martes, 17 de diciembre de 2013

Miasma electoral



Oscar Moncada Buezo

Culminó el proceso electoral y ocurrió lo que tenía pasar; la correlación de fuerzas en los ámbitos social, económico y esencialmente en el institucional fue factor determinante para que de forma muy discutible el clan de familias y poderosos empresarios que controlan abrumadoramente la sociedad hondureña prevaleciese y consolidase su dominación, al menos por los próximos cuatro años. Por más que muchos hayamos vendido la idea –aún en contra de nuestros pensamientos más profundos que reafirmaban la seguridad del fraude– de que había que salir a votar con la esperanza puesta en el imperio de la Ley y en la decencia y honorabilidad de las personas, al final, los intereses económicos que estaban en juego, la racionalidad del poder con toda su arrogancia y sus abusos y la implantación del miedo, la mentira y la desvergüenza como estrategias, se impusieron para impedir un proceso electoral justo y transparente.

Desde una semana antes del domingo, era muy evidente que muchísimos compatriotas habían perdido el temor a la tradición y a la burla mordaz del oponente irreflexivo, incluso, muchos se sobrepusieron a las veladas amenazas y chantajes de sus jefes, amigos o vecinos; por ello pregonaban con un aire de revancha su disposición a votar contra el régimen. El hondureño es así, humilde, miedoso, y saca fuerzas de flaqueza solo cuando se siente acuerpado por otros; es ésta una conducta originada en décadas tras décadas de sufrimiento y humillación.

Pues bien, los simpatizantes de LibRe, todo un fenómeno político dentro de los sectores populares, especialmente los organizados y en el seno de una parte de la clase media, la mayoría confiados en las encuestas verdaderas, en el enorme calor popular que éste partido recibe y en un clamor generalizado que exige profundas transformaciones y la salida inmediata de los azules, inundaron los centros de votación. Era solo de hablar y pesquisar en barrios y colonias, en tiendas, supermercados y mercados y en oficinas para entender la fuerza adquirida por LibRe. Al final, muchísimos de esos votos y voluntades se fueron por el albañal de la corrupción institucionalizada.

Igual aconteció con los votantes del Pac; es notable cómo este partido se empoderó de las intenciones de gruesas porciones de la clase media profesional, deseosos de un cambio en sus vidas y en la forma que el país se administra; es una pena que ignoren que esa metamorfosis solo puede generarse con un cambio dramático de las estructuras del país. Personalmente leí muchos conteos de mesas en los grandes centros urbanos en las cuales se reportaban cero votos para la insignia del ingeniero, lo cual es imposible y vergonzoso y denota la colusión en unas MER integradas por seis representantes del PN.

Es importante también destacar la participación liberal, quienes confiando en la tradición de su partido y en viejas glorias pasadas mejoraron incluso sus expectativas. Fueron tan procaces algunas cadenas televisivas, mismas que sustentaron el golpe de Estado de 2009 y este chiste electoral, que se atrevieron a divulgar encuestas, en las que el candidato del PL ostentaba un seguro segundo lugar. Lástima para sus seguidores que la pusilanimidad de su candidato no ajustó para más, quien sin esperar que se aportasen mayores resultados reconoció a un ganador inexistente, un libreto planificado que mucho ayudó en esta mentira. Siempre he creído que para gobernar se requiere honradez, sensibilidad, formación, disciplina y vocación al trabajo; sin embargo, nadie podrá presumir de liderazgo si no cuenta con el suficiente carácter y un fuerte temperamento, que es el caso de éste liberal, cuya primera prueba de fuego será la integración de la directiva del congreso nacional.

De los partidos minoritarios no se puede comentar nada positivo, ni siquiera merecen que se les designe como instituto político; su existencia es una estafa que ha venido sufriendo el pueblo de Honduras para simular democracia y para ajustar las cuentas electorales de los grandes partidos. La presencia de LibRe y del Pac en las MER se encargó de demostrar el fiasco y la arbitrariedad que significa mantener a este cuerpo de holgazanes, cuya responsabilidad en el fraude es enorme. Es tal la desconfianza que manifiesta la ciudadanía en el TSE, cuya origen es de por sí espurio, dada la forma en la que algunos de los magistrados fueron escogidos, que muchos sostienen que la inclusión de un diputado de la DC es un acto forzoso y conveniente, solo para que los grupos de poder continúen manipulando dicho “tribunal”.

Para quienes todavía no asimilan la derrota y mucho menos entienden la dinámica del poder y del dinero, basta con que ingresen a la página Web de Coalianza y se empapen de la influencia desproporcionada que ahora ostentan en el país un reducido grupo de empresarios y de instituciones bancarias, –probablemente asociados al capital financiero y especulativo internacional, norteamericano y europeo– cuyas participaciones en negocios antes vedados a la banca son impresionantes. Si esto no le fuere suficiente, verifique las iniciativas y los proyectos todavía pendientes de negociación y de adjudicación. Solo así reflexionará en el alcance y la gravedad de este miasma electoral. Y si es suspicaz, infiera motivos y también comprenderá que la aprobación de las Ciudades Modelo en zonas claramente definidas y delimitadas del país, así como la silenciosa concesión a compañías petroleras internacionales de amplias zonas de la plataforma marítima del país coincide con la tendenciosa postura, en relación al proceso electoral, asumida por la embajada norteamericana en suelo hondureño. Habrá mucho más para escribir sobre el tema.

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