jueves, 5 de septiembre de 2013
Inseguridad e Impunidad
Radio Progreso
Toda la sociedad está demandando cambios profundos en las políticas públicas sobre seguridad. Sin embargo, a estas alturas de la incertidumbre, ya no se sabe si las decisiones que se están tomando responden en primer lugar a la necesidad real de contrarrestar la inseguridad, o si se trata de medidas orientadas a allanar caminos para que el oficialismo se convierta en presidente.
La inseguridad es la expresión de dinamismos de fondo vinculados con las inequidades, con un modelo productor de violencia e igualmente de impunidad. En última instancia, la inseguridad es el resultando de una estructura de poder que se sostiene sobre la ley de los fuertes. Y esto es impunidad.
Impunidad es todo aquello que tiene que ver con dejar intactos los delitos y a dejar intocables a quienes los cometen. Impunidad es cuando quienes cometen delitos o crímenes cuentan con la protección de la institucionalidad del Estado. Impunidad es, por tanto, lo que ocurre en Honduras. La inmensa mayoría de los delitos quedan sin investigar, y los que ejercen la ley por ser fuertes, delinquen con plena libertad porque se saben protegidos por la institucionalidad del Estado.
La impunidad se nutre de la debilidad de las instituciones y de la ausencia de valores y actitudes éticas. La impunidad se apoya en el poder de los fuertes, en la debilidad institucional, en la violencia sin control estatal, en la ignorancia o bajo nivel cultural, y en la mentira. La persona impune usa el poder para callar las voces de las víctimas de sus acciones, para pagar favores y comprar autoridades y para pasar por encima
de la ley.
El poder de la persona impune se ejerce porque la institucionalidad del Estado y de los sectores privados es muy débil, y queda subordinada a las arbitrariedades o caprichos de quien impone su poder. Y quien actúa impunemente ejerce violencia, se basa en la violencia, y va sentando las bases para que en la sociedad se diriman todos los conflictos y decisiones con la violencia. Y quien actúa en la impunidad siempre ocultará la verdad, y toda su mentira la presentará como que fuese verdad.
La verdad es a la impunidad como el día a la noche. Los impunes buscan de cualquier manera presentar su vida y sus actos mentirosos como ejemplos de verdad. Mucha gente impune se presenta en la sociedad con ropaje de honorables políticos, respetables empresarios o venerables religiosos. Una persona que congenia con la impunidad, actúa con medias verdades y con medias mentiras. Es decir, será siempre un hipócrita.
Hacer brillar la verdad en estos ambientes de impunes, es jugarse la vida. Así fue visto Monseñor Romero y lo mataron por decir en lo público palabras como las siguientes: “No le tengamos miedo a quedarnos solos si es en honor a la verdad.
Tengamos miedo de ser demagogos y andar ambicionando las falsas adulaciones del pueblo. Si no le decimos la verdad, estamos cometiendo el peor de los pecados: traicionando la verdad y traicionando al pueblo”
(Homilía, 25 de noviembre 1979)
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