jueves, 11 de junio de 2015

"Caso del IHSS es la cara visible del descaro del Gobierno", asegura analista



“Honduras está en momentos complejos mayores a los vividos durante el golpe de Estado de 2009. En aquel periodo estaban bien definidas las fuerzas, pero ahora hay muchos más actores que complejizan la realidad”, dijo el doctor en ciencia sociales, José Álvaro Cálix, quien estuvo analizando la realidad hondureña en el programa Más que dos, que se transmite por las frecuencias de Radio Progreso. 
El estudioso en temas de gobernabilidad, mencionó que la coyuntura necesitaba un detonante, y el caso del Instituto Hondureño de Seguridad Social IHSS, ofrece esa oportunidad. “Hay muchos intereses detrás. La ciudadanía está indignada, pero el cerco mediático está más interesado en el caso de la FIFA, a pesar que los fondos saqueados en el seguro son mayores y que aquí hay muchos de los responsables. 
Simplemente el caso del IHSS es la cara visible de algo más grande, es la cara del descaro de la actual administración que vende el país y saquea los derechos de la población en general”, dice Cálix. 

Cálix expresó que a los seres humanos se nos hace difícil entender lo que pasa en la sociedad y que nos está golpeando. “En el fenómeno de la inseguridad buscamos a la mara para identificar todos nuestros miedos, y por eso apoyamos que se les aplique todo la ley, a pesar que el problema es mucho más complejo”.  
El caso del Seguro Social es el reflejo de los descaros de la actual administración sustentada a través de los cuerpos represivos, sobretodo la Policía Militar, la venta del país, el saqueo de la ENEE y Hondutel, la instalación de las ciudades modelo, la apuesta por un presupuesto de defensa incrementado en 400 por ciento en los últimos años, cuando las partidas asignadas a educación y salud van en detrimento, además de muchos chantajes para poder controlar a una parte de la clase política en el país. 
Problema de origen

La situación de complejidad se arrastra de mucho atrás. El actual presidente de Honduras Juan Orlando Hernández gana las elecciones con una minoría de 33 por ciento de los votos, la más baja en los últimos años. Cuando los partidos Anticorrupción, LibRe y Liberal obtuvieron más del 60 por ciento de los votos sobre el censo electoral.
“El actual gobierno debería abrirse a la denominada oposición, ya que en la práctica tiene mayor respaldo de la ciudadanía”. 
Álvaro Cálix mencionó que los problemas del actual gobierno son el resultado de un proyecto cuya intención es competir con la oligarquía tradicional,  la cual utiliza al Estado como un bastión de acumulación de capitales e impone sus propias reglas.

“Actualmente hay una preocupación de la élite dominante en Honduras, ellos quieren que los presidentes sean sus mandaderos, así como lo fue Pepe Lobo. No quieren presidentes que se asocien lo mínimo con sectores sociales que pongan en riesgo la correlación de fuerzas, ni quieren presidentes de derecha conservadora, que les presenten un desafío a la acumulación económica, y Juan Orlando Hernández está conformando su propio grupo, por lo que la oligarquía no está dispuesta a perder poder ni sus negocios”.

Este analista expuso que el Estatus Quo necesita oxigenarse a través de la alternancia democrática, y por eso en Honduras hemos sido testigos de cómo el Partido Nacional y Liberal se han turnado para estar en el poder. “Y ahora al partido Liberal le es imposible pensar que los nacionalistas sigan por tercer periodo consecutivo en el poder, ya que los debilitará. Además el sistema necesita oxigenarse”. 
Frente a este contexto Álvaro Cálix recomendó  a la ciudadana luchar contra tres factores: el primero es la alienación que nos provoca los medios de comunicación, quienes únicamente quieren vender una realidad distinta a la cotidiana de la gente. Una segunda lucha debe ser contra la resignación en la que vivimos y donde nos hacen ver que nada podemos hacer, y en esto influyen los líderes religiosos que confunden la convicción espiritual con rendirles culto a los ricos de este mundo. Y finalmente luchar con el miedo con el que vive tanta gente en estos momentos. 
“Ha costado que se enciendan la reacciones de la gente, debido a los espacios mediáticos, pero la indignación se despertó, no sabemos a dónde irá a parar, pero por ahora es el combustible que está presente”, concluyó diciendo Cálix. 

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