jueves, 6 de diciembre de 2012
Breve análisis de las elecciones internas de Honduras
Por Hugo Noé Pino
1.- Introducción
En Honduras se viene practicando las elecciones internas desde mediados de los años 80s con diferentes modificaciones en sus formatos. Por ejemplo, en la actualidad existen tres boletas que se marcan: la de pre candidatos a la presidencia, la de diputados, y la de alcalde municipal. Los diputados se votan por departamentos y en todos los niveles se incluyen la fotografía de los candidatos y candidatas. La inclusión de la fotografía trajo como consecuencia que muchos de los candidatos y candidatas ahora provengan de la rama del periodismo (dada su exposición en los medios de comunicación) y también futbolistas.
Los ganadores en los tres niveles son los que obtienen el mayor número de votos. Esto quiere decir que una sola corriente puede tener todos los candidatos a diputados, si sus candidatos son lo más votados.
En el pasado las elecciones internas se han desarrollado sin mayores problemas, aunque el nivel de participación no ha sido alto en comparación a las elecciones generales y con acusaciones de irregularidades que no han modificado la voluntad de las mayorías en lo que al voto presidencial y de alcalde se refiere. Aunque las elecciones son organizadas por el Tribunal Supremo Electoral, pero dadas que son de partidos, estos últimos tienen el manejo final de los resultados. En el pasado ha habido serias dudas a que los resultados de los candidatos a diputados realmente reflejen la voluntad de los electores y ha habido muestras claras en muchos casos que los candidatos electos han reflejado más negociaciones políticas de los dirigentes de las corrientes, que la voluntad de los electores.
Las elecciones de realizaron en una forma muy tranquila sin incidentes que lamentar. Existen algunas quejas de irregularidades menores, pero la más preocupante es existen acusaciones que los partidos tradicionales “inflaron” los votos proporcionalmente para no aparecer, principalmente el partido Liberal, que había perdido fuerza, y para minimizar a Libre. Obviamente que esto tendrá que ser probado.
Las elecciones internas del 2012
Las elecciones internas del presente año revestían especial importancia por varias razones; la primera porque el nuevo partido LibRe (Libertad y Refundación) participaría por primera vez. Al ser una división importante del Partido Liberal y haber logrado una movilización importante durante la campaña, había mucha expectativa por el número de votos que obtendrían. Al mismo tiempo, el hecho que la candidata a la presidencia fuese la esposa de Manuel Zelaya llamó la atención de cómo reaccionarían los votantes después de tres años y medio del golpe.
La segunda, porque el partido Nacional en el poder se presentaba con siete corrientes por primera vez, pero con sólo dos candidatos con posibilidad de ganar y con fuertes ataques entre ellos: el actual presidente del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández, y el actual alcalde de Tegucigalpa, Ricardo Alvarez. La tercera, por haber mucha expectativa sobre el desempeño del Partido Liberal después del golpe de Estado del 2009. Acá se enfrentaban Mauricio Villeda Bermúdez, hijo de un ex presidente y figura prominente del golpe de Estado y Yani Rosenthal, uno de los pocos empresarios que se opusieron al golpe de Estado y ex ministro de Zelaya.
La campaña de los partidos previo al domingo 18 de noviembre se caracterizó por una clara ausencia de propuestas serias de los candidatos y candidatas sobre los principales problemas nacionales, pero con mucho movilización de parte de los tres partidos. Voceros del partido LibRe fueron muy audaces en afirmar que sacarían más de 900.000 votos, con un optimismo a todas luces desmesurado.
Los resultados preliminares obtenidos, que seguramente serán ratificados por el conteo final, dan como principal triunfador, por partido, al partido Nacional del gobierno con cerca de un millón de votos, en segundo lugar al partido Liberal con más de 700.000 votos y a LibRe un tercer lugar con un poco más de 600.000 votos.
El partido Nacional, pese a ser el partido de gobierno y con el desgate fuerte del gobierno actual, se presenta como la primera fuerza política del país y con muchas posibilidades de ganar en las próximas elecciones de noviembre del 2013. Su grado de organización, financiamiento fuerte proveniente de fondos del Estado y el apoyo de un sector empresarial importante le dan fuerza. El presidente del Congreso, Juan Orlando Hernández es el triunfador con una diferencia de 4% sobre el alcalde de Tegucigalpa. Aunque este último no ha reconocido su derrota y señala que esperará hasta que se cuente el último voto, es claro que ya hay un candidato en el partido Nacional. Un aspecto interesante es que los dos pre-candidatos representan dos tipo de políticos: el presidente del Congreso, el político tradicional de origen rural, corrupto y que media entre las élites económicas y el Estado. El segundo, el representante directo de esas élites.
Pese a los enfrentamientos en la campaña, es de suponer que la “unidad” en el partido Nacional se sellará con una negociación basada en distribución de prebendas y posiciones en el nuevo gobierno, como se acostumbra en los partidos tradicionales.
En el partido Liberal, Mauricio Villeda, miembro del Opus Dei y colaborador en el golpe de Estado ganó las elecciones con una diferencia de 7%, aunque Yani tampoco ha aceptado su derrota hasta que se cuenten las urnas completamente, pero el resultado es claro. Acá la situación es más complicada porque varios seguidores de Yani habían señalado que de no ganar, podrían emigrar a Libre, pero se desconoce cuán fuerte puede ser esto.
En el caso de LibRe las expectativas equivocadas de sus voceros han dado lugar a que los sectores más conservadores del país consideren que su participación ha sido un fracaso y que el bipartidismo sigue siendo predominante. Para un partido que se constituyó hace seis meses y con escasa organización, el número de votantes es un éxito porque ningún partido de reciente formación ha logrado un monto tan considerable de votos. Adicionalmente, el hecho de que Xiomara Castro fuese candidata por consenso pudo haber desincentivado a varios seguidores a no asistir a las urnas por ahora.
A pesar que las elecciones internas se presentaron cuatro corrientes, tres de ellas de orientación liberal y desafectos a su partido, al igual que Zelaya, y una de izquierda, parece que aún con algunos pequeños problemas, el objetivo de la unidad se alcanzará. Hay que señalar que como se esperaba, la mayor parte de los cargos los acumula la corriente más afín al ex presidente Zelaya.
LibRe tuvo la oportunidad de ver de cerca que no es lo mismo despertar entusiasmo, a que este entusiasmo de traduzca simultáneamente en votos. El próximo año en las elecciones generales enfrentará enormes desafíos tanto en el campo organizativo, financiero y de competencia, dado que además de los partidos tradicionales participarán tres partido más, uno de ellos, el partido Anti-corrupción, con posibilidades de atraer mucho voto independiente. Igual participaré el partido formado por el general que dio el golpe en el 2009.
Todavía no se conocen los candidatos a diputados por cada uno de los partidos y estos resultados son igualmente importantes que los ya descritos, aunque hay tendencias clara al respecto. Qué tipo de corriente y de candidatos hayan ganado, definirá el perfil del próximo Congreso.
A manera de conclusión
Los resultados preliminares de las internas muestran los siguientes aspectos relevantes:
El partido Nacional salió fortalecido en el proceso electoral y es muy probable que gane las elecciones el próximo año, pese al desgate terrible del gobierno. El mayo ganador es el presidente Lobo, que pese a su desempeño, su candidato ganó las elecciones lo que lo mantiene en vigencia de ganar su partido las próximas elecciones.
El partido Liberal, pese a que evitó pasar a ser la tercera fuerza política, sigue en una posición de desventaja como opción real de poder. El mayor número de partidos en las elecciones generales le perjudicará al igual que a LibRe.
LibRe se ha constituido en una fuerza política importante, pero no capaz de acceder al poder en las próximas elecciones. Tendrá que haber mucha madurez en su dirigencia para lograr organizarse y hacer llegar la mayor cantidad de electores el próximo año. De hacerlo podrá tener un número de diputados aceptable, que con su comportamiento en el Congreso reflejen las diferencias sustanciales con los partidos tradicionales y se construyan una verdadera opción de poder en el futuro cercano.
LibRe enfrentará el próximo año a las mismas fuerzas que dieron el golpe de Estado: los partidos tradicionales, la iglesia, los militares y empresarios económicamente fuertes, lo peor que puede hacer es subestimarlos. Como siempre en política, se impone una lectura adecuada de la realidad.
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