lunes, 16 de diciembre de 2013
Crónica de un fraude anunciado, ¿y ahora que sigue en Honduras?
Por Erick Tejada Carbajal
Como en la famosa y maravillosa novela del laureado escritor colombiano Gabriel García Márquez, “Crónica de una muerte anunciada”, en la cual Santiago Nasar es asesinado sobre el final del primer capítulo; el pueblo Hondureño fue testigo de múltiples señales que hacían vislumbrar el monumental fraude electoral ocurrido el domingo 24 de noviembre del año en curso y que involucra un complot de proporciones épicas que enloda presuntamente al gobierno de EEUU, la derecha internacional y por supuesto a la rolliza oligarquía doméstica la cual terminó por mostrar sus afilados colmillos el 28 de Junio del 2009 tras el violento golpe cívico-militar contra Manuel Zelaya Rosales y la cual no ha dejado de propinar dolorosas estocadas al macilento y alicaído pueblo catracho. Entre esas señales cabe destacar los dudosos procesos manejados por el Tribunal supremo electoral de Honduras en noviembre del 2009 mientras el verde olivo poblaba los paisajes nacionales y las elecciones primarias de noviembre del 2012 en las cuales las acusaciones de fraude estuvieron a la orden del día, siendo las más vehementes las proclamadas al interior del partido Nacional y específicamente que catalogaron en su momento como artífice de las truculentas maniobras a Juan Orlando Hernández declarado en la actualidad espuriamente como presidente electo de Honduras.
Las evidencias tangibles de la estafa electoral parecen ser contundentes: de las 14,593 actas de resultados de MER (mesas electorales receptoras) que LibRe y el PAC (Partido Anti-corrupción) recibieron en físico en sus centros de datos, comparadas con las actas publicadas en el sistema SIEDE –que fue consultado por última vez por esos partidos el jueves 28 de Noviembre al filo de la media noche–, se encontró que 82,301 votos fueron contabilizados de más a favor del Partido Nacional; 55,720 votos que no fueron contabilizados a LibRe; 34,184 votos que no fueron contabilizados al PAC; 29,063 votos que no fueron contabilizados al Partido Liberal; y 13,307 votos que no fueron contabilizados a otros partidos. De esas 14,593 actas, al menos 2,805 actas de MER no fueron transmitidas a los partidos políticos ni divulgadas en la página web del TSE. Estas actas representan un volumen electoral de al menos 830 mil electores, mayormente distribuidos en los departamentos de Cortés, Francisco Morazán, Santa Bárbara y Yoro. Sumado a lo anterior, cabe señalar otras irregularidades previas como manipulación del padrón electoral, compra y venta de credenciales para representantes de mesa, compra de votos, impedimento en algunas escuelas del conteo público y despilfarro excesivo por parte del candidato oficialista en la campaña política.
La pregunta obligada es ¿Qué sigue después de esta macabra crónica de un fraude anunciado?, pues parece que a pesar del repudio generalizado de la sociedad hondureña y la indignación popular sobre todo en la población estudiantil, a medida que pasan las horas el dictador en ciernes e impuesto presidente electo se afirma más en esta condición. Los Zelaya han optado por seguir las vías institucionales que tantas veces los han abatido para resarcir la catástrofe política que han sufrido, junto a los militantes de un partido que se forjó en las calles y que aún representa genuinamente el sentir y malestar de una buena parte de un pueblo hondureño, agobiado y asfixiado por el perpetuo latrocinio perpetrado desde hace más de cien años por el abyecto bipartidismo que parece escabullirse de está pírrica victoria política con menos heridas de las que hubiésemos deseado.
El TSE aceptó hoy la propuesta de LibRe de hacer un reconteo de actas, el funesto triunvirato que dirige a este ente lo hizo con frondosas sonrisas y vigorosos apretones de mano, a sabiendas que la estrategia a seguir es dilatar los procesos de reclamos y discrepancias electorales tanto como se pueda ya que como antes lo mencioné, el tiempo es vital aliado del estatus quo que ante la posibilidad de que se instalara un gobierno de corte progresista en el poder ha apoyado sin escrúpulos al capo de la tortilla y sus arteras maniobras para seguir preservando intactos los hilos de un roído y decadente sistema que exuda podredumbre por sus múltiples tentáculos. Entre tanto ayer, se engendró en la capital del país una nutrida manifestación encabezada por Xiomara Castro y Manuel Zelaya con el objetivo de evidenciar el descontento popular ante la precaria forma por parte del TSE de mostrar imparcialidad y transparencia en el proceso y las cuales parece serán cada vez más frecuentes y multitudinarias. Lo curioso del caso, es que lo que resulta evidente me atrevo a decir para la mayoría de los hondureños, ante el desfile de actas en las redes sociales y otros medios alternativos, que muestran sin tapujos que fueron manipuladas o mal contabilizadas, además de la no transmisión o publicación por parte del tribunal de casi tres mil actas, resultó esquivo para muchos de los observadores internacionales entre ellos la Unión Europea y la OEA que declararon con pasmosa sobriedad que el proceso había sido transparente y diáfano, francamente una postura lastimera, alevosa y con falta de ética ya que ni siquiera hicieron eco a las millares de voces que desconocieron un proceso obviamente amañado, cabe recalcar que algunos observadores como el juez Garzón y el austríaco Leo Gabriel evidenciaron abiertamente su malestar por las posturas de sus misiones respectivas ante el papel jugado por el TSE en dicho proceso electoral. A nivel regional debe de abrirse un debate que adquiere nuevos matices ante lo ocurrido en la tierra de Morazán, ¿Se puede confiar en la observación internacional? o ¿el sesgo ideológico permanece indeleble en este cada vez más polarizado mundo entre los ricos del norte y occidente y los parientes pobres del sur? Parece claro que la estrategia de la derecha internacional va a ser seguir el libreto Mexicano que llevó hasta la silla presidencial al nuevo rostro del priísmo Enrique Peña Nieto , el cual consiste en utilizar medios de comunicación para elevar perfiles, compra de votos, gastos onerosos en campañas políticas y control absoluto de la institucionalidad con el fin de preservar la hegemonía sobre la región; hoy Honduras ha sido víctima de este abyecto ajedrez político internacional y los helados vientos de la imposición parecen soplar cada vez con más violencia, lo único que pudiese desbaratar esta siniestra partida de ajedrez, sería la enjundia popular manifestada pacifica pero contundentemente en las calles.
México D.F. Lunes 2 de Diciembre del 2013.
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