jueves, 26 de diciembre de 2013

Marx... Otra vez Marx. Pero ¿qué Marx?



Hace tiempo, demasiado desgraciadamente, Belén Gopegui insistió en presentarnos a Néstor Kohan. Nos conocimos en Madrid. Un encuentro breve en el que intercambiamos libros y con el que acordamos lo que podría ser una edición castellana de Nuestro Marx. Luego vinieron lecturas, muchas, del texto y un lento proceso de trabajo a lo largo del que se nos fueron despertando miles de preguntas. Preguntas para las que aún no tenemos respuesta y que tienen todas que ver con la recepción del texto. Y no nos referimos a las ventas. Nos referimos a su recepción real, a los ecos o el debate que pueda provocar. Porque este Marx "nuestro" es en realidad un Marx al que vemos muy poco por estas tierras. Es un Marx, un marxismo, que vive por y para sus consecuencias políticas. Sus consecuencias políticas hoy, aquí, ahora. En la contraportada pusimos "un Marx cargado de fuerza, capaz de ser el elemento aglutinante de un proyecto plenamente revolucionario".

Y desde ahí, desde esa voluntad de participar en y discutir -ojalá- un proyecto plenamente revolucionario, presentamos ahora este Nuestro Marx.

Les dejamos aquí un texto de presentación. Nosotros seguiremos atentos a ver qué pasa... a ver si esta sociedad nuestra puede ofrecer pronto una pulsión política similar a la que aquí presentamos. Un proyecto plenamente revolucionario. Sí, nos repetimos, pero es que nos gusta repetirlo, es lo que queremos: un proyecto plenamente revolucionario.

Texto de contraportada:

No busquen aquí a un Marx sujeto a modas, a un Marx desinflado de contenido y susceptible de venta como bestseller interesado. Lo que aquí rescatamos es un Marx cargado de fuerza, capaz de ser el elemento aglutinante de un proyecto plenamente revolucionario.

Este libro seguirá el hilo de las interpretaciones que cada corriente y cada época han ido dando al marxismo. Se polemizará desde aquí contra aquellas más propias de un pensamiento domesticado y se pretenderá recuperar lo que consideramos la esencia del proyecto consignado en El Capital: demostrar la historicidad del capitalismo, desvelar sus procesos de fetichización y, sobre todo, probar que es un sistema social que puede ser superado. Porque la meta, tanto de Marx como de quienes esto escriben es precisamente ésa: superar el capitalismo; acabar con una economía y con un mercado que no son nada sin dominación y poder, sin violencia de unas clases sobre otras.

Por ello, lo que aquí presentamos es un Marx al que llamamos nuestro, pero que tiene una historia muy anterior a la nuestra, y que en América y otras muchas partes del globo pretendió ser aplastada a sangre, picana, capucha y fuego. Se acusó a los suyos, se nos acusó, de ser «delincuentes », «terroristas» y «subversivos». Nos torturaron y nos desaparecieron. Quemaron las personas y los libros, incendiaron las bibliotecas. Querían borrar al marxismo de la faz de la tierra...

Pero nuestros muertos no han muerto. Al igual que Marx, renacen con cada nueva rebelión. Así que aquí estamos... Esta lucha no terminó, acaba de empezar.




No hay comentarios: