lunes, 16 de septiembre de 2013

La elección del fiscal general



Por Edgar Soriano Ortiz *

El 30 de agosto el diputado nacionalista" Oswaldo Ramos Soto, con su típica verborrea decimonónica dijo en declaraciones a Radio Globo, que "la política era tan antigua como la historia" y por ello subrayó que al igual que el Partido Liberal nombró a sus fiscales generales Edmundo Orellana y Roy Medina, ahora el Partido Nacional tiene todo el derecho de elegir un fiscal afín.

Al día siguiente los postulantes se presentaron bien vestidos confiados en sus relaciones con los diversos sectores del poder, mientras a las afueras un rápido llamamiento propició que militantes del partido LibRe, del Partido Liberal, del PST, del FNRP, del PAC y personas independientes como un joven del barrio Las Delicias que me comentó: "Yo no soy de ningún partido o movimiento, pero como hondureño vine a protestar porque lo que se está cociendo en el congreso es un acto barbárico", además personalidades consientes del desastroso proceder del Ministerio Público en la última década, como Jari Dixon (ex fiscal, despedido por sus posturas para desengavetar los expedientes de corrupción), que se mantuvo en las afueras del recinto legislativo lanzando su vos frente a la traición pública de los diputados y diputadas.

La acción de elegir apresuradamente el fiscal general antes de las elecciones de noviembre próximo es una jugada del régimen actual de preparar su blindaje ante cualquier posible resultado electoral. Las contradicciones entre bandos dentro de derecha hondureña demuestra la vieja forma de negociar cuotas de poder, pero sí se demuestra los conflictos internos de los grupos de poder propiciados por el modelo neoliberal, digo esto por el acelerado proceso de transacciones impositivas y corruptas que han permitido generar ricos a través del partidismo tradicional. Es observable el conservadurismo en el accionar político-jurídico y el libertinaje en asuntos de tratados comerciales lesivos a los intereses mayoritarios y leoninos para los pequeños grupos financieros.

El madrugón del 1 de septiembre se suma a una serie de acciones para reorganizar el cerco dictatorial del orden establecido en Honduras, que se ha visto amenazado tras el golpe de Estado del 28 de junio de 2009. La situación histórica de Honduras nos evidencia que las fuerzas que controlan el país utilizan personas como piezas claves para mantener privilegios e impunidad frente a un Estado débil, evitan a toda costa que se efectúen reformas participativas y les aterra que sectores dentro de Libre, ante un triunfo electoral de este partido, insistan en alianzas con diversos sectores sociales para construir fuerza estructural que permita avanzar hacia una mayor participación ciudadana.

Oscar Chinchilla y Rigoberto Cuéllar, fiscales general y adjunto, respectivamente, serán las nuevas piezas inmovilizadoras de cualquier avance hacia de fortaleciendo del Ministerio Público. Es que se mediatizaran acciones represivas para la delincuencia común y buscaran cercenar las posibilidades de materializar reformas a favor de diversos sectores sociales. La triste bofetada se consumó a las 2 de la mañana del día de la bandera del civismo que ellos mismos dicen defender "por la paz y la democracia", cuánto cinismo mientras la Honduras se desgarra en la miseria, la muerte y el dolor. Los cercos están tendidos para conservar el control monopólico y oligopólico de los recursos naturales y culturales, hay mucho trabajo para las fuerzas que buscan fundar democracia y solo se logrará con trabajo, valentía y honestidad...

* Historiador

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