lunes, 15 de abril de 2019
Comunidades Garífunas: Destinos turísticos que resisten al despojo
Un 12 de abril de 1797 llegaron a Punta Gorda, Roatán los Garinagu, mejor conocidos como Garífunas. Los 222 años de su llegada a tierras hondureñas se conmemoran en medio del incremento en las persecuciones, criminalización y despojo de sus territorios, para la instalación de mega proyectos hoteleros que son otorgados con la complicidad del Estado de Honduras.
A lo largo de la costa atlántica, las comunidades garífunas se ven amenazadas por propuestas de creación de proyectos turísticos. Como consecuencia de ello, las comunidades garífunas están siendo forzadas a abandonar sus tierras, según denuncias de las mismas comunidades.
Cesar Benedith, representante del patronato de la comunidad Triunfo de la Cruz, y miembro del Comité para la defensa de tierras en la Organización Fraternal Negra de Honduras, Ofraneh, explica que la migración ha sido una de las salidas que han tenido muchas familias garífunas, ante la persecución, criminalización, falta de oportunidades y despojo de tierras, que impulsa el Estado.
“La migración aumentó en los últimos años. Las comunidades están quedando vacías, sectores como Barra Vieja, en Tela, Atlántida son el vivo ejemplo. Las comunidades están tristes porque toda la gente ha tenido que salir”, expresa.
El dirigente agrega que es necesario trabajar en temas preventivos, primero para que no siga el despojo, y luego la creación de alternativas económicas para las poblaciones que deciden no abandonar sus territorios.
A pesar del sombrío panorama, los negros han pasado del lamento y están dando pequeñas señales de esperanza. Desde las comunidades garífunas de Vallecito, Santa Fe, San Juan, Triunfo de la Cruz, Barra Vieja hay brotes de resistencia a los megos proyectos turísticos y palmeros. Sus tambores y caracoles están alimentado vida y fortaleciendo la defensa de sus territorios.
Comunidades garífunas: Tradiciones y cultura viva
Las 47 comunidades garífunas distribuidas a lo largo de la costa atlántica hondureña no solo son sinónimo de lucha, dignidad y resistencia, también son tradiciones vivas, bailes tradicionales, belleza natural y comidas que recuerdan su manera de sobrevivir y resistir a través de los tiempos.
Jenny Herrera, Secretaria del patronato de la comunidad del Triunfo de la Cruz en Tela, recuerda que las comunidades garífunas subsisten del turismo, en ese sentido reciben la temporada de verano con mucha alegría y entusiasmo.
“Ofrecemos tranquilidad, una sana convivencia, nuestros trajes típicos, nuestras comidas y cultura. En el Triunfo de la Cruz y todas las comunidades de Honduras hay pequeños restaurantes, hoteles, pequeños negocios que son propiedad de comunitarios y comunitarias, que están complacidos en recibir a las personas que nos visiten. Nuestras playas, el mar azul son parte de la infinidad de opciones que ofrecen las comunidades garífunas”, expresa la lideresa.
Rodeadas de montañas, ríos caudalosos, playas de arena blanca y las cálidas aguas del atlántico, estas comunidades distribuidas en los departamentos de Atlántida, Cortés, Colón, Gracias a Dios e Islas de la Bahía son un verdadero paraíso.
Fondos recaudados se utilizan en proyectos
A través de un vídeo difundido por las redes sociales, muchos ciudadanos y ciudadanos denunciaron el cobro de ingreso que realizan varias comunidades garífunas en esta temprada de verano.
Sin embargo, Alberth’s Centeno, presidente del patronato del Triunfo de la Cruz, explica que se pide una colaboración de entre 100 y 250 lempiras a los carros livianos y buses que durante los fines de semana previo y durante semana santa ingresan a las comunidades, no es una camisa de fuerza, y quienes no tienen la capacidad de pagar, también pueden ingresar, porque las playas son un bien común.
El joven dirigente detalla que frente al abandono y la incapacidad del Estado hondureño en garantizar proyectos de desarrollo, el cobro voluntario de ingreso sirve como alternativa para dar mantenimiento a las playas e impulsar una serie de proyectos en las comunidades.
Centeno comenta que buena parte de los fondos se utiliza en brindar seguridad a los visitantes, limpiar y dar mantenimiento a las playas. “Las playas cada fin de semana después que se van los turistas quedan inundadas de basura, nos toca a los habitantes de la comunidad dar ese mantenimiento”, expresa.
Agrega que el cobro solo se realiza los sábados y domingos, el resto de las semana no.
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