y estaba valorando la creación de su propia ala militar. Para su sorpresa el principal oponente a la idea en dicha reunión fue Moses Kotane, Secretario General del Partido Comunista, y una de las figuras más poderosas en el Comité Ejecutivo del ANC. Kotane prevaleció en el debate y Mandela se retiró tácticamente. Puesto de acuerdo con Sisulu, este último se ocupó de organizar un encuentro a solas entre Kotane y Mandela.
Mandela nos recuerda lo esencial de aquella crucial conversación de varias horas entre ambos
Le expliqué las razones por las cuales yo estaba convencido de que no quedaba otra alternativa sino la lucha violenta. Moses era un comunista de larga data y le dije que su oposición a la lucha armada era similar a la del partido comunista de Cuba bajo Batista; que aquél partido insistía en que las condiciones necesarias no estaban presentes según los libros de texto de Lenin y Stalin, y que estaban en espera de tales condiciones. Castro no las espero, él actuó y triunfó. Si esperas por las condiciones que dicen los libros nunca llegarán. Añadí que él estaba políticamente estancado en viejas ideas legalistas del ANC, que la gente ya se estaba organizando militarmente y que la única organización con capacidad para guiar esa lucha era el ANC.
Al final de la discusión Moses me dijo: Nelson, no prometo nada, pero sugiero que presentes el tema de nuevo en el Comité de Trabajo y veremos que ocurre. Una semana después presenté mi propuesta nuevamente y Moses no se opuso. Se llegó al consenso que yo debía presentar la misma propuesta ante el Comité Ejecutivo del ANC en Durban.
Nelson Mandela presente en la clausura del Mundial
Así ocurrió. Fue otra discusión difícil sobre el mismo tema porque el entonces Presidente General del ANC, el Jefe Albert Luthuli, era un pacifista convencido, tanto que años más tarde recibiría el Premio Nobel por la Paz, pero la mayoría se inclinó a favor de las acciones violentas como respuesta a la terrible represión del gobierno racista. Allí se acordó crear el ala militar, pero cuidando que ésta no apareciera vinculada al ANC orgánicamente. Luthuli y otros miembros del Ejecutivo argumentaron que si el ANC declaraba formalmente la lucha armada perdería muchos aliados tanto dentro como fuera de Sudáfrica. Las dos organizaciones de origen indio aliadas al ANC, así como la de los mestizos y los blancos demócratas se opusieron a la idea, pero esta se mantuvo. Mandela que nunca había sido un soldado, nunca había estado en una batalla, nunca había disparado un arma contra el enemigo, recibió la tarea de formar un ejército
El ala militar se llamó Umkhonto we Sizwe ( Lanza de la Nación ) y muy pronto se conoció por su nombre corto de MK. El ANC no permitía aún miembros blancos en el Comité Ejecutivo, pero el MK no nació con esa barrera y Mandela invitó al líder comunista Joe Slovo, quien junto a Walter Sisulu, además de Mandela, integraron el primer Estado Mayor del ejercito que crearían. Slovo se ocupó de reclutar a comunistas blancos para el MK y todo lo que hicieron al respecto fue totalmente nuevo para ellos. Para los cubanos es muy interesante lo que dice Mandela al respecto en su autobiografía:
Comencé a leer textos que me ayudaran en aquella enorme tarea y entre otros leí el informe de Blas Roca sobre el trabajo del partido comunista de Cuba durante los años de clandestinidad bajo el régimen de Batista; los escritos del Che Guevara sobre guerra de guerrillas; los discursos y experiencias de Fidel Castro, e incluso estudié sobre la táctica guerrillera de los generales sudafricanos durante la guerra anglo-boer, y mucho más. Me interesé en conocer sobre la lucha guerrillera de los etíopes contra el ejército de Mussolini, la de las Mau-Mau kenyanos contra el coloniaje británico, la de los argelinos contra los franceses y las luchas de otros pueblos africanos, sobre todo la de mi propio pueblo.
El 26 de junio de 1961 Mandela había remitido desde su clandestinidad una carta a varios periódicos del país. La parte final de dicha carta dice :
He elegido este camino que es mucho más difícil e implica más riesgos y más vicisitudes que permanecer sentado en una cárcel. He tenido que separarme de mi querida esposa e hijos, de mi madre y hermanas, antes que vivir como un forajido en mi propia tierra. Lucharé contra el gobierno al lado de ustedes, pulgada a pulgada, milla a milla, hasta que alcancemos la victoria. ¿Que harán ustedes, nos acompañaran o cooperaran con el gobierno? ¿Van a quedarse callados y mantenerse neutrales en un asunto de vida o muerte de nuestro pueblo?
En cuanto a mi, he tomado mi decisión. No abandonaré Sudáfrica ni me rendiré. Solamente con sacrificio y acción militante puede obtenerse la libertad. La Lucha es mi vida. Continuaré luchando por la libertad hasta el último día de mi vida.
Durante varios meses continuó su actividad organizativa del MK viviendo en diferentes lugares, incluidas viviendas de amigos blancos vinculados al ANC o al partido comunista; uno de los sitios fue una granja llamada Liliesleaf ubicada en Rivonia, al norte de Johannesburgo. La granja había sido adquirida por el ANC a través de terceros para convertirla en el centro principal de reuniones secretas del Comité Ejecutivo. La fachada de Mandela era la de jardinero y su nombre falso David Motsamayi; para él fueron semanas de gran alegría porque recibiría la visita de Winnie y sus hijos algunos fines de semana. Ella todavía no se había convertido en un objetivo importante del aparato de seguridad, no obstante lo cual se tomaban fuertes medidas de precaución para llevarla al lugar.
Varios dirigentes importantes del ANC y del PCSA trabajaron desde la granja para y comenzaron las acciones de sabotaje en Johannesburgo, Durban, Port Elizabeth y otras ciudades. A principios de 1962 Mandela fue enviado al exterior en una misión de divulgación de la lucha de la organización que incluía la explicación de por que habían tenido que optar por la lucha armada. La invitación oficial había llegado del Movimiento Pan Africano de Libertad para África Oriental y Meridional, que poco después se convertiría en la Organización de Unidad Africana (OUA) con sede en Addis Ababa. Fue la primera vez que Mandela viajó más allá de las fronteras de su país. El recorrido por varios países africanos incluyó Tanzania, Etiopía, Nigeria, Ghana, Liberia, Nigeria, Guinea Conakry, Egipto, Túnez, Marruecos, Zambia, Mali, Sierra Leona, Senegal. También visitaron Londres.
El retorno hasta la granja en Rivonia no tuvo contratiempos, pero pocos días después fue capturado en la carretera cuando regresaba de Kwazulu-Natal, adonde había viajado para poner al día al presidente del ANC, Albert Luthuli, de su recorrido por varios países africanos. Eran los primeros días de agosto de 1962. La acusación fue: incitación a los trabajadores africanos a protestar mediante huelgas y salida ilegal del país; Mandela decidió ser su propio abogado defensor y pidió a Joe Slovo que fuera su asesor legal. La noticia de su arresto recorrió el país. Durante el juicio Mandela vapuleo a sus acusadores cultural y jurídicamente. La sentencia fue cinco años de privación de libertad sin derecho a salir bajo palabra; más tarde fue trasladado a la prisión en Robben Island, donde debía cumplir lo que restaba de los cinco años.
En julio de 1963 la seguridad sudafricana llevó a cabo una gran redada en la granja Liliesleaf capturando a casi todos los principales dirigentes del movimiento que trabajaban desde la clandestinidad, entre otros de nuevo Walter Sisulu quien había salido bajo fianza, Govan Mbeki (padre del segundo presidente del país Thabo Mbeki ), Ahmed Kathrada, y muchos más.
Este arresto masivo condujo al conocido como juicio de Rivonia, en el cual Mandela fue incluido entre los acusados cuando aún permanecía en prisión. El proceso judicial se conoció inicialmente como El Estado contra el Alto Comando Nacional, pero poco después fue bautizado como El Estado contra Nelson Mandela y otros. El juicio comenzó en octubre de 1963 y se convirtió en el más famoso en la historia de Sudáfrica. El acusado No. 1 fue Mandela quien junto a sus compañeros tendrían que defenderse de una muy larga lista de acusaciones entre las cuales estaban más de doscientos actos de sabotaje que les achacaban como parte del intento de provocar una revolución violenta y una invasión armada con el objetivo de derrocar al gobierno.
El Estado se propuso demostrar entre otras acusaciones que Mandela era miembro del PCSA lo cual sería una evidencia de gran culpabilidad; él tuvo tres semanas para pensar y escribir el alegato de su propia defensa, que leería ante la corte. Ese documento es un valioso testimonio histórico de la lucha del pueblo sudafricano por su libertad, del cual solamente retomamos aquí las siguientes ideas expresadas por Mandela en relación al comunismo:
Es cierto que ha existido una estrecha cooperación entre el ANC y el PCSA, pero dicha cooperación lo único que demuestra es el objetivo común de la eliminación de la supremacía blanca y no es una prueba de una plena comunidad de intereses. La historia del mundo está llena de ejemplos similares, Quizás el más evidente fue la cooperación entre Gran Bretaña y los Estados Unidos de América con la Unión Soviética durante la guerra contra Hitler, Nadie, con la excepción de Hitler, se habría atrevido a sugerir que dicha cooperación convertía a Churchill y a Roosevelt en comunistas, o en instrumentos de estos últimos, o que Gran Bretaña y Estados Unidos estaban trabajando de conjunto para convertir el mundo en comunista.
Es muy difícil para los sudafricanos blancos educados bajo el prejuicio contra el comunismo poder entender la razón por la cual políticos africanos experimentados hayan aceptado a los comunistas como amigos suyos. Pero para nosotros la razón es obvia. Las diferencias teóricas entre los que luchan contra la opresión es un lujo que no podemos darnos en esta etapa. Aún más, durante muchas décadas los comunistas han sido el único grupo político en Sudáfrica que ha tratado a los africanos como seres humanos y como iguales; que han compartido la mesa con nosotros, han hablado con nosotros, vivido con nosotros y trabajado con nosotros. Es por ello que muchos africanos hoy igualan la libertad con el comunismo.
La lectura de la defensa preparada por él le tomó cuatro horas y las palabras finales las recitó de memoria:
He dedicado toda mi vida a esta lucha del pueblo africano. He luchado contra la dominación blanca y contra la dominación negra. He anhelado el ideal de una sociedad libre y democrática en la cual todas las personas puedan vivir juntas y en armonía, con iguales oportunidades. Es un ideal por el cual espero vivir y lograr, pero si fuera necesario es un ideal por el cual estoy dispuesto a morir.
Después de más de 27 años en prisión el régimen racista sudafricano se vio obligado a liberar a Mandela y a sus compañeros en febrero de 1990. Cuatro años más tarde se convirtió en el primer presidente negro de su país y en uno de los estadistas más famosos del siglo XX. Mandela ha muerto, ¡Viva Mandela!
Nelson Mandela y Desmond Tutu alzan sus manos tras la victoria en las elecciones de 1994 del Congreso Nacional Africano (CNA).
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