Ni encerradas, ni con miedos
Deshojaron la vida ayer sobre tu tierra recuperada
Compañera
¿Qué más puede hacer la brutalidad con la belleza?
Pero no marchitarán los pétalos de tu luz, ni de tu fuerza
La muerte siempre cala
y la tuya, Margarita, cimbra el más alto árbol de la rabia
el eco de las balas han detenido el tiempo
y los pájaros de tu montaña
cómo muerde el silencio las entrañas
No se puede hablar con asesinos
No se negocia con la vida ni se les pide justicia a los sicarios
¡No pactarás!
Vos conocías bien los caminos rebeldes y por eso te mataron
Acá lloramos, puteamos, te nombramos tiernamente
Ni encerradas ni con miedos gritamos una vez y otra
Más crece el lago de sangre de las nuestras
Más hay que afinar la organizada certeza de la esperanza
Melissa Cardoza
Escritora feminista hondureña
melissacondesa@gmail.com
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