Por Efraín Bu Figueroa
Al margen de la tormenta de irregularidades, constitutivo de fraude, en las pasadas elecciones del 24 de noviembre y sus consecuencias conocidas; el Partido Libertad y Refundación (LibRe) a menos de 3 años de haber sido creado, ha tenido más éxitos que fracasos.
Constituido legalmente en marzo del 2012, LibRe fue capaz de convertirse en muy corto tiempo, en una de las formaciones partidarias mas poderosas del espectro político nacional, desplazando a un tercer lugar al otrora mayoritario Partido Liberal.
Tal logro es único en América Latina, pues a otros partidos progresistas, les ha tomado años, sino décadas alcanzar una posición decisoria en sus propios ámbitos políticos; caso del Frente Amplio de Uruguay y el Farabundo Martí en El Salvador.
También, en breve tiempo, LibRe ha alcanzado una solida organización nacional, que llega hasta el nivel de barrio y aldea con más de 20,000 colectivos, ello, porque Libertad y Refundación, nació del corazón del pueblo, en las calles, en una épica lucha por la defensa de la democracia y el orden constitucional quebrantado por una conspiración liberal-nacionalista el 28 de junio del 2009. Lo anterior explica el compromiso y la convicción de sus militantes, evidenciado con su esfuerzo voluntario y entrega incondicional a la búsqueda del triunfo en las ultimas elecciones.
Por primera vez en nuestra historia, un partido emergente, logra aglutinar en torno a su proyecto político socialista democrático; al movimiento social, gremios, estudiantes, trabajadores, empresarios, intelectuales, artistas, militancia de otros partidos y a un fuerte segmento del tradicional Partido Liberal, lo que le da una conformación, amplia, policlasista muy heterogénea, ideológicamente hablando, pero con objetivos bien definidos, compartido por esos sectores, para avanzar hacia un verdadero Estado democrático, participativo y solidario.
El éxito más contundente de LibRe, hasta el momento, ha sido el quiebre del bipartidismo, responsable del atraso de Honduras. Este nuevo partido ha logrado obtener 39 diputados en el Congreso Nacional, lo que, junto al Partido Anticorrupción ha venido a cambiar la correlación de fuerzas en dicho poder. Este triunfo ha creado condiciones objetivas, para que la oposición pueda dirigir ese poder del Estado; y con ello facilitar no solo el avance hacia un gobierno respetuoso de la institucionalidad, democrático y justo sino también neutralizar el autoritarismo que ya se avizora, como el de pretender continuar el control absoluto de los tres poderes del Estado, esta vez desde el Poder Ejecutivo.
No menos exitoso ha sido que, LibRe ha logrado penetrar en la conciencia del pueblo hondureño; y este se ha empoderado de él. Su consolidación en el devenir del tiempo, así como su actuación consecuente en la vida nacional, reafirmaran su papel conductor del proceso transformador de nuestra sociedad; de cara a la construcción de una democracia directa y participativa.
Si bien hubo falencias torales en el desenvolvimiento de la campaña, que ameritará análisis en otro momento, hasta hoy los éxitos son mayores. Su futuro quedará asegurado, en la medida que la conducción partidaria sepa identificar y manejar la contradicción primaria de nuestra realidad socio-económica y evite ser víctima de las diferencias internas, que puedan poner en peligro los triunfos estratégicos alcanzados hasta la fecha.
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