lunes, 15 de junio de 2020
Reabre el Gran Mercado, ¿Y nuestra Plaza de Memoria?
El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras, Cofadeh, comparece hoy como todos los primeros viernes de mes en la Plaza de los Pañuelos Blancos, para nunca olvidar.
Estamos aquí, del modo que sea, para recordar a nuestros seres queridos cuya desaparición continúa siendo un delito perseguible, y para recordarle al Estado su responsabilidad no extinguida en estos crímenes de lesa humanidad.
La Plaza La Merced es siempre nuestro lugar de encuentro para la esperanza, no es un lugar sólo para lagrimar el pasado, es más bien un espacio para tertuliar el futuro.
Hoy anunciamos desde la víspera que nos sumamos a las acciones jurídicas para anular la vigencia del Código Penal, por inconstitucional, abusivo y perverso, que profundiza la conflictividad nacional ya precaria desde hace 11 años.
Hoy no estamos aquí para lamentar la divulgación de la cadena perpetua de Tonny Hernández hasta septiembre en Estados Unidos, estamos para condenar el racismo estadounidense que tiene en llamas otra vez a ese país vendido de falso modelo democrático.
Estamos aquí, más bien, para expresar toda nuestra solidaridad con las multitudes negras, blancas y mestizas que están juntas en las calles para exigir el fin del abuso sistémico supremacista de la policía gringa, y demandar una solución sin la intervención de las fuerzas militares de ocupación estatales y federales.
“¿Se acuerdan el papel que firmó en Nueva York el dictador Hernández para comprometer a Honduras como “país seguro” sólo para tener una foto con el supremacista presidente Trump y demorar su extradición por narco?, preguntó Salvador Nasrralla, ayer. Nadie le contestó. Entonces, él mismo afirmó que la deportación de migrantes haitianos empobrecidos y habitantes de diferentes países de África que marchan desesperados hacia Estados Unidos es un acto de barbarie y de racismo vandálico.
“El ‘Estatus Quo’ (blancos, “cristianos” y ricos) está mudo o casi mudo antes estas injusticias, desigualdades y violencias de fondo y de siempre, pero ellos parecen “indignados” por el saqueo de tiendas que se dan en algunas protestas. ¿Pero quiénes son, realmente, quienes han saqueado al planeta desde hace 500 años destruyendo el aire, las tierras, las aguas y las vidas humanas? Ellos son los saqueadores. Son ellos, que hay que sacar de todas las posiciones de poder, influencia y toma de decisiones”, escribe a propósito el luchador canadiense Grahame Russell.
En medio de esa tragedia humana y de esta otra tragedia sanitaria, el Cofadeh no acepta ningún heroísmo asignado por la publicidad de la dictadura a los militares que han dejado un nivel de contagio arriba de los 6,000 con más de 160 manifestaciones reprimidas y 250 muertos. Y falta la segunda ola.
Nosotras no aceptamos siquiera un instante como concepto inteligente que el capitalismo salvaje reabra sus negocios en medio de la cresta de la primera ola de contagio y que traslade el peso de la máscara a cada una las personas con un sistema de salud heroico por precario, heroico por estigmatizado y heroico por abandonado. Esto es poner la economía por encima de la vida!
Nunca como sociedad había estado Honduras más expuesta a la expansión de un virus mortal ni jamás habíamos estado como ahora sometidas a una estrategia de miedo paralizante infundido desde un aparato corrupto que aprovechó el confinamiento de la población para vandalizar los presupuestos nacionales, endeudar inútilmente al país y saquear como criminales esos mismos presupuestos. Ese fue un aprovechamiento inteligente? Saqueadores!
El régimen es tan cínico que le abre las puertas a sus maquinitas capitalistas con algunas exigencias formales y mantiene, como norma de abuso y control ciudadano, las imposiciones de fuerza sobre la población general que ha sufrido más de tres meses de violación de derechos constitucionales elementales, inclusive muertes violentas por ese aparato de guerra que le disparó a matar a los portadores potenciales.
El capital sigue enmascarado operando su misma lógica acumulativa, agiotista y especulativa, mientras más del 80 por ciento de la población vuelve a caminar lento entre la pobreza y la miseria de siempre, buscando sobrevivir.
Retomar ahora la Biblia en las iglesias, esa misma amalgama de principios que han servido a Hitler, a otros asesinos y a narcos, es transferir el miedo de las cadenas de radio y televisión a los templos de pastores y a los parlantes de los medios sometidos a la estrategia de la manipulación oficial. Y eso tampoco lo aceptamos!
De los Hechos y de los Hechores, Ni Olvido Ni Perdón
COFADEH
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