jueves, 20 de noviembre de 2014
Rodolfo Walsh y la prensa proletaria
Por Camilo Rueda Navarro
Rodolfo Walsh (1927-1977) fue un escritor, periodista y combatiente argentino desaparecido por la última dictadura militar gaucha. Sobresalió por su trabajo literario y por sus investigaciones “Operación Masacre” y “¿Quién mató a Rosendo?”, presentadas en formato de novela de no ficción, precursoras del “Nuevo Periodismo”.
Pero además de su obra literaria y sus destacados escritos, Walsh emprendió a lo largo de su vida varios proyectos de prensa proletaria, en particular durante su militancia en organizaciones peronistas en los últimos años de su vida. A pesar de su corta duración, fueron experiencias valiosas que aún sirven como referente para el periodismo alternativo y popular.
Además de Prensa Latina, la agencia creada en Cuba junto con otros periodistas como Jorge Masetti y Gabriel García Márquez, Walsh participó de proyectos como el Semanario CGT, el diario Noticias y la agencia Ancla.
El “Semanario CGT”
El primero de mayo de 1968 nació el Semanario CGT, un periódico ideado por la Confederación General del Trabajo de los Argentinos (CGT de los Argentinos o CGTA) que aglutinaba al movimiento sindical que se negó a pactar con la dictadura de Juan Carlos Onganía.
Bajo la dirección de Walsh, el semanario se concibió como “el órgano de los trabajadores, con el que los trabajadores deben colaborar, enviando sus noticias, sus quejas y sus denuncias, colaborando para que llegue, como sea, al último rincón de la República”.
El Semanario CGT buscó ser una publicación con un diseño atractivo para el lector y que no apelara al lenguaje del panfleto para comunicarse con el pueblo trabajador.
Se buscaba una prensa “que estuviera bien escrita y mejor diagramada y sobre todo, que cada número no fuera un inventario de denuncias sino un testimonio de los hechos y del proceso histórico que los gesta”, explica Lilia Ferreyra, viuda de Walsh, sobre la experiencia de ese semanario.
Dicho periódico circulaba todos los jueves a un precio popular y en cada número Walsh publicaba los avances de sus investigaciones periodísticas, como el artículo “¿Quién mató a Rosendo García?”, una pesquisa que después se convertiría en uno de sus grandes trabajos.
Esos textos se convirtieron en el libro “¿Quién mató a Rosendo?” (1968), en el que Walsh relata el asesinato de Rosendo García, dirigente de la Unión Obrera Metalúrgica, ocurrido el 13 de mayo de 1966 en la confitería La Real, en la localidad de Avellaneda. Gracias a su investigación de los hechos y al testimonio de sobrevivientes, señaló al dirigente gremial Augusto Timoteo Vandor como responsable.
Pero el Semanario CGT no estaba exento de los problemas y las contradicciones políticas que vivía el movimiento obrero. El peronismo recomendó desmontar la CGT de los Argentinos, que luego terminaría aislada políticamente hasta su disolución, suerte que también corrió su semanario.
El diario “Noticias”
En 1972, Walsh decide vincularse a las organizaciones politicomilitares de la izquierda peronista. Militó primero en las Fuerzas Armadas Peronistas y luego en los Montoneros.
Al año siguiente surge la ocasión de conjugar su oficio militante con el oficio periodístico. Se trata del proyecto de crear un periódico peronista, el diario Noticias, con el que se buscaba ganarle lectores a las grandes publicaciones y constituirse en una herramienta política amplia con una mirada de izquierda.
“La idea era sacar a la calle un producto bien editado, que fuera más allá de los tópicos de la militancia y pudiera meterse como una cuña en los problemas cotidianos del común de la gente”, registran los periodistas Hugo Montero e Ignacio Portela en su libro “Rodolfo Walsh: los años montoneros”.
Noticias vio la luz el 21 de noviembre de 1973 gracias a la labor de un equipo integrado por Walsh, Juan Gelman, Horacio Verbitsky y Francisco Urondo, entre otros.
Walsh tenía bajo su cargo la sección de Policiales, donde trataba temáticas como el surgimiento de las bandas paraestatales como la Alianza Anticomunista Argentina o “Triple A”, o la asistencia técnica y financiera que adelantaba la CIA en el país.
En Noticias, Walsh implementó algunos criterios periodísticos de interés, como los siguientes: a excepción de las columnas de opinión, las notas no iban firmadas y generalmente eran de construcción colectiva.
Además, la consigna para todo su equipo era salir a la calle y cotejar los datos con los partes policiales y los cables de las agencias de prensa, identificando contradicciones.
A la hora de redactar, evitaba las oraciones largas y rebuscadas. Más bien apelaba al mensaje conciso y directo, dejando el dato novedoso en la cabeza de la noticia. También eliminaba todas las metáforas e hipérboles en busca de un lenguaje directo y nítido, pues se trataba de llegar al público más popular posible.
Noticias llegó a tener un tiraje de 100.000 ejemplares, pero empezó a ser blanco de la guerra sucia. Una bomba estalló frente a la redacción, sus periodistas se convirtieron en objeto de seguimiento y finalmente recibió la orden de clausura por parte de las autoridades el 27 de agosto de 1974.
Ancla y “Cadena Informativa”
Con el advenimiento de la dictadura militar (1976-1983), Walsh ideó e implementó dos proyectos informativos que lograron posicionarse a pesar de los rigores del régimen militar.
El primero fue la Agencia de Noticias Clandestina (Ancla), una herramienta comunicacional que le permitió a Walsh y a su equipo trabajar protegidos por la clandestinidad. Producía material periodístico que priorizaba la información dura y prescindía de la opinión y el panfleto agitativo.
Ancla se respaldaba en datos concretos y evitaba manipular la información con fines propagandísticos. Esta fue una generalidad de Rodolfo en su trayectoria periodística. “Los medios de información ideados por Walsh no se hacían eco de consignas y adjetivos despegados de la realidad”, explica su compañero de lucha Horacio Verbitsky.
Ancla tenía una red de colaboradores y con ellos recababa información sobre la represión de la junta militar. Renunció a tener un alcance masivo pero a cambio procuraba llegar a todas las redacciones de medios nacionales e internacionales y a un público clave, incluyendo a los propios mandos militares.
Los temas que abordó Ancla fueron la situación de los presos políticos, las rivalidades al interior de las fuerzas armadas y la censura en el periodismo argentino. Varios medios reprodujeron algunos de sus reportes.
Por su parte, Cadena Informativa fue un proyecto casi que personal. A partir de datos precisos, Walsh redactaba informes con los que buscaba “romper el cerco informativo” que había implantado la dictadura.
El primer número circuló en diciembre de 1976 y convocaba a su público lector a reproducirlo por diversos métodos y distribuirlo en forma de cadena para romper el aislamiento.
El 24 de marzo de 1977, al cumplirse el primer aniversario del golpe militar, Walsh publica su texto “Carta abierta de un escritor a la Junta Militar”, en el que denuncia los crímenes que venían cometiendo los militares. Al día siguiente, el periodista es cercado por los militares y muere baleado en la calle. Su cuerpo fue desaparecido.
Los informes de Ancla y de Cadena Informativa siguieron circulando por obra de sus compañeros hasta finales de 1977. Aunque algunos de sus escritos desaparecieron, su obra prevaleció y hoy es clave en la memoria histórica latinoamericana, todo un modelo para el periodismo popular.
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