miércoles, 5 de agosto de 2015

Jóvenes defensores y defensoras se solidarizan con huelga de hambre



Por Tommy Morales

La red de jóvenes defensores y defensoras de derechos humanos de Zacate Grande se unieron a la solidaridad con las personas en huelga de hambre; permanecieron en el campamento toda la noche colaborando con la vigilancia y el aseo del mismo.

Según Zulema Chirinos Alvarado una joven de 27 años informo que el Comité de Familiares de detenidos Desaparecidos en Honduras, COFADEH, desde hace tres años los ha estado preparando para la defensa de los derechos humanos.
Chirinos es originaria de Zacate Grande de la comunidad de Puerto Grande, decidió aprender de derechos humanos por el acompañamiento que esta organización le ha dado a la lucha por la tierra que tienen en ese lugar; observaba como se violentaban los derechos humanos de todas las personas y desde allí pertenece a la red.
“Como mujer uno de los obstáculos para ejercer defensoría ha sido mi esposo que no comparte mi sentir, pero por pertenecer a otras organizaciones he aprendido que es necesario defender los derechos de las personas”, adujo Chirinos.
A raíz de que ha habido gente preparándose en derechos humanos, las violaciones a los mismos se ha reducido en la comunidad, una de las violaciones se han generado en la recuperación de las tierras, hay 31 campesinos procesados por el delito de usurpación de tierras a pesar que ellos tienen muchos años de vivir allí.
Otra violación es el hostigamiento de elementos de la Policía Nacional que viven en la posta, lo que creaba un ambiente de temor, los habitantes no salían por las noches, había toque de queda a las seis de la tarde, a esa hora todos se encerraban en sus casas, perseguían a los niños y los detenían, denuncio la defensora.

Por su parte, Marlon García de 23 años narro que la invitación para capacitarse se la llevaron a la casa, considero que una de las violaciones a los derechos humanos de las y los jóvenes se da en no tener acceso a un empleo.

García dijo que su interés por aprender lo ha llevado a tener una esperanza.
Su sueño es seguir trabajando con jóvenes, capacitarlos en derechos humanos para que se defiendan y poder ingresar al Instituto de Formación Profesional, INFOP.

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