viernes, 12 de abril de 2019

La solidaridad internacional, fundamental para estar viva

SEMlac

Por Erandi León Tierranueva

Si tuvieran que contar mi historia, tendrían que decir que tengo dos nacionalidades, costarricense y nicaragüense, aunque recientemente me quitaron el papel que acredita a esta última. Como sea, "un papel nunca ha sido la muestra de qué soy o no soy".

Ana Quirós nació en Costa Rica, pero desde hace 40 años ha vivido y trabajado en Nicaragua, como feminista y defensora de los derechos humanos. Desde su trinchera, ha dirigido el Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (CISAS), organización dedicada a la educación y comunicación en salud para fortalecer y fomentar la participación ciudadana.

Empero, el 18 de abril de 2018 su vida y la de mucha gente cambió. Ha sido testigo de la sordera y brutalidad con la que el gobierno del presidente Daniel Ortega reprimió (y reprime) a toda una población que clama por sus derechos. Ella misma fue golpeada, intimidada y recientemente expulsada del país, sin derecho de réplica alguna, narra en entrevista a SEMlac.

El 26 de noviembre fue requerida en la Dirección General de Migración y Extranjería. Sin mayor explicación, la despojaron de su nacionalidad y fue expulsada del país. Tres días después le cancelan la personalidad jurídica a su organización, les congelan la cuenta bancaria, ocupan sus bienes y se adueñan de sus edificios, haciendo que el trabajo de Ana Quirós y de todas las mujeres y hombres que participaban, sea trasladado a Costa Rica.

"Sigue siendo una organización nicaragüense, solo que con esta medida y mi expulsión del país, decidimos formas CISAS Costa Rica y convertirnos en una organización trasnacional".

Desde ahí, el movimiento feminista se ha dedicado a denunciar al régimen de Ortega y su vicepresidenta Rosario Murillo; además de trabajar y organizar a toda la gente nicaragüense que ha solicitado refugio en Costa Rica.

"Mi lucha está con esta gente. La inmensa mayoría de los que estamos aquí tenemos la mira de regresar a Nicaragua, en cuanto salga el gobierno actual, todos nos iremos en carrera y lograr que la gente se organice es una tarea fundamental".

SEMlac: ¿Cuál ha sido el papel del movimiento feminista en la región?

"La solidaridad internacional feminista es clave, en el caso nuestro; en lo personal y en lo colectivo ha sido fundamental para que sigamos vivas. Han sido las redes feministas las que han facilitado la protección y resguardo de muchas y muchos activistas y sus familias. Sin su solidaridad, seguro que la vida nuestra habría sido más difícil".

Quirós asegura que, sin la presión internacional, ella se habría quedado en el penal El Chicote, donde estuvo presa después de ser cancelada su nacionalidad. Otro ejemplo es la reciente resolución del Consejo de Derechos Humanos de la ONU que pide al gobierno de Daniel Ortega liberar a todas las personas detenidas en las manifestaciones, así como acordar quitarle el estatus al ombudsman de Nicaragua, por no tener autonomía.

"Estas redes de mujeres han estado presionando a cada uno de los gobiernos para que asuman una posición consecuente con la democracia hacia Nicaragua y eso hace una diferencia".

Esta decisión se ve aparejada con la condena del Parlamento Europeo que pide sanciones para el régimen de manera individual y no al gobierno en general, lo que tiene mayores consecuencias, opina Quirós.

La (s) represión (nes)

Ana Quirós ha sido activista desde que tenía 12 o 13 años. Siempre ha estado en manifestaciones, protestas y denuncias. "Soy parte del movimiento feminista y desde él y de los grupos de la sociedad civil he participado siempre en acciones callejeras".

El 18 de abril, cuando se convoca a un plantón en contra de las reformas a la seguridad social, aparecen unas 50 motos con hombres en cascos negros armados de palos, piedras, tubos y cadenas, comenzando así con la represión.

Ana recibe golpes en la cabeza y fracturas en las manos. Casi dos horas después, cesa la violencia custodiada por la policía. "En ese momento no hay detenciones, porque quienes nos atacan son parapolicías vestidos de civil, ahí estaba la policía, exigimos protección y no hicieron absolutamente nada".

Fueron los siguientes días (meses y año) cuando comienzan las primeras detenciones y asesinatos, provocando así una fuerte reacción de gran parte de la población nicaragüense. "Para ese momento la inconformidad iba mucho más allá, la gente empieza a protestar por la presencia de la policía en las calles, por las muertes, por los heridos, los detenidos".

Desde la prohibición de la Ministra de Salud (Sonia Castro) de no atender a los heridos de las movilizaciones; la muerte arbitraria de un menor de edad por parte de francotiradores de la policía, las fuerzas parapoliciales y el ejército; hasta el asesinato el Día de la Madre de 28 jóvenes, dos mujeres entre ellos, fueron motivo de enardecimiento social y, paralelamente, de una mayor represión por parte del gobierno.

De acuerdo con lo que reportó la CIDH (Comisión Interamericana de Derechos Humanos), 80 por ciento de las muertes de este primer período recibieron los disparos en la cabeza, en el cuello y tórax, es decir, eran tiros con toda la intención de matar.

"En este primer período hubo mucha tortura y denuncias de violaciones sexuales a mujeres y hombres, las cuales llevan a cabo en las oficinas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) o en las estaciones de policía antes de llevar a las y los detenidos a la cárcel; una situación brutal.

"Por ejemplo, detuvieron a tres personas transexuales y las llevaron al penal de hombres. Las agreden sistemáticamente, las humillan, las torturan, varias veces tratan de violarlas, y si los compañeros presos políticos las defienden, son golpeados inclementemente".

Además, recientemente se ha documentado una feroz represión por parte del gobierno contra las organizaciones de mujeres durante las protestas. "Ortega ha dado muestra de su autoritarismo y nula capacidad de diálogo, pues se ha tenido más de una década de dictadura contra los cuerpos de las mujeres y ahora esto".

SEMlac: ¿Cuáles son los obstáculos más grandes que enfrenta la población, sobre todo las mujeres, para poder ejercer plenamente sus derechos? ¿Por qué el gobierno se ensaña con la causa feminista?

"El movimiento feminista ha venido madurando y creciendo, pero también se encuentra en una situación, en cierta medida, de retroceso, debido a la presencia de gobiernos muy autoritarios. El gobierno de Ortega y Murillo tiene un rencor histórico contra las mujeres, mucho más que con cualquier otro movimiento, y tiene que ver con el respaldo que da el movimiento de mujeres a la denuncia de violaciones contra el presidente. También hay un problema en relación con el avance y fortalecimiento de los fundamentalismos, sobre todo los religiosos protestantes, fuerzas muy conservadores y presentes en la región. Sin duda, existe una falta de voluntad política y alianzas que deben ser pagadas".

Recordó el caso de México, pues pese al enorme esfuerzo que han hecho las organizaciones feministas, sigue existiendo una estructura muy patriarcal del poder, "la alianza que en su momento hace Morena con el PES, es de que se le pare a uno el pelo, el cobro está a la vuelta de la esquina".

Ana Quirós sostiene que un partido que se precia de progresista tendría que estar apostándole a un Estado laico y al fortalecimiento de los espacios y las organizaciones ciudadanas. Cabe recordar las declaraciones del mandatario mexicano sobre estas organizaciones y la supuesta corrupción que impera en ellas.

La resistencia

Ante esta problemática, surgen movimientos de resistencia que visibilizan la fuerza y la sororidad de la gente, uno de esos casos es el Movimiento del Pico Rojo, nacido en la cárcel, por una compañera feminista que fue arrestada por el gobierno nicaragüense.

"Cuando a mi compañera la detienen, ella tenía un lápiz labial rojo, se pinta y le pasa el labial rojo a todas las que se encontraban con ella. La interrogan y le preguntan a qué organización pertenece y ella dice al Movimiento del Pico Rojo. Es de las primeras que sale de la cárcel y cuando comenta su respuesta, inmediatamente se hace viral".

Antes de esto, no existía ningún movimiento parecido, pero mujeres y hombres empiezan a tomarse fotos con los labios pintados de rojo y las suben a redes sociales, convirtiéndose en una forma más de resistencia.

Esto, la creatividad de lanzar globos de color blanco y azul, pues en ese momento se consideraba la bandera como un símbolo de rebeldía; o la imagen viral de un policía siendo golpeado por una silla, haciendo alusión a un héroe nacional del siglo XIX, se convierten en símbolos de resistencia y cobijo que dan sentido del humor a una población que vive una situación terrible que pareciera no tener fin.

"Hay cosas muy alentadoras, hay procesos que son todavía a largo plazo, pero los avances resultan cada vez más contundentes. Ha habido unanimidad en las negociaciones, en la agenda: se pide la liberación de los presos, el restablecimiento de las libertades constitucionales, la justicia, el desarme de las fuerzas paramilitares y la reestructuración de la policía.

"Dentro de todo, siento que podemos ver hacia delante, con optimismo, que no será fácil, no está a la vuelta de la esquina, pero hay futuro", concluye una alentada Ana Quirós.


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