viernes, 13 de diciembre de 2013

El triunfo de LibRe



Por Hugo Noé Pino

Los resultados electorales de pasado domingo 24 de noviembre muestran algo que ya se venía perfilando en Honduras a raíz de las elecciones internas: la ruptura del bipartidismo. Este acontecimiento es un hito en la historia política del país después de más de cien años del control político de dos partidos tradicionales. Si alguien nos hubiese dicho hace una década que eso sucedería muy pronto, lo hubiésemos calificado de iluso y de desconocer el arraigo popular de esos partidos.

Obviamente el punto de inflexión lo marcó el golpe de Estado de 2009 y la agrupación de los sectores más conservadores que se benefician del status quo en que se mantiene al país con una marcada exclusión social que se manifiesta en dos terceras partes de la población en pobreza, más de un millón desempleados y un millón de emigrantes.

Aunque las elecciones se realizaron en orden y tranquilidad, las irregularidades e inconsistencias denunciadas por diferentes partidos políticos ascienden a montos que arrojan serias dudas de la transparencias electoral pregonada por los miembros del Tribunal Supremo Electoral. Son los mismos que en el 2009 declararon que eran las elecciones más votadas en la historia de Honduras, pese a que todo mundo sabía que inflaron los votos de los partidos proporcionalmente para que así pareciese. Partidos que en ese año alcanzaron 45 mil votos, ahora no llegaron ni a 5 mil.

Fue una campaña totalmente asimétrica: por una parte, los dineros de los contribuyentes han sido utilizados para potenciar la candidatura oficial, con el silencio cómplice de muchos sectores. El derroche de recursos mostrado por el partido en el gobierno fue impresionante. Por otra, el cerco mediático observado durante el golpe de Estado se volvió a repetir, esta vez con mucho mayor alcance. Las actividades del que resultó una fuerza política inmensa fueron conscientemente desconocidas, o en el mejor de los casos, relegadas a un quinto o sexto plano.

Pese a todo esto, LibRe alcanzó una rotunda victoria. Gana una bancada sólida de 38 o 39 diputados que deberá responder a las expectativas del pueblo hondureño haciendo oposición y denunciando las arbitrariedades que allí se cometen en contra de las mayorías. Ese es el camino hacia una consolidación de un partido de extracción popular.

El partido Nacional, en cambio, pierde más de 20 diputados en el Congreso y tendrá una  vigilancia más estricta sobre el ejecutivo. Es por ello que diciembre se presenta como un mes de alto riesgo para la población hondureña. La aprobación de medidas impopulares en el Congreso actual.

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