Por Tomy Morales
Se aprobaron las nuevas reformas universitarias, las que para algunos sectores son una señal de avances significativos en la Alma Mater; pero para otros son un paso a la privatización.
Para la Adunah esta es una clara violación en la manera de selección de nuevos docentes, lo que llaman relevos generacionales; aducen que en las planillas existen cuatro mil docentes, de los cuales aproximadamente mil se jubilaran en los próximos cuatro años, pero que uno de los mayores problemas es que no identifican a profesionales que tengan el perfil para sustituirlos, ya que las reformas no contemplan una verdadera evaluación.
Uno de los problemas planteados por los estudiantes es que no existen condiciones pedagógicas para recibir clases, ya que en aulas aptas para treinta alumnos, matriculan noventa.
Los alumnos consideran que las reformas no mejoraran la falta de cupos, disponibilidad de los docentes para impartir clases en ciertos horarios y el método de exclusión de estudiantes implantado a través de la Prueba de Aptitud Académica (PAA).
Ciudad universitaria
Desde hace algunos días las y los estudiantes de movimientos independientes realizaron acciones en contra de las reformas académicas aprobadas, algunas son movilizaciones internas dentro de las instalaciones de la casa de estudio, entrega de volantes y tomas de edificios.
Según Cesario Padilla dirigente del Movimiento Amplio Universitario, MAU, manifestó que en primer lugar las medidas ejecutadas son un gesto de acompañamiento a la lucha que emprenden los universitarios del Valle de Sula, por las “paupérrimas condiciones en que están recibiendo clases, en edificios donde andan volando los murciélagos durante cualquier hora del día, aulas sin puertas, los laboratorios de periodismo de radio y televisión inadecuadas, entre otras”.
Padilla adujo que el proyecto de las normas académicas no fue consensuado con todos los sectores estudiantiles de la universidad, sino que “una vez aprobadas buscaron socializarlas a las asociaciones de becarios y con sectores allegados a las autoridades”.
Por otra parte, Evelin Zelaya militante del Frente de Reforma Universitaria, FRU, informo que el posicionamiento de esta organización estudiantil es “en contra de las normas académicas aprobadas, por la manera en que se ha llevado a cabo el proceso”, añadió que “estamos de acuerdo que la universidad debe tener una reglamentación y mejorar las cosas que están mal, pero no deben ir en detrimento de nosotros los estudiantes al nivel de afectarnos”.
“Debemos ser parte de la construcción de las normas, porque hasta el momento hemos sido un sector afectado y excluido”, afirmo Zelaya.
La dirigente señalo que fueron la primera organización que se dio cuenta de lo que pretendían hacer las autoridades estudiantiles y al tener el borrador de las reformas a mano tuvieron a bien entregárselas a cada grupo organizado de la universidad, para que las conocieran y tratar de hacer actividades en conjunto “lo que resulto imposible”.
En junio los dirigentes del FRU hicieron su primer análisis de los artículos que consideraron que violentaban los derechos de los estudiantes o que debían tener alguna reforma, el que entregaron a las autoridades de la máxima casa de estudios.
Los análisis y críticas que hizo el FRU antes, durante y después del proceso, peticiones dentro de las cuales exigían que las normas académicas no tengan efecto retroactivo, que las sanciones no sean monetarias sino que sean basadas en el plan de arbitrio ya establecido y que se abra un dialogo entre autoridades y estudiantes para que tomen en cuenta su opinión, las expusieron ante el consejo universitario, dijo Zelaya.
La estudiante aclaro que en ningún momento el FRU tiene voto para la aprobación de las reformas, porque quien las ratifica es el consejo universitario y ellos no tienen concejales, además, que lo único que les permiten hacer es tomar la palabra para expresar su posicionamiento, finalizo.
Valle de Sula
Por su parte, Aidé Paz miembra de la asociación de estudiantes de la carrera de periodismo del Valle de Sula, informó que desde hace doce días tienen tomadas las instalaciones del centro de estudios.
Esta decisión fue tomada en asamblea en la cual consideraron varios puntos como las nuevas normas académicas sin consultas, los cobros excesivos de los laboratorios que no reciben y la descentralización de fondos, ya que a los estudiantes les toca el mantenimiento de los edificios, aires acondicionados, pizarras y marcadores, materiales que debería de brindar la universidad del norte.
Otro punto que consideran importantes es la no criminalización de la protesta, porque actualmente hay cinco estudiantes demandados penalmente, tres pertenecen al Movimiento Lorenzo Zelaya, la mayoría son pasantes de la carrera de sociología, revelo Paz.
En tanto, Bladimir Altamirano militante del FRU de la UNAH-VS, enlisto que antes de tomar acciones de presión llegaron al acuerdo de agotar las instancias administrativas, pidieron una reunión con el director para presentarle una propuesta que beneficiaría a los universitarios, pero que no se pudo llevar a cabo por la toma que realizaron los movimientos independientes.
El documento constaba de tres ejes, el primero que no se apliquen las normas de manera retroactiva, porque esto causaría la expulsión inmediata de veintiún mil estudiantes, el segundo que no existan sanciones económicas y el tercero es la profundización de la evaluación docente y el fin de la inferencia de los mismos en las decisiones estudiantiles.
Altamirano sostuvo que para que el dialogo fuese efectivo era necesario dejar en suspenso la aprobación de las normas y así entablar una interacción entre las autoridades universitarias y los estudiantes, finalizo.
Fueron aprobadas las normas académicas sin efecto retroactivo, esto es, que a partir del 2015 todas y todos los estudiantes deberán mantener su índice global arriba del 70 por ciento, para poder matricularse en la UNAH. Los estudiantes de primer ingreso deben tener conocimiento de estas reformas.
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