miércoles, 24 de junio de 2020

A pesar de no tener sustento científico, el Gobierno sigue comprando fármacos para aplicar tratamiento Maíz y Catracho



En el punto más alto de la pandemia por Covid-19, el Gobierno inició una campaña abierta para implementar el tratamiento “Maíz y Catracho”, el cual se convirtió en el método oficial aplicado en todos los centros asistenciales del país.

Los tratamientos incluyen en su fórmula Hidroxicloroquina o Cloroquina, Ivermectina, Microdacyn, entre otros, esto ha causado reacciones en médicos e investigadores, puesto que tratamientos como la Hidroxicloroquina han sido prohibidos en otros países por ser una amenaza a pacientes con problemas cardiovasculares.

La revista de Cuidado Críticos de USA (Juornal of Intensive Care) volumen XX de mayo del presente año, al hacer una revisión de los estudios clínicos hasta la fecha, publicó un artículo titulado “Una revisión sistemática de la eficacia y seguridad de los tratamientos con cloroquina para el tratamiento de Covid19”, en el cual los autores concluyen:

“No hay una racionalidad científica, que apoye investigaciones clínicas en cloroquina en paciente con Covid19 basado en solo evidencia preclínica de efectividad y de largo uso por otras indicaciones. Sin embargo su uso clínico debería de adherirse al uso monitorizado en emergencia de no registradas intervenciones marco metodológico y éticamente aprobado   como está establecido por la organización Mundial de la Salud”.


El estudio afirma que producto de varios ensayos clínicos en todo el mundo, se ha concluido que la cloroquina no ha sido efectiva para tratar a pacientes con Covid-19, por lo anterior el comité de expertos de la Organización Mundial de la Salud, OMS, aconsejó a los Ministerios de Salud, el personal de salud, e investigadores “que no existía ningún tratamiento específico para coronavirus y que por lo tanto el uso de los medicamentos debería de hacerse en ensayos clínicos debidamente controlados”.

Este tipo de estudio es el mayor nivel de evidencia científica y se cataloga como grado A. Por tal razón, se empezaron a diseñar estudios clínicos en varios países para disponer de evidencia clínica, en pacientes hospitalizados.  Hasta el día de hoy, no existen estudios publicados de este nivel.

El 22 de mayo la revista médico científica Lancet, publicó un estudio de nivel de evidencia científica B, titulado “Hidroxicloroquina o cloroquina sola o en sin un macrolido para el tratamiento de pacientes con Covid-19: un análisis multinacional de registros”; que utilizó datos de 196 hospitales, en diferentes países incluyendo de ingresos bajos, altos y medios; estudiando 94,000 pacientes:


Los  resultados indicaban que en los pacientes tratados con cloroquina la mortalidad se duplicaba comparado con los que no tomaron este tratamiento (18% vs 9%), y aumentaba a 2.5 veces más si se utilizaba un macrolido como Azitromicina (23%). La conclusión de los autores del estudio fue: “En resumen este estudio multinacional, observacional, de la realidad mundial de los pacientes hospitalizados con Covid-19, encontró que el uso de los regímenes conteniendo hidroxicloroquina o cloroquina con o sin un macrolido, estuvo asociada con no evidencia de beneficio, pero en vez de eso fue asociada con un incremento en los riesgos de arritmias ventriculares y una mayor asociación para la mortalidad hospitalaria en pacientes con Covid-19. Estos hallazgos sugieren que estos regímenes terapéuticos podrían no ser usados afuera de los ensayos clínicos y urge confirmación de ensayos clínicos aleatorizados”.

La OMS el 25 de mayo de 2020 suspendió los ensayos clínicos en todos los países para revisar cómo se estaban llevados a cabo, y si había alguna evidencia disponible. Nueve días después la OMS (2 de junio), permitió que se siguieran los estudios al no encontrar evidencia a favor o en contra de su uso, pero, con la salvaguarda de que deben de monitorear muy de cerca el uso del mismo, declarando textualmente: “Hasta que no haya evidencia, la OMS previene a los médicos y las asociaciones médicas recomendar o administrar estos no comprobados tratamientos a pacientes con Covid-19, o las personas que se los automedican. La OMS está preocupada por los reportes de individuos que se automedican con cloroquina y que les ha ocasionado daños severos. El Comité de la Seguridad y del Monitoreo de los Estudio, continuara monitoreando muy de cerca la seguridad de todas las terapias que se están probados en los Estudios Clínicos”.


Honduras aplica tratamiento Maíz y Catracho
En Honduras las sugerencias de la Organización Mundial de la Salud no han valido y sin consentimiento de la misma se han aplicado estos tratamientos, a tal punto de convertirlas en una bandera oficial para aplicar a cada paciente de Covid-19.

Uno de los principales promotores del medicamento ha sido el médico internista Omar Videa, quien a través de la apuesta editorial del noticiero Hoy Mismo, han presionado para que ambos tratamientos fueran nombrados como oficiales y parte de la estrategia de lucha contra el COVID-19.

El Gobierno ha hecho varias compras de Microdacyn, para el caso compró más de 7 millones de lempiras a la Droguería Nacional en este producto antes de ser nombrado como medicamento oficial, asimismo a través de INVEST-H adquirió a compañías de China, cloroquina y otros fármacos que componen la fórmula.

Debido a las críticas contra los tratamientos y el manejo de los fondos para adquirir los medicamentos, el Gobierno firmó un fideicomiso de administración que será dirigido por Banco de Occidente, y por medio del que se espera finiquitar la firma de contratos para compra de estos fármacos y poder abastecer a todos los centros asistenciales del país.

El doctor Videa ha presentado varios casos en el Noticiero Hoy Mismo, anunciando las bondades de ambos tratamientos y poniendo ejemplo de personas que se han curado gracias a ellos.

Por otra parte el director del Hospital Escuela, Osmín Tovar, en su momento manifestó que no se puede confiar en un medicamento que no tiene sustento científico, pues el método de investigación es claro, sino hay prueba de efectividad, lo demás es corazonada, y tampoco se puede jugar con la vida de la gente de esa forma.

Tovar manifestó que como médicos están haciendo todos los esfuerzos posibles para brindar atención a los pacientes, dar un oportuno diagnóstico y aplicar los medicamentos adecuados para buscar la recuperación de los pacientes Covid-19.

Entre tanto, los resultados de los estudios hechos en Honduras tanto a nivel de la universidad como en los del IHSS no se han publicado, y tampoco se encuentran los protocolos disponibles, con respecto a estos tratamientos. 

El tipo de estudio es observacional descriptivo; comparando la mortalidad de pacientes del Seguro Social tratados con tratamiento Catracho y Maíz con la mortalidad del resto de la población con resultados positivos de Covid.

En entrevistas a medios de comunicación, el presidente de los médicos del IHSS en San Pedro Sula, Carlos Umaña manifestó que: “El Seguro Social ha retirado del esquema Catracho la hidroxicloroquina a raíz de las publicaciones hechas que muestran el doble de mortalidad en los pacientes que lo utilizan, pero no el sulfato de cloroquina”.

Al no existir ese grado de evidencia necesario para darlo a la población las autoridades de la Secretaria de Salud han incurrido en una irresponsabilidad y negligencia manifiesta con consecuencias graves en la salud de las personas que se infectan con el Covid-19. 

El Comité de Ética que aprobó el uso de este medicamento está violando la Declaración de Helsinki que es uno de los postulados básicos en la realización de estudios que involucran seres humanos.  

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