martes, 2 de junio de 2015

Movimientos sociales y populares en contra del capitalismo histórico


Por Abdiel Rodríguez Reyes

Boligán

Recientemente se abrió un debate sobre el estado y perspectiva del movimiento social y popular en Panamá.
Cabe preguntarse, cual es la razón de estos y contra que deben luchar, para lograr al menos sus objetivos próximos y no perder de vista aquellos objetivos generales de mayor alcance.

Estos movimientos como su nombre indica, tienen como base lo social y popular, su lucha siempre está enfocada al respeto de los derechos económicos, sociales, culturales y ciudadanos. Dentro de sus objetivos próximos está entre otros; salir al calor de la coyuntura a defender estos derechos. Los objetivos de mayor alcance están vinculados al ideal de un mundo más justo y democrático.

¿En contra que deben luchar los movimientos sociales y populares? la respuesta es simple, la solución compleja, contra lo que Immanuel Wallerstein llama “capitalismo histórico” [*].

Este capitalismo es el “usado con el objetivo o intento primordial de su auto expansión” (p, 9), por ello es sistémico. En su existencia histórica, material y real “una vez conseguido los trabajadores y producida las mercancías, estas tenían que ser comercializadas de alguna forma, lo que significaba que tenían que haber tanto un sistema de distribución como un grupo de compradores con medios para comprar la mercancía” (p, 10).

Siguiendo estos argumentos, se creó una ecuación simple de trabajadores a consumistas, formando así, un círculo vicioso donde el capital sigue fluyendo en torno a sus propios poseedores, mientras que la situación social desmejora progresivamente. En Panamá este fenómeno se vuelve tangencial en el sistema de seguro social, inestable y con un futuro incierto.

Una gran parte de la sociedad no es consciente de sus propios problemas, y no se da cuenta de la importancia de la organización, hasta que se ven afectados por algo que lo amerite.

En lo que va del desarrollo del capitalismo hay “una tendencia a la mercantilización de todas las cosas” (p, 11) desde todos los servicios posibles, hasta los propios derechos, pasando por las mismas relaciones inter subjetivas.

Los movimientos sociales y populares que no tengan estas referencias claras, que no eduquen en esa dirección, no tienen que ostentar dicho nombre, mucho menos si no hay las evidencias empíricas que demuestren una praxis en esa dirección.

[*] Véase: Wallerstein, I. (2012). El capitalismo histórico. España: Siglo XXI

Abdiel Rodríguez Reyes es Investigador

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