miércoles, 17 de junio de 2015
De la euforia a los contenidos y la articulación
¿Hacia dónde apuntan las recientes protestas en Honduras?
Cuanto más habla Don Juan Orlando Hernández de sus éxitos y su tenaz compromiso contra la corrupción, más gente indignada se suma a las calles. En diez días de movilizaciones sostenidas y crecientes, el repudio a la corrupción oficial se va uniendo cada vez más a la demanda política de la renuncia del presidente. El gobierno apuró el informe de la Comisión multipartidaria, y sus resultados agudizaron la presión social. Ha propiciado marchas paralelas y los resultados han evidenciado la práctica corrupta manipuladora del régimen.
De las movilizaciones de antorchas, se ha de saber el paso y los pasos siguientes. El régimen pone su confianza en el cansancio de la gente, esperando que con el pasar de los días la población se agotará, las aguas volverán a sus cauces y entonces los cachurecos retomarán la contraofensiva en todos los frentes y con todos los recursos.
Desde esta Nuestra palabra nos atrevemos a lanzar las siguientes sugerencias:
1.- En cualquier situación hay que evitar caer en la provocación de la violencia. Las caminatas han sido un ejemplo eximio de civismo y no violencia activa. La fuerza de la protesta se ha hecho sentir en el repudio a la corrupción y al régimen y en la acción pacífica ciudadana. En esta actitud reside la autoridad de las protestas y en ella residirá la capacidad para seguir creciendo en sus demandas hasta lograr finalmente sus objetivos.
2.- Aunque todo mundo ha de caber en las luchas actuales, habría que evitar que la protesta sea capitalizada por colores políticos partidarios. La fuerza política de las acciones reside en la amplia convocatoria en donde todo mundo queda. Los liderazgos políticos partidarios han de saber estar presentes sin buscar elevar perfiles, sino en promover que mucha más gente se sume y haga suya la lucha.
3.- A la euforia hay que unir el análisis, la reflexión y el polo a tierra. El régimen sigue teniendo mucho poder y sigue contando con poderosas alianzas nacionales e internacionales. La consigna de la renuncia de Juan Orlando Hernández ha de estar acompañada de una sobria lectura de la correlación de fuerzas. Se han dado pasos, pero hay que evitar caer en la tentación de que ya hemos alcanzado las condiciones para el derrocamiento de un régimen que se ha pertrechado en firmes posiciones.
4.- La euforia y el análisis han de ser acompañados de los contenidos o líneas temáticas que den coherencia a la lucha. La demanda por una Comisión Internacional en Honduras, parece que es consenso de todas caminatas, ¿qué otros contenidos? ¿Un nuevo fiscal, una nueva Corte Suprema que sean elegidos en base a los mecanismos de consulta popular como el plebiscito y el referéndum? Definir los contenidos es decisivo para saber orientar la lucha con objetivos y estrategias comunes.
5.- Sin duda, en estas caminatas se experimenta el encuentro de las generaciones. Gente vieja luchadora con la irrupción de juventudes. Fortalecer este encuentro inter-generacional enriquecerá la lucha, siempre que los viejos liderazgos tengan la osadía de entregar la antorcha del protagonismo a los liderazgos que emergen de la juventud. Y desde los liderazgos juveniles alcanzar coordinaciones y articulaciones nacionales.
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