sábado, 6 de junio de 2020

Masacre laboral en Honduras


Por Carlos H Reyes

El capitalismo y su modelo neoliberal siguen en crisis y con el COVID 19 la crisis sanitaria la ha agudizado más. Como el “mercado” no la puede resolver, entonces le corresponde al Estado hacerlo, pero como los neoliberales lo han achicado, tampoco la puede resolver y en el caso de Honduras, la dictadura corrupta y ligada al narcotráfico, tampoco puede resolverla, porque la tienen de rodillas los acreedores y necesita endeudarse más. Entonces es un problema político que el régimen dictatorial no podrá resolver, y como puede sucumbir en su tratamiento, entonces el régimen y los dueños del país se las desquitan con el pueblo trabajador, de ahí la masacre laboral.
La masacre laboral en Honduras es producto de la lucha de clases. Los grandes perdedores con los efectos de la pandemia del COVID 19 somos los que producimos la riqueza del país: los trabajadores asalariados, desempleados, ambulantes, trabajadores del campo, cuentapropistas, campesinos, pequeños y medianos propietarios, etc. Perdemos porque no somos dueños de los principales medios de producción y no tenemos más que nuestra fuerza de trabajo que enriquece al gran capital.

La mayoría de los grandes empresarios y las transnacionales dueños de los principales medios de producción, que no producen riqueza, no solo no pierden, sino que si saben, como dicen ellos, “hacer de las crisis una oportunidad para ganar más”, y lo vemos en la sobre explotación del trabajo asalariado, en las concesiones en impuestos; en permitirles suspendan contratos de trabajo para no pagar salarios; en arrancarle al Estado más concesiones en el espectro radioeléctrico para Tigo y Claro; en mantenerles vigentes las millonarias exenciones fiscales; en participar del reparto gratuito de tierras del Estado; en recibir crédito bancario concesionado, en privatizarlo y desregularlo todo, con cual se profundiza el atraso y la dependencia del país.

La profundización del modelo neoliberal traerá consigo más explotación, más saqueo, más corrupción, más narcoactividad, más desigualdad social, más violaciones a los Derechos Humanos, y por tanto, la profundización de las contradicciones de clase. Previendo escenarios de resistencia popular, el régimen no solo ha remilitarizado el país, sino que, además, ha emitido un nuevo Código Penal que define esas acciones de defensa de los intereses de clase como: “reuniones ilícitas”, y según art. 553 deberán de ir a prisión. En Honduras, es común que plantones y otras manifestaciones públicas sean infiltradas por los cuerpos de seguridad para criminalizar a quienes protestan; con el nuevo Código Penal, a quienes protesten les aplicaran el art 554 correspondiente a “asociación para delinquir”; el 573 y 574 por provocar “desordenes o perturbación del orden público”; o el 787 de “terrorismo”, mandando a la cárcel a los dirigentes o participantes, y si hay una organización sindical de por medio le podrán quitar su personería jurídica aplicándole el Articulo 112 y obligándola a pagar daños y perjuicios.

La crisis la piensan resolver con más: dictadura, represión, explotación, neoliberalismo. Lo correcto es iniciar un proceso para revertirlo todo, con un aparato de poder popular democratizador y en un proceso de retorno a la unión centroamericana, que debe ser nuestro pensamiento y quehaceres más dignos.

Afirmamos que en Honduras existe una masacre laboral

La masacre laboral es un hecho, la agudización de lucha de clases también, y llevará a confrontaciones mayores, pero ya tienen listo el Código Penal para criminalizar y judicializar a los que nos oponemos, aumentaran los presos políticos y la colombianización del país matando dirigentes populares. Seguirán con el estado de sitio, con más neoliberalismo y buscaran el continuismo del régimen dictatorial, con el apoyo del imperio gringo que como dijo El libertador Simón Bolívar «Los Estados Unidos parecen destinados por la providencia para plagar la América de miseria en nombre de la libertad». Pero no se olviden, la cadena se rompe por el eslabón más débil ¡VIVA LA PATRIA CENTROAMERICANA!

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