jueves, 27 de agosto de 2015

Emergencia nacional y la cooperación que necesitamos



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Honduras vive una emergencias nacional. Es una emergencia humana, provocada por las diversas administraciones públicas liberales y nacionalistas, hoy encarnada en Juan Orlando Hernández. Los rasgos centrales de la emergencia son la corrupción, la impunidad y el colapso institucional, dejando a su paso altos índices de desempleo, miseria, violencia e inseguridad.

En esta emergencia, el huracán o el gorgojo que se hartó los fondos públicos es una mafia política conformada por las élites del bipartidismo la cual hoy es representada por el titular del Ejecutivo Juan Orlando Hernández. Negar la realidad de emergencia y cubrirla con aparentes decisiones políticas y judiciales, es una de las tareas primordiales del actual equipo que conduce la administración pública.

Ante la emergencia, la principal respuesta de la sociedad se expresa en el fenómeno de las antorchas, a través del cual se denuncian los principales saqueos a instituciones, se exige justicia demandando la instalación de la CICIH al tiempo que se cuestiona frontalmente el papel de Juan Orlando Hernández como titular del gobierno y protector de la mafia política.

En la polarización actual entre los antorcheros y el gobierno, provocada por la emergencia nacional, se encuentra el papel que le toca jugar a la cooperación internacional. Actualmente, esta cooperación mantiene un perfil bajo, y los más atrevidos desde sus oficinas y casi en murmullo afirman que el presidente actual se cree un semidiós.

Desde su arrogancia, el señor presidente ha solicitado a la cooperación que ayude a transformar Honduras; una solicitud que prioriza estudios técnicos para la inversión extranjera o ayuda humanitaria para las comunidades. Sin embargo, cualquier ayuda internacional canalizada a través del gobierno contribuirá casi sin remedio a fortalecer la mafia corrupta que controla el Estado, y hará más difícil el camino del pueblo indignado en su lucha por recuperarse del colapso institucional. Es muy difícil que una cooperación al país se haga sin estar acompañada de denuncias y fuertes exigencias, si es que la misma quiere contribuir a la recuperación de la institucionalidad.

Es obvio que necesitamos ayuda internacional. Pero en la coyuntura actual la ayuda que necesitamos es aquella que nos respalde a recuperar la institucionalidad, y en ese marco, qué bien harían los organismos de cooperación internacional en condicionar la ayuda al gobierno a cambio de que el presidente solicite la instalación de la CICIH, como punto de partida para comenzar el verdadero diálogo nacional y como herramienta que nos ayude a salir de la emergencia nacional, para avanzar en la gran tarea de construir un nuevo Estado de Derecho.

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