miércoles, 12 de agosto de 2015

“Gramsci, los subalternos y los Subaltern Studies en la panorámica poscolonial (Autoconciencia de los dalits como “subalternos”)

Rebelión

Por Salvador López Arnal

Publicado por Montesinos en 2014, Giaime Pala, Antonio Firenze y Jordi Mir Garcia fueron sus editores, Gramsci y la sociedad intercultural es un libro que, como señalamos en nuestras anteriores aproximaciones debe merecer nuestra atención. Aproximarnos a él es el objetivo de estas notas.

Tras el índice y la presentación, abre el volumen un artículo de Francisco Fernández Buey. “Sobre culturas nacionales y estrategia internacionalista en los Cuadernos de la cárcel de Antonio Gramsci” es su título, uno de sus últimos textos. Sigue a continuación: “¿Traducido o traicionado? Las aventuras del pensamiento de Gramsci en el “mundo grande y terrible” de hoy” de Guido Liguori, “Antonio Gramsci: Cesarismo, ideología, cultura unitaria” de Andrea Di Miele y, en cuarto lugar, Gramsci, los subalternos y los Subaltern Studies en la panorámica poscolonial. (Autoconciencia de los dalits como “subalternos”) de Cosimo Zene [CZ], profesor de Antropología en la Univertsity of London. En nota a pie de página escribe CZ: “El autor quiere dar las gracias a Francisco Fernández-Buey y a todas las personas que participaron en el Congreso Internacional “Gramsci y la sociedad intercultural”. Y dedica este ensayo a la memoria de Giorgio Baratta”. La traducción del inglés es de Carles Mercadal Vidal.

Una cita abre este excelente capítulo, uno de los más importates del libro: “Convertirse en dalit es el proceso en virtud del cual, en el sistema de castas, el subalterno ingresa en los circuitos de la conmensuración política y en el régimen valorativo de «lo humano”. Un breve resumen:

En este artículo, señala CZ, “abordo la categoría gramsciana de los “subalternos” teniendo en cuenta las contribuciones recientes a este tema, en particular las realizadas por Joseph Buttigieg, Giorgio Baratta y Marcus Green. Este último, además de plantear una crítica elocuente al artículo “Can the Subaltern Speak?” de Gayatri Chakravorty Spivak, me permite regresar a las fuentes gramscianas con el objetivo de propugnar una radicalización de las posturas de Gramsci en relación con la experiencia de los “intocables”/dalits en el sur de Asia. No cabe duda de que, hoy en día, el estudio de la “cuestión de los subalternos” en la India de no puede hacer caso omiso de la “cuestión de los dalits” como “el inconsciente político de la sociedad india”. El estudio de campo relativo a los rishi-dalits de Bangladesh acentúa más aún la precaria situación de estos grupos como subalternos, pero también su aspiración a superar la subalternidad”.

El análisis sistemático de Green del concepto de “subalternos”, señala CZ, pone de manifiesto que en el mundo anglófono “esta categoría ha sido objeto de abusos y malas interpretaciones, y muestra que la transformación del término desde un uso literal a otro figurativo ya resulta evidente al final del Cuaderno 1 de Antonio Gramsci. Tras realizar varios comentarios en los Cuadernos de la cárcel sobre los subalternos, en 1934 Gramsci empezó a escribir el Cuaderno 25, en el que, bajo el título “Al margen de la historia (Historia de los grupos sociales subalternos)”, copió, transcribió y desarrolló las notas de los cuadernos 1 y 3. Aparte de no concluir su proyecto, Gramsci se encontró en una situación de “subalternidad” que da a sus notas una perspectiva a menudo indicativa y fragmentaria, si bien contienen intuiciones relevantes. De manera significativa, Green señala la necesidad de interpretar este concepto como algo “[…] entrelazado con sus análisis políticos, sociales, intelectuales, literarios, culturales, filosóficos, religiosos y económicos”. Podríamos decir que Gramsci estaba interesado en desarrollar una aproximación multidisciplinar al estudio de los subalternos”. En el marco de esta metodología, señala CZ, debería tenerse en cuenta el desarrollo de la concepción gramsciana del Estado soberano “como el “protagonista de la historia” en relación con el “Estado integral”, donde tanto la sociedad política como la civil intervienen para que los grupos dominantes retengan el poder por medio de la hegemonía del consentimiento y la coerción.”

A pesar del interés de Gramsci en proponer una teoría für ewig y formular teorías y conclusiones generales, sostiene CZ, su metodología se basa en “acontecimientos particulares, retazos de información y observaciones” con el propósito de “traducir los elementos de la vida histórica al lenguaje teórico”. En suma, escribe Green, Gramsci “quiere entender cómo las condiciones y relaciones del pasado influyen en el desarrollo actual y futuro de la experiencia vivida por los subalternos”.

… Para acometer una traducción al lenguaje teórico y entender estas “condiciones y relaciones del pasado”, Gramsci apela a la “historia integral” como una herramienta versátil que toma en consideración las dinámicas políticas, socio-económicas, culturales y religiosas, en la que el “historiador integral” es capaz de percibir “la totalidad y complejidad del proceso histórico, desde las tendencias de la estructura económica hasta las formas de cultura popular que configuran […] la conciencia de las masas”.

CZ aboga por un tipo de historiografía más reciente vinculada a Michel de Certeau, “quien parece dar validez a la tesis de Gramsci en relación con los criterios metodológicos usados por el sardo para reconstruir hasta los más mínimos indicios de iniciativa hallados entre los grupos subalternos, pese a que su historia es “necesariamente fragmentada y episódica”. Está en la famosa nota del Cuaderno 25 § 2, Gramsci afirma aquí: “Toda huella de iniciativa autónoma por parte de los grupos subalternos puede […] ser de valor incalculable para el historiador integral. Por consiguiente, este tipo de historia solo puede abordarse de manera monográfica, y cada monografía requiere una cantidad ingente de material que a menudo resulta difícil de recopilar.”

Una de las tesis defendiads por CZ:

“Estoy plenamente de acuerdo con Spivak en que la crítica radical de Derrida ha tenido un impacto decisivo al exponer “el peligro de apropiarse del otro por medio de la asimilación”, y comparto asimismo su opinión de que el filósofo francés nos proporciona herramientas analíticas útiles con las que rebatir la violenta supremacía del Logos-sujeto occidental. Aun así, también pienso que Derrida no es el único teórico del ámbito intelectual occidental que cuestiona el sujeto y que promueve responsabilidades éticas que se resistan a la asimilación del Otro. Pienso que es imperioso un retorno a las tesis de Gramsci sobre los grupos subalternos para evitar caer en trampas engañosas;; la teoría gramsciana, dirigida siempre a la praxis, no es menos exigente”. 

Les desvelo una parte de las conclusiones:

“La historia de los estudios gramscianos parece estar atravesando un momento particularmente favorable. No cabe duda de que las ideas de Gramsci han alcanzado un elevado prestigio y han llegado a los rincones más remotos de todos los continentes, incluido el sur de Asia. Todo ello se ha visto favorecido por la reciente traducción de sus escritos, como los Cuadernos de la cárcel, que finalmente estarán disponibles en una completa edición en inglés. Además, ha habido una auténtica ósmosis entre los estudios gramscianos fuera de Italia y las nuevas reflexiones surgidas dentro del país, donde la novedad de “Gramsci más allá de Gramsci” se enfrenta con los afianzados estudios crítico-filológicos sobre el léxico gramsciano y sobre la traducción y la traducibilidad. Mis esfuerzos también se encaminan en esta dirección, pues trato de hacer a Gramsci “legible” y traducible para los dalits del sur de Asia, sobre los que también él, a su manera, ya había hablado…”

Continúen leyendo. Vale la pena. Antropología, Gramsci, estudios culturales… La mezcla es explosiva y productiva. 

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