viernes, 7 de noviembre de 2014

Rebeca Lane: Ritmo y Poesía polítocamente incorrecta



Rebeca Eunice Vargas, es su nombre de pila, pero Rebeca Lane es ese personaje que convierte un lugar común y corriente en un escenario en el que se pueden crear, desde las más irreverentes frases, hasta la poesía transformadora de violencias y muerte.

Rebeca Lane no solo es un nombre y un apellido, son dos partes de ese ser excepcional que inmersa en la cultura hip hop, ha elegido cantar y ser políticamente incorrecta.

 “Rebeca se llamaba mi tía que fue desaparecida por el ejército en 1981 en Guatemala, ella fue guerrillera. Mi nombre es mi identidad, arraigada a una identidad ancestral y dolorosa por su ausencia. El Lane sale de un sobrenombre que me pusieron mis amigos (Miss Penny Lane). Ese momento fue muy importante para mí porque me estaba replanteando el activismo en movimientos de izquierda donde las mujeres teníamos que hipermasculinizarnos para poder tener un espacio de liderazgo, en ese momento yo estaba en un espacio de liberación, encontrándome con el feminismo”, cuenta Rebeca, esa mujer que sigue descubriéndose y poniendo más significado a su nombre.

Así como Miss Penny Lane, comenzó Rebeca a escribir sobre sus heridas, sobre el feminismo, que más que teórico, para ella es vivencial. Y le dio rienda suelta a su arte, la poesía.

Primavera marchita

Hablaba desde sus entrañas y un día comenzó a escribir con más rabia. Mientras Rebeca estaba en su proceso de hacer arte con causa, uno de sus amigos fue asesinado.

“La canción que más me ha costado escribir se llama Primavera Marchita que precisamente habla de mi amigo que asesinaron, se llamaba Jorge Dubón, “El Repo”. Lo asesinó un guardia de seguridad privado en un bus, al parecer tuvieron una discusión y al parar el bus, el guardia le dio un tiro por la espalda que lo mató inmediatamente.

Lo tiraron del bus y cuando llegaron los medios el piloto del bus dijo que mi amigo había entrado a asaltarlos”, sigue contando.

El caso de “El Repo” es el espejo de lo que sucede con muchos jóvenes en Honduras también. Al día siguiente de su asesinato, los medios hacían héroe al guardia y varios días después Rebeca manchó página:

No voy a llorar en silencio
Viendo hacia el suelo 
No entiendo este tiempo que se repite y nos calla
Yo grito VIDA en este cementerio que llamamos patria

“Cuando escribí esa canción fue muy doloroso y yo quise decir en la canción que esas muertes no son aisladas de la historia tan dolorosa que hemos vivido con las desapariciones, las masacres, es la violencia continuada, antes solo el ejército tenía el monopolio del uso de la fuerza, y los grupos paramilitares y ahora son los guardias de seguridad que todo mundo contrata para que cuide su propiedad”, expresó.

Somos guerreras

Cuando se platica con Rebeca, es difícil ignorar la música que emana del cuerpo. Ella canta-habla y el ritmo del corazón lleva el son. Pum- pum Pá, pu pum pum Pá, el hip hop está bien adentro y te lo trasmite.

“Yo siento que mi proceso de crecimiento personal ha sido en deconstruir las identidades de lo que soy, podría decir ahora que soy artivista (utilizo el arte como un herramienta política) de allí todas las identidades me las estoy cuestionando porque vienen de una construcción social. Realmente no estoy muy segura de lo que soy, pero si estoy segura que lo que creo que soy debo irlo deconstruyendo para poder crecer”, explicó.

Aunque Rebeca se considera disidente de ese sistema que ha convertido el arte en mercancía, asegura que no se excluye de la industria musical porque al final allí es donde le toca estar para sobrevivir. Al parecer Rebeca tenía un futuro bien formal como socióloga, pero se decidió por el micrófono y el ritmo.

Esta cantante de RAP (Ritmo y Poesía) promete generar movimiento, no solo del cuerpo en el baile, sino del cuerpo social.

“Mi posición es “soy guerrera”. Cuando yo empecé a cantar yo no sabía que me iba a topar con todo el machismo en este movimiento, pero yo allí dentro soy feminista y aprendí a no vivir mis identidades desde la invisibilidad. Aprendí que a partir de mi testimonio puedo hacer algo, aparte de las letras. Y primero cuesta mucho deshacernos de la misoginia, homofobia e inseguridades que todas traemos dentro, hay que madurar eso primero para luego construir otras identidades en colectivo, y ante eso hay mucho rechazo social”, expresó.

Conectar el arte con el cuerpo

Rebeca, en el escenario que sea, se conecta primero ella y luego se conecta a la gente.

El rap conecta con la pelvis, y el pum pum Pá, tiene que ver con el corazón y con el fluir de las circulaciones.

“Cuando una conecta con la pelvis, una conecta con las fuerzas ancestrales de cuando no teníamos miedo de nuestra sexualidad. Yo me toco cuando canto, porque para mí es un momento de éxtasis. Además es un momento que me permite la síntesis entre lo masculino y lo femenino, el Hip Hop me permite unir todas esas características femeninas, masculinas, animales, eróticas dentro de ese momento, esa totalidad que logro en un performance está vinculada a mi cuerpo y a las distintas identidades que me he ido construyendo y deconstruyendo”, expresa esta artivista.

Rebeca cree que para cada persona, los caminos son distintos. Hay gente que logra esta conexión a través de la poesía, del teatro, de la pintura, de la artesanía. Pero el ser creativo, según Lane, se activa a través de la experiencia erótica (no centrado en lo genital) “porque a veces creemos que nuestra capacidad erótica solo sirve para la reproducción de otro ser humano, pero cuando esa energía se utiliza como fuente creativa entonces absolutamente todo lo que sale de tu creación está impregnada de esa reproductividad”, explicó.

Rebeca Lane es diversa. Ella misma y su música. Actualmente su rap tiene una tendencia fuerte de feminismo, sin embargo apunta a tres tendencias: la feminista, la artivista y el Hip Hop. Música para diferentes disfrutes.

Centroamérica sin fronteras

Rebeca tiene varias amenazas en el ejercicio de su arte. Primero, la amenaza que viene de adentro. “Cuando estaba más jovencita hacía las cosas solo por llevar la contraria y me empujaba a hacer cosas que me violentaban. Por querer siempre llevar la contraria a veces me quiero empujar a mí misma a momentos que no estoy lista para asumir”.

Segundo, la amenaza que aún no existe pero que puede llegar a concretarse siempre que Rebeca cante en contra de quienes ostentan el poder en Centroamérica y siguen cobijados por la impunidad.  “Sé que en algún momento habrá consecuencias, porque por ahora estoy tocando temas sobre genocidio y desapariciones forzadas en el país (Guatemala), nunca me han censurado ni he tenido amenazas, ahora tiro la pedrada pero sé que puede traer consecuencias”.

Rebeca imagina una Centroamérica sin fronteras, que los pueblos se unan en las resistencias y en la defensa del territorio regional. “La posibilidad de articularnos en las resistencias nos dará más poderío, Centroamérica es una belleza, es un orgullo ser centroamericana y me encantaría que todos y todas tuviéramos esa libertad de sentirnos parte de algo más grande”, concluyó.

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