lunes, 9 de diciembre de 2013
Valores de resistencia civil y esencia del compromiso ético en la Honduras del 2014
Por Dra. Phil. Irma Becerra
Universidad José Cecilio del Valle
I.- Actualidad de la Formación en Valores de Resistencia Civil para la Ética Ciudadana del Siglo XXI
Cuando escribí el libro de Ética Espontánea Ciudadana titulado “Formación en Valores de Resistencia Civil” en el 2007, hacía referencia a la necesidad de formar a los ciudadanos para enfrentar las manipulaciones y los nuevos peligros a partir de la era de la globalización y la posmodernidad de un capitalismo salvaje que pregonaba el “todo se vale y el todo se puede”, reduciendo a la persona humana a simple mercancía y objeto de consumo que se puede usar para luego desechar. En este sentido, la formación en valores de resistencia civil hacía especial referencia a la necesidad de afrontar los vicios, los malos hábitos y costumbres, la corrupción así como también las extralimitaciones en el campo de la familia, así como de la política con el monopolio de grupos e individuos particulares a los que sólo motiva su interés egoísta. La formación en valores de resistencia civil hacía y hace hincapié en la defensa de la posición de principios en los ciudadanos porque les ayuda a ser entes autónomos y conscientes que pueden tomar sus propias decisiones y asumir sus propias responsabilidades. Por eso la defensa de la posición de principios implica el no vender nunca la conciencia ni los valores ni la propia persona, sino forjarse un carácter resistente que puede filtrar toda la cantidad de porquería y estulticia que el mundo de hoy ofrece al consumidor y a la persona humana. Ello significa desarrollar un pensamiento crítico y objetivo que no se acostumbra ni se resigna ni se acomoda al camino negativo de la vida, sino que reacciona positiva y creadoramente para defenderse de la avalancha de instrumentalización que proclama el capitalismo neoliberal en su guerra directa e indirecta contra los individuos.
Desde esta perspectiva la formación en valores de resistencia civil no ha perdido ni actualidad ni vigencia; antes, por el contrario, constituye una teoría de ética ciudadana aún válida para rescatar aspectos esenciales de una hondureñidad productiva y esencialmente creadora en una sociedad más progresista y más justa. Podemos concluir que la actualidad de esta formación reside en la mediación pedagógica con el mundo interno y externo, es decir, el hecho de que provee de un sistema interno de protección de la conciencia individual al aprender la persona del mundo real únicamente aquellas experiencias que la enriquecen y vuelven una mejor persona, por lo que su esencia es el carácter selectivo con que tenemos el deber de enfrentar el mundo. Como señalé en el libro mencionado, “mediar pedagógicamente es tomar una situación determinada y situarla en un proceso de enseñanza-aprendizaje para que los actores involucrados lleguen a comprender en dónde residen sus errores, sus exageraciones, sus conductas extremas, etc., y cómo pueden superarlos o corregirlos” (Becerra, 2008: 132). Ello, sin olvidar que esta selectividad es siempre un acto de humildad, integridad y honestidad que supera toda soberbia y orgullo humillantes de los demás. De ahí que, la formación en valores de resistencia civil no implica sumisión a las agresiones de otros. No es una forma resignada y masoquista de aguantar y reaccionar sino una especie de autodefensa mental, emocional, política, pedagógica y psicológica para crearse un escudo protector ante las ofensas, humillaciones, explotación y entornos denigrantes que nos quieran robar la energía y la felicidad. Por eso en la resistencia civil se le hace ver al agresor su bajeza inmoral y asocial al colocarle un espejo invisible ante sus ojos para que éste pueda ver su propia ira, ignorancia, odio y enojo y el hecho de que no vive en paz interior y se vea obligado u obligada a retroceder ante la fortaleza interior que le demostremos. La formación en valores de resistencia civil es una estrategia de defensa contra la envidia, los celos, el desprestigio, la ira, las provocaciones y la maldad antihumana que conforman la guerra no declarada entre los distintos individuos de una familia o una sociedad determinada y que los mantiene en una lucha perversa entre sí. Por eso está enfilada contra el abuso emocional, verbal o físico y defiende a los más vulnerables y sensibles en cualquier lugar del mundo. En este sentido, yo también haré lo que tenga que hacer para combatir hasta el final toda forma de guerrerismo antihumanista y anticivil. Ello, porque siempre hay que recordar en todo momento que el valor supremo de la no violencia es la paz mundial, así que los valores de resistencia civil deben ser la esencia de no corruptibilidad del espíritu humano al desarrollarse y fortalecerse, como me inculcasen mis padres: “la libertad, la rebeldía, la inconformidad, la combatividad, el heroísmo, el entusiasmo, el arrojo, la valentía, la audacia, la intrepidez, el coraje, la decisión, la determinación, el empeño, la firmeza, la constancia, la perseverancia, el tesón, la templanza, la gallardía, la bravura, el ímpetu y el patriotismo” (Becerra, 2008: 69-70). Se trata, entonces, no sólo de educar para la libertad sino de “educar para la autonomía de la conciencia, es decir, para tener el valor de fundamentar la propia existencia con dignidad y defenderla de las intromisiones y alienaciones ajenas, así como de la explotación de que pudiera ser víctima, y tener el valor de liberarse de la tutela de otros. La autonomía de la conciencia es la propia liberación de la conciencia para asumir responsabilidades individuales y sociales, y para poner en duda las prácticas aisladas de los gobiernos por rescatar situaciones que no generan una visión y oportunidades globales de desarrollo humano” (Becerra, 2008:70). Se trata de la “revolución comprometida democráticamente” desde el Estado.
II.- ¿Qué es Compromiso Ético?
Compromiso ético es la responsabilidad individual porque no pueda darse ni exista ninguna dictadura de grupos minoritarios ni individuos en una sociedad. En el nuevo gobierno que se avecina no puede haber, en, consecuencia, ninguna forma de dictadura, ni la de los militares, ni la de los policías, ni la de los empresarios, ni la de los abogados, ni la de los periodistas, ni la del proletariado, ni la de los campesinos, ni la de los maestros, etc. Contrario a ello, todos los grupos sociales deben estar representados en condiciones de igualdad y fraternidad, en un proceso amplio de reconciliación que haga justicia a las víctimas, los desaparecidos y asesinados en cualquier período histórico de la nación hondureña y el mundo. El compromiso ético implica la realización siempre concreta de la verdad y la denuncia decidida de la mentira y el abuso de poder. El valor principal y primordial de los fundamentos de la formación en valores de resistencia civil es, en este sentido, la defensa de la verdad y de la vida como principio máximo de toda verificación de los hechos y sucesos que se experimentan y llevan a cabo en una sociedad. Para hacer prevalecer este principio la formación en valores de resistencia civil asume la libertad como proceso direccional en un sentido que compromete al individuo en tanto persona hacia el señalamiento de los hechos indebidos que nunca debieron suceder y que no deben volver a repetirse en la historia particular, nacional o internacional. Eso significa que el compromiso ético obliga a alertar siempre acerca de las extralimitaciones de que puedan ser objeto las poblaciones en cualquiera de los ámbitos sociales, morales, culturales, económicos y políticos. Asumir un compromiso ético como pacto social es saber y poder resistirse ante los atropellos mirando siempre hacia adelante y hacia el futuro y olvidando la experiencia negativa en tanto abuso, pero castigando al hechor o hechora desde el tribunal comunitario y popular, porque la sociedad es una asociación de trabajo comunitario que no puede quebrantarse en sus leyes, reglas y oportunidades. En este sentido, la esencia del compromiso ético en la Honduras que comenzará a partir de las elecciones del 24 de noviembre próximo, es la vivencia activa de cada persona por responder a la altura de las circunstancias del cambio democrático que exige de mucho conocimiento y cultura, así como de honestidad política. Eso significa que el pacto social con todos los sectores para realizar la Gran Asamblea Nacional Constituyente tiene que crear un equilibrio de poderes que rescate la importancia decisiva de la deliberación como principio cognitivo de resistencia civil civilizada. En ese proceso ya no pueden adelantarse la fuerza bruta, la violencia, la intolerancia, la impunidad y la discriminación porque la sociedad ha comprendido que su relación con el poder político no es un simple arreglo entre compinches sino una necesidad histórica de construir instancias confiables a las que el ciudadano pueda recurrir y dirigirse cuando necesite de ellas. Se trata de un control ciudadano del poder ejercido con resistencia y formación ciudadana que puede y sabe hacia dónde se dirige.
III.- Esencia del Compromiso Ético en el Nuevo Gobierno Vencedor
Como ya había esbozado en el 2007 la esencia de la formación de los valores de resistencia civil es el hecho inquebrantable de que todos los seres humanos son incorruptibles, y de que no es cierto que con el transcurrir del tiempo todo se corrompe en la historia. Los principios fundamentales de la posición consciente ciudadana que establecen un compromiso ético son, en consecuencia, en esencia los siguientes:
1.- “Principio de la complementariedad del carácter punitivo de las reglas morales (referentes al castigo) con el carácter emancipatorio (referentes a la condición de persona libre de tutela pero no aislada del entorno natural y social), en el que el carácter emancipatorio y de autonomía individual de la persona son los fines primordial y universales que se persiguen y que prevalecen en el tiempo y el espacio por encima del castigo intemporal y ahistórico.
2.- Principio de determinación de las condiciones del carácter punitivo o castigo, pues se parte de la concepción humanista de que las personas, en primer lugar, son entes racionales y capaces de comprensión mutua, y no del prejuicio que las cataloga de antemano como animales irracionales, capaces sólo de recibir palos y golpes, y por tanto, de entender a punta de ballonetas.
3.- Principio de fundamentación no intimidante del vínculo afectivo y cognitivo de las relaciones humanas.
4.- Principio de memoria y olvido que puede hacer promesas como fundamentación de la historia emancipada de la persona humana.
5.- Principio de la conciencia de resistencia y propositiva que busca la solución de los conflictos y problemas a través del análisis integral, crítico, dialógico y deliberador sin clasificar, juzgar anticipadamente o ver de menos a otras personas, y que, por tanto, se toma tiempo y exige tiempo histórico.
6.- Principio de fidelidad como confianza en la fiabilidad de las promesas.
7.- Principio de defensa de la vida sin inculcar el temor a Dios pero inculcando el respeto irrestricto por la persona humana.
8.- Principio de restablecimiento de la armonía y la paz para siempre en la faz de la Tierra, estadios que no son nunca de aburrimento o de hastío” (Becerra, 2008: 117-127).
En este sentido, estamos obligados como hondureños a vencer el “catrachismo” que nos mantiene en la valoración negativista de lo auténticamente catracho, y nos niega un lugar privilegiado en la historia porque no permite que avancemos evolutivamente hacia formas superiores de interacción social, económica, cultural y política. Abandonemos para siempre el catrachismo y sustituyémoslo por “lo catracho” como símbolo fecundo de creación humanista.
IV.- Nuevos Valores de Resistencia Civil Para las Distintas Profesiones en el Nuevo Gobierno Que Resulte Vencedor de las Elecciones del 2013
En la contienda electoral de los últimos meses hemos visto como población desde disputas verbales violentas hasta asesinatos de candidatos a distintas funciones en los respectivos partidos políticos. Se observa como grupos minoritarios de diferentes profesiones dominan las diputaciones y aspiran a los puestos públicos sin preocuparse demasiado por obtener una formación política y filosófica firme y sólida que pueda ser un respaldo para la propia Ética Ciudadana porque permita la discusión civilizada y el diálogo fecundo. Esto debe ser motivo de preocupación. Por eso es preciso señalar que los nuevos valores de resistencia civil para las distintas profesiones participantes en el proceso electoral se redefinen de la forma siguiente:
1.- La necesidad urgente y establecida como deber para todos de defender y apreciar la verdad.
2.- La necesidad urgente de ejercer del funcionario público la responsabilidad social.
3.- La necesidad imprescindible de informar al pueblo a través de un discurso y actos coherentes, equilibrados, verídicos y verificables.
4.- La necesidad urgente de profesionalizarse en sus respectivas carreras para de ese modo estar a la altura de las necesidades del pueblo hondureño.
5.- La necesidad de formarse políticamente para que su profesión no limite al funcionario público en el ejercicio de la legislatura.
6.- La necesidad urgente de formarse éticamente para superar la soberbia, el falso orgullo, el sectarismo y el oportunismo políticos.
7.- La necesidad urgente de que se abra la Carrera de Ciencias Políticas en las Universidades Privadas y Públicas para formar políticos y estrategas con formación humanística acreditada.
De las profesiones participantes en la contienda electoral debemos rescatar a los periodistas porque han tenido que pagar con su vida su trabajo de investigación. En este sentido, valga el Código Internacional de Ética Periodística de la UNESCO para que se amplíe a todas las profesiones participantes puesto que es la comunicación humana la que media y regula los procesos sociales en todos sus contenidos. Ese Código señala los siguientes valores:
1.- “El derecho del pueblo a una información verídica, precisa y completa.
2.- Adhesión del periodista a la realidad objetiva.
3.- La responsabilidad social del periodista.
4.- La integridad profesional del periodista.
5.- Acceso y participación del público.
6.- Respeto de la vida privada y de la dignidad del hombre.
7.- Respeto del interés público.
8.- Respeto de los valores universales y la diversidad de las culturas.
9.- La eliminación de la guerra y otras grandes plagas a las que la humanidad está confrontada” (Código Internacional, 2008: 1-3).
De todos los anteriores debemos insistir en que el periodista y todo funcionario público tiene “la verdad como norma irrenunciable, y como profesional está obligado a actuar de manera que este principio sea compartido y aceptado por todos. Ningún hecho deberá ser falseado y ningún hecho esencial deberá ser deliberadamente omitido” Hernández, 2007: 1). Esto es “buscar sólo la verdad, toda la verdad y nada más que la verdad, es la actitud diaria que toda comunidad humana reclama al profesional de la comunicación (que son todos), consciente de que las mentiras o medias verdades difundidas por diversos medios les impiden conocer la realidad, lo que realmente está sucediendo” (Vizcarra, 2002: 2). En este sentido, la sentencia de los mediadores de la comunicación es que “quienes ejercen el periodismo asumen la obligación moral de consagrar su vida a él, respetándolo y enalteciéndolo, conscientes de que por su naturaleza, destino y riesgos, es la profesión más peligrosa del mundo” (Código de Ética Periodística, 2013: 2).
Además de lo anterior, está el valor irrenunciable de resistencia civil de la responsabilidad social que debe rendir cuentas al público receptor haciendo propuestas de edificación de bienestar para la comunidad, abandonando para siempre el amarillismo y los programas radiales y televisivos que incitan a la violencia y a la falta de evolución. Por eso la responsabilidad social no sólo de los medios de comunicación debe proyectar los siguientes servicios públicos:
1.- “Hacer un relato comprensivo y real de los acontecimientos diarios con contexto, contenido constructivo y sentido.
2.- Servir de foro para el intercambio de comentarios y críticas.
3.- Proyectar la visión de la realidad de los grupos relevantes en la sociedad.
4.- Presentar y explicar las metas y valores de la sociedad.
5.- Garantizar el acceso pleno a la información relevante del día” (Wikipedia, 2013: 2. El subrayado es nuestro).
Finalmente, para hacer un esfuerzo de relacionalidad cultural, y a mi manera, unamos algunas metas de la sociedad democrática en palabras de José Cecilio del Valle con los valores de emancipación nacional esbozados por Francisco Morazán Quesada para concluir con las siguientes citas: “Yo lo repito. Es necesario decir que los que mandan son infalibles, o permitir que se les censure. ¿Quién publicará, si no es la Imprenta, sus errores, sus cargos o delitos? ¿Puede concebirse que un país sea libre cuando no lo son el pensamiento o la palabra que es su expresión? ¿Cuándo hay pensamientos vasallos y sólo un pensamiento soberano? La obediencia debe ser fiel; pero ilustrada. Asegurar que se le hace traición reclamando los derechos violados del pueblo es revelar ese secreto de los déspotas. Desde el momento en que un hombre o un cuerpo restringen o encadenan la libertad de escribir garantizada por el pacto social, anuncian a la nación entera que el Gobierno se ha mudado o se va a mudar: publican indirectamente el manifiesto de la tiranía” (del Valle, 1971: 231). A su vez, Francisco Morazán escribía el 14 de octubre de 1824 que el Congreso Constituyente del Poder Ejecutivo de Honduras había decretado “que el Estado de Honduras es independiente absolutamente en su Gobierno interior” (Morazán,1992: 13. El subrayado es nuestro).
Bibliografía:
Becerra, Irma. 2008. Formación en Valores de Resistencia Civil. Aportes de Ética Ciudadana. Tegucigalpa: Editorial Baktún. Segunda edición.
Código de Ética Perodística. 2013. Colegio de Periodistas del Perú. Texto de Internet.
Código Internacional de Ética Periodística de la UNESCO. 2008. Texto de Internet.
Del Valle, José Cecilio. 1971. Pensamiento vivo de José Cecilio del Valle. Centroamérica: EDUCA.
Hernández, Mary Pili. 2007. Código de Ética del Periodista. Texto de Internet.
Morazán, Francisco. 1992. Obras. Volumen I. La Organización del Estado de Honduras. Secretaría de Cultura. Comisión española del quinto centenario. Tegucigalpa.
Vizcarra, Silvia. 2002. La responsabilidad social del periodista, frente a la noticia como mercancía. Texto de Internet.
Wikipedia. 2013. Responsabilidad social de los medios. Ya fue suficiente. Texto de Internet.
“El miedo a la libertad hace el orgullo de ser esclavos”
Longino Vidal Becerra Alvarado
“No a la izquierda y la derecha deshonestas,
No Pasarán,
sólo la gente honesta pasará!
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