viernes, 7 de noviembre de 2014
Alberto Xicontecatl: Vale la pena apostarle a la vida, a la dignidad humana y a movernos libremente
Entrevista con Alberto Xicontecatl de la Casa del Migrante en México.
Las casas de migrantes que están en el camino que toman los migrantes para cruzar el territorio mexicano se han convertido en una luz de esperanza en medio de la oscuridad que provocan las autoridades mexicanas y el crimen organizado que ven en la población en movimiento su oportunidad de sacar dinero a causa de su dolor.
Pero vale la pena trabajar para esa población, expresó Alberto Xicontecatl de la casa “Belén, Posada del Migrante” en Saltillo, en el Estado de Coahuila en México. “Vale la pena apostarle a la vida, vale la pena apostarle a la dignidad humana y vale la pena movernos de una manera digna y libre” narra con mucha convicción Xicontecatl.
La casa “Belén, Posada del Migrante” en Saltillo, tiene 10 años de existencia y representa el refugio que salva la vida de miles de migrantes que cruzan un territorio que también se discutan los cárteles como Los Zetas y del Golfo.
aMecate Corto (AMC) dialogó con Alberto Xicontecatl (AX) sobre la realidad de la migración y las experiencias en este albergue.
AMC. ¿Qué trabajo hacen en la casa?
AX. Nos dimos cuenta que los migrantes y las migrantes tienen muchas necesidades, entonces no nos inventamos un trabajo de acuerdo a lo que nosotros pensábamos sino que fuimos descubriendo lo que la gente requería de una casa migrante y lo que encontramos fue que lo más importante es la atención humanitaria, un espacio donde la gente pueda descansar y sentirse segura.
AMC. ¿Qué otras atenciones brindan?
AX. Brindamos atención en salud física. Cuando una persona llega resfriada, con algún tipo de temperatura es atendida. Se le brindan cambios de ropa, la gente tristemente llega únicamente con lo que trae puesto.
AMC. ¿Dónde está la Casa Saltillo?
AX. Estamos muy cerca de Estados Unidos. Coahuila es un Estado ubicado al norte con la frontera con Texas. Saltillo está a seis horas de la frontera por lo que estamos en el mero sur de Coahuila. Somos un Estado muy desértico, un estado violento, un estado que los migrantes utilizan para cruzar a Tamaulipas y luego a Estados Unidos.
AMC. ¿Quiénes dominan este cruce de migrantes?
AX. Pues la zona es controlada por dos cárteles. El cártel de Los Zetas y el cartel del Golfo. Tristemente los migrantes siguen siendo una forma de obtener recursos económicos por medio de los secuestros para extorsionar a sus familiares. Pero también están los secuestros que buscan obligarlos a trabajar para la delincuencia organizada.
AMC. ¿Cómo percibe la comunidad la presencia de la casa migrante?
AX. Hace muchos años la comunidad rechazaba mucho a la población migrante, había mucho miedo al diferente, a la forma de hablar, al acento diferente, y Saltillo al ser un lugar pequeño, conservador, tenía miedo al pensamiento diferente. Afortunadamente el trabajo que ha hecho la casa del migrante ha ido transformando esta visión y la comunidad ahora asume que las personas migrante no viajan por diversión sino por necesidad.
AMC. ¿Cómo se puede ver ese cambio de actitud?
AX. Hemos visto a una comunidad mucho más atenta a las necesidades que tiene la población migrante. Incluso la casa migrante, en temas de alimentación la sostiene la propia comunidad aparte de los donativos que la propia comunidad da a la población migrante. Donan ropa y medicamentos.
AMC. ¿Hay migrantes que se queda vivir en Saltillo?
AX. Sí, hay muchos migrantes que deciden quedarse en el Estado de Coahuila y especialmente en Saltillo porque ven que la comunidad ya es diferente con ellos y con ellas, ya hay mucha mayor aceptación. Tristemente no generalizo, no es que esto ocurra en todo México, todavía somos un país muy xenófobo, muy discriminador.
AMC. ¿Cómo ha ido evolucionando la migración?
AX. Cuando la casa abrió sus puertas (hace 10 años) recibíamos a hombres y a mujeres mayores de edad casi en su totalidad, padres de familia, pero me atrevería a pensar que los más jóvenes tendrían 30 años y la edad promedio era de 37 hasta los 55 años. Una de las diferencias que hemos observado es que en menos de 10 años, la mayoría de los migrantes son jóvenes entre los 16 y los 24 años, ahora una persona de 35 ya son los grandes del albergue.
AMC. ¿Han cambiado los motivos del viaje?
AX. Antes el tema económico era la causa primordial, la gente salía porque quería darle una mejor vida a su familia, ahora cada vez más jóvenes están huyendo de la violencia, gente que dice que tiene que pagarle a las maras, o que no quiere ser parte de las pandillas, que si no acepta su vida corre peligro. Las familias animan a los jóvenes a salir de su país para salvar su vida.
AMC. ¿Y de la migración de la niñez qué podemos decir?
AX. Ha habido una transformación bien grande a partir de 2014, a diferencia de todos los demás años. No es que no tengamos a niños y niñas migrantes no acompañadas, sino que lo que han pasado por Saltillo son familias enteras. Antes recibíamos una o dos familias por año, ahora recibimos tres familias por mes.
AMC. ¿Cuál es la política del gobierno mexicano?
AX. México está promoviendo una política de respeto a los derechos humanos que se quedó solamente en el título, porque lo que estamos viendo todos los días es que esta política, al momento de operarla, se está volviendo en un actuar violatorio de los derechos de las personas migrantes de parte del Estado, ahora no únicamente el crimen está siendo violento con las personas migrantes.
AMC. ¿Qué esperanza hay que las cosas puedan cambiar?
AX. Nosotros estamos pensando que definitivamente esto va ser cada vez más crudo. Si bien es una política del presidente Enrique Peña Nieto, al final de cuentas obedece a un interés superior a las necesidades del gobierno mexicano. Esto obedece a intereses norteamericanos y en México nos hemos esforzado por hacer trabajos sucios al gobierno norteamericano porque somos sus vecinos y porque al presidente y a la administración actual no le conviene tener ningún problema con Estados Unidos.
AMC. ¿Cómo encuentran esperanzas ustedes?
AX. Cuando vemos personas migrantes que tienen deseos de vivir, de salir adelante, que están dispuestos a perder la vida con tal de que su familia tengan un futuro que ellos no tuvieron, cuando nos damos cuenta que es un derecho migrar, que el tema de las fronteras es un tema político y no humano, nos cuenta que vale la pena apostarle a la vida, que vale la pena apostarle a la dignidad humana y que vale la pena movernos de una manera digna y libre.
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