lunes, 22 de junio de 2015
La privatización de la Educación es otra amenaza que deben enfrentar los estudiantes
Un nuevo día del estudiantado se celebró en nuestro país el pasado 11 de junio, la fecha fue celebrada con bombos y platillos por las autoridades, mientras que algunos movimientos estudiantiles lo conmemoraron protestando por la defensa de la educación pública.
La fecha se ha convertido en un cliché y lejos de crear reflexión sobre la precariedad educativa se sigue omitiendo el abandono de los centros, las políticas de privatización y exclusión.
En reacción inmediata a las condiciones objetivas de la coyuntura educativa, los movimientos estudiantiles ven como tarea fundamental la organización y unidad de acción, estrategia que permitiría la lucha conjunta en contra los programas privatizadores que se aplican en Latinoamérica.
¿Es fácil para los pobres acceder a la educación pública?
Cada año la población hondureña enfrenta nuevos retos para acceder a su formación académica.
La situación económica, las reformas educativas, creación de leyes y el abandono estatal son los principales obstáculos para la gente de escasos recursos que busca cursar un plan educativo.
Con el aumento de la canasta básica, el incremento del transporte y el desempleo hace cada vez más difícil que la juventud pueda cursar tanto la educación primaria, secundaria y superior.
Factores como estos hacen que los padres y madres de familia no puedan financiar el estudio de sus hijos en primaria y secundaria; de la misma forma obliga a los estudiantes a trabajar y estudiar para pagar su formación.
Cada año que se celebra el día del estudiante, las autoridades tanto gubernamentales como las universitarias de los distintos centros, regalan el recuerdo a los alumnos y alumnas del abandono estatal de los centros y las reformas económicas aprobadas que afectan los bolsillos de los estudiantes.
Erlin Gutiérrez estudiante de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en el Valle de Sula (UNAH-VS), habla sobre las dificultades que enfrentan muchos estudiantes ante tal situación.
“En la actualidad es difícil acceder a la educación, muchos alumnos van a sus centros con solo el dinero para el pasaje, en ocasiones ni para eso, además estudios han reflejado que hay más de 20 mil estudiantes con grado de desnutrición”.
Gutiérrez afirmó que esas limitantes son solo una parte de todas las medidas que dificultan el acceso a la educación pública.
“La mayor parte de gente es de escasos recursos económicos, por lo tanto no todos tienen posibilidades de matricularse en un centro privado y llegan con mucho esfuerzo a lo público, que cada vez es más privado”, argumentó.
¿Por qué lo público es cada vez más privado?
Tal interrogante es parte de los cuestionamientos diarios de los estudiantes, quienes buscan respuestas coherentes ante la situación que enfrentan en todo el territorio nacional.
Las transformaciones han sido evidentes y es que antes no se pagaba tanto por recibir clases de forma óptima, pedagógica y de calidad.
Pero las transiciones no son parte de la casualidad ni tampoco de hechos accidentales; todo lo contrario, está en el plan estructural de los sistemas económicos y políticos del momento.
El mundo experimenta en carne propia la implementación de un sistema capitalista del que emanan algunas doctrinas económicas, una de ellas es el Neoliberalismo.
Este fenómeno se ha convertido en la apuesta de organización económica de los organismos internacionales para controlar países y aplicar su política en las regiones que ellos consideran estratégicas a cambio de financiamiento a los gobiernos.
En lo que respecta a la educación, las políticas neoliberales se han aplicado en toda América Latina, abriendo procesos de lucha y oposición de los estudiantes, quienes han resistido contra las privatizaciones.
La aplicación de nuevas Leyes y reformas económicas se implementan con mucha fuerza en países como Chile, Uruguay, Colombia, México, Honduras, entre otros.
La estrategia se orienta en torno a puntos fundamentales: privatización, exclusión y debilitamiento de lo gratuito, anteponiendo lo privado en vez de lo público.
Ovét Córdova alumno de la carrera de Sociología de la UNAH-VS aseguró que la experiencia de Honduras es parte de la obediencia gubernamental hacia el Fondo Monetario Internacional, quienes a través de financiamiento han logrado estipular un pliego de condiciones que el Estado debe cumplir.
Córdova argumentó que en Honduras ese plan se ha fortalecido en los últimos años con las nuevas políticas educativas impulsadas por el gobierno.
Erlin Gutiérrez hace alusión a tal afirmación: “las medidas de privatización en Honduras han avanzado duramente, hay tres grandes proyectos que privatizan el sistema educativo nacional: Ley de Municipalización de la Educación en primaria, Ley Fundamental de Educación en secundaria y el Anteproyecto de Ley de Educación superior.
Todos esos procesos son parte de los lineamientos de los organismos internacionales para que el gobierno las cumpla, el cual persigue varios objetivos, uno de ellos es: la exclusión que favorece a las universidades privadas, la privatización mediante el incremento de precios y la creación de una ideología que hace pensar a la población que es mejor lo privado que lo público.
“Las medidas de privatización vienen con un paquete económico, en el que ante el abandono adrede del Estado, a los centros les toca ser auto sostenibles mediante gastos de padres de familia, docentes y alumnos, eso debilita la educación pública.
A raíz de eso las autoridades implementan paquetes de medidas económicas que han convertido en un negocio a la educación y de esta estrategia no se salva ninguno de los niveles educativos”, analizó Gutiérrez.
El análisis de Gutiérrez se da en el marco de las implicaciones y objetivos de las reformas en el nivel primario, donde a través de la municipalización de la educación se busca tercerizar los servicios; tales experiencias ya implementadas en otros sectores estatales han llevado a las futuras intervenciones de la empresa privada y al desentendimiento del Estado por lo público.
El mismo camino persigue el nivel secundario en el que por medio de la Ley Fundamental de Educación se aplican medidas que no son acorde a la realidad del sistema público, que se encuentra abandonado por el gobierno en materia de infraestructura y pedagógicamente.
En ese sentido el sistema universitario se ve amenazado por el debate actual del Anteproyecto de Ley de Educación Superior (LES) que vendría a coronar ese proceso sistemático de privatización de la educación.
Organización: una tarea pendiente
“Toda acción produce una reacción”, argumentaba Isaac Newton en su tercera ley fundamental denominada: “Ley de Acción y Reacción”.
Esto es lo que ha sucedido en América Latina ante la aplicación de las medidas neoliberales que privatizan la educación, que abrieron la coyuntura de resistencia y defensa de la educación pública.
Honduras no ha sido la excepción y es que en los últimos años hemos visto un aumento cualitativo y cuantitativo de la lucha estudiantil.
Las luchas se han extendido desde el nivel de educación media, con las protestas de este año en el que incluso fueron asesinados varios dirigentes estudiantiles, hechos que siguen en la impunidad.
En ese enfoque las movilizaciones se agudizaron en el sistema superior, quienes desde hace dos años han luchado contra las intenciones de aprobar una nueva Ley de Educación Superior y sus paquetes económicos que desde ya se aplican y forman parte de esa transición.
Pero la tarea organizativa que junte a todos los sectores en una plataforma que los movilice mediante un programa unificado de exigencias sigue siendo parte de las tareas a cumplir.
Para llegar a la meta ya se han dado indicios, uno de esos intentos fue el Encuentro Nacional de Estudiantes Universitarios (ENEU) que se desarrolló el 6 de septiembre del 2013, donde participaron organizaciones del movimiento estudiantil, universitario y de media en donde se conformó un plan inicial de lucha, pero al que no se le dio el seguimiento que requiere la coyuntura.
Córdova uno de los organizadores de la actividad contó que: en él se acordó un plan de lucha para exigir mejores condiciones académicas, la defensa de la educación pública y la no aprobación del anteproyecto de Ley de Educación Superior.
La dirigencia estudiantil es consciente que la organización forma parte de las tareas articuladoras a cumplir en el marco de la defensa de la educación pública.
Mientras esto sucede, las medidas neoliberales, el abandono estatal y la anteposición de lo público a lo privado continúa avanzando a pasos agigantados con la venia e impulso del Estado.
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