martes, 17 de septiembre de 2013

Injusticia, mucha tierra y playas en pocas manos



Por Sandra Rodríguez

Los y las integrantes de la Red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos, REDEHSUR, organizada por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, se reunió para analizar sobre los problemas, especialmente de tenencia de tierra, que presenta en sus comunidades. 
Con el acompañamiento de defensores y defensoras de derechos humanos del COFADEH, a cargo del Proyecto “Educándose e Informándose en Derechos Humanos” en la Zona Sur y Centro de Honduras, debatieron en diferentes grupos, su perspectiva sobre la realidad que enfrentan. 
¿Cómo se aprecia el latifundio o minifundio en su comunidad?
Es más notable el latifundio en la Península de Zacate Grande, que en las demás comunidades donde hay presencia de la REDEHSUR.
Y es que ahí ven el problema como algo injusto, criminal y hasta salvaje, pues la isla tiene 5,700 hectáreas es alrededor de 8,300 manzanas, de las cuales el terrateniente Miguel Facussé tiene 3,800 manzanas escrituradas, el resto es de los millonarios. Se reparten 4000 manzanas de tierra según datos ofrecidos por los defensores de la Isla. 
Además, hay 59 playas privadas y 4 en poder de los pobladores y hay que agregar que se observan cercos y guardias de seguridad privada en lugares de acceso a las tierras altas de la península.
Es así que se muestra mucha tierra, playas e islas en pocas manos.
Hay gran cantidad de tierra sin producir, atrapadas por un cerco, que ha puesto un solo hombre que dice ser dueño.
En el minifundio hay una gran población que no tiene donde cultivar y construir sus viviendas, por lo que deben construir a la orilla de la carretera, sin ninguna seguridad social.


Mientras que en el municipio de Santa Ana, a unos 23 kilómetros al sur de Tegucigalpa, la mayoría de tierras está en poder de los empresarios que ejecutan el proyecto en el Cerro de Hula, que está a cargo de la compañía Globeleq Mesoamérica, a través de su subsidiaria Energía Eólica de Honduras.
¿Qué estamos haciendo ya, para transformar esa estructura injusta en nuestro país?
“Deberíamos de articularnos más para nuestra lucha.  En occidente hay comunidades que ya tienen sus títulos comunales de tierra, lo que hace un escudo ante las compañías mineras, eólicas y demás que destruyen la tierra”, compartieron los y las defensoras.
Por eso es necesario, que para mantener esta lucha por nuestros derechos nos capacitemos continuamente y actualicemos nuestros conocimientos.
Así vamos concientizando, transformando, organizando y manifestándonos contra autoridades violadoras de nuestros derechos, expresó la REDEHSUR. 
Debemos tratar de cambiar este sistema neoliberal capitalista y poner nuestras autoridades que estén al servicio del pueblo, para poder aplicar los artículos de la Constitución de la República que garantizan nuestros derechos, pues hemos recuperado tierras que estaban en poder de los terratenientes y eso demuestra nuestra entrega.
Entre las políticas del modelo neoliberal, compartieron que el Estado ya no tiene dominio sobre los bienes naturales, mete leyes para el acaparamiento de los recursos naturales públicos como aire, agua, ríos, bosques, después nos vende energía y a precio muy alto, por lo que las concesiones de nuestros recursos sólo nos dejan contaminación. 
Vivimos situaciones complicadas, ya que  no hay respeto a las leyes ni a las personas.
En nuestras comunidades estamos en extrema pobreza, no hay solvencia economía, debido al desempleo, cambio climático y falta de todo tipo de oportunidades, así que nosotros debemos aprovechar estos espacios de formación, para ser agentes de cambio desde el aprovechamiento de los recursos que aún nos quedan o podemos rescatar, acordaron los y las defensoras de la REDEHSUR.
¿Qué más podemos hacer?
Unirnos y crear nuevas alianzas con otras organizaciones para poder desalambrar  nuestras tierras que las tienen privatizadas.
Seguir concientizando a nuestra gente porque nuestro objetico es la recuperación de las tierras y liberación de las playas.
No nos queda más que “seguir luchando y luchando”…

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