lunes, 15 de septiembre de 2014
"Nos llenan de palma y nos dejan sin comer"
Rel-UITA
Por Giorgio Trucchi
Gobierno de JOH sin estrategias para garantizar derechos a niñez hondureña
Durante las últimas décadas, Honduras ha vivido un acelerado proceso de expansión del cultivo de palma africana, que ha dejado profundos impactos socio-ambientales en la población negra, indígena y campesina, gravemente afectada en su legítimo derecho a la tierra, a la alimentación, a una vida digna, sumado a una profunda criminalización de su lucha de resistencia.
La necesidad de analizar, debatir a fondo y buscar estrategias comunes para enfrentar a un modelo de producción que acapara territorios y desplaza a comunidades ha sido unos de los objetivos principales del Foro-Taller “Agrocombustibles, palma africana y sus efectos sobre la soberanía alimentaria”, realizado este 9 de septiembre en la ciudad de La Ceiba.
La actividad, que involucró a más de 170 personas y decenas de movimientos y organizaciones sociales, populares y sindicales, entre ellas la Rel-UITA, fue convocada por la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH), la Plataforma de Movimientos Sociales y Populares de Honduras, así como las redes internacionales Alianza Biodiversidad, Amigos de la Tierra América Latina y el Caribe (ATALC), la Red Latinoamericana contra los monocultivos de árboles (RECOMA) y el Movimiento Mundial por los Bosques Tropicales (WRM).
“Con esta expansión sin control quieren reemplazar a los alimentos por la palma. Quieren darnos de comer aceite y obligarnos a importar alimentos. Nos están condenando a una hambruna que no tiene precedentes. Por eso era urgente reunirnos para analizar, debatir y tomar acciones concretas”, dijo Miriam Miranda, coordinadora de la OFRANEH.
Winfridus Overbeek, coordinador del WRM, alertó sobre las falsas soluciones que el gran capital agroexportador presenta a la opinión pública para justificar lo injustificable, promoviendo, al mismo tiempo, la producción de agrocombustibles.
“Nunca en mi vida he escuchado a una comunidad decir que la han consultado antes de invadir sus tierras para plantar palma africana u otro tipo de monocultivos. Es una imposición que arrastra consigo la destrucción de la biodiversidad, la deforestación, la pérdida de fuentes de agua, la contaminación por agrotóxicos”.
Asimismo -continuó Overbeek-, la expansión desmedida de la palma “profundiza los cambios climáticos y conlleva la militarización de los territorios y la criminalización de la lucha. La única solución posible es un cambio de modelo”.
Palma neocolonialista Un ejemplo de racismo ambiental
Marcela Gómez, de Amigos de la Tierra Colombia, ahondó más en el análisis y aseguró que la expansión de la palma africana y la consolidación del modelo de los agronegocios atentan contra la vida misma de las personas.
En este sentido, los casos dramáticos de las familias campesinas del Bajo Aguán, de las comunidades garífunas del litoral caribeño y del pueblo indígena Lenca, son un ejemplo de los abusos y las vejaciones perpetradas por el gran capital nacional y transnacional, con el beneplácito de las autoridades.
“La palma africana no representa ningún bienestar para los pueblos, ni mucho menos genera desarrollo económico para las mayorías. Al contrario, es una forma de neo-esclavitud y de racismo ambiental, donde los principales afectados son siempre los pueblos negros, indígenas y los campesinos”, dijo Gómez.
Actualmente, el monocultivo de palma africana en Honduras se extiende sobre un área de unas 160 mil hectáreas, y hay nuevos proyectos para duplicar esta cantidad, amenazando los territorios de la Mosquitia.
Mientras tanto, se estima que no menos de 300 mil familias campesinas hondureñas no tienen acceso a la tierra, que la mitad de la población rural sobrevive con menos de 1 dólar diario, y que el país sigue sufriendo un fuerte déficit de producción de alimentos.
Estrategias comunes de lucha Fortalecer alianzas
Al concluir las diferentes exposiciones se organizaron mesas de trabajo en las que los participantes se involucraron en un profundo y enriquecedor debate, sentando posiciones en vista de darle seguimiento a la temática de la expansión de la palma africana.
“Debemos unirnos y crear alianzas, tanto nacional como internacionalmente, planteando estrategias que vinculen más y con mayor fuerza los tantos ejemplos de resistencia a este modelo que existen en el continente”, enfatizó Alfredo López, subcoordinador de la OFRANEH.
Finalizando la actividad, los representantes de las redes internacionales, que durante dos días analizaron en profundidad la temática de la expansión del modelo agroexportador en América Latina, dieron lectura a un pronunciamiento de solidaridad con el pueblo hondureño en lucha, al tiempo que exigieron el cese de la represión y el fin de la inercia de las instituciones.
“Tanto en la actividad de hoy como en a reunión interna de las redes internacionales, en la que participó la Rel-UITA, se evidenció la necesidad de continuar con la articulación entre movimientos”, dijo Lizzie Díaz, integrante del Secretariado Internacional del WRM.
La clave del éxito de estas luchas “la tienen los pueblos, que se enfrentan a diario a los grandes grupos económicos nacionales y a las corporaciones internacionales, que acaparan tierras, desplazan y destruyen comunidades.
Hoy más que nunca debemos fortalecer estas luchas, haciéndoles sentir que no están solos, que hay miles de ojos puestos en lo que está pasando”, concluyó.
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