viernes, 19 de abril de 2019
La cacería contra jóvenes manifestantes en Choluteca, deja un muerto
Momento en que se retira de la Morgue Judicial el cuerpo de Wilfredo Ramírez foto: Facebook Aci-Participa
Esta madrugada falleció el joven Wilfredo de Jesús Ramírez Moncada, de 17 años, a causa de un impacto de bala, cuando la Policía Nacional reprimió una manifestación contra el régimen de Juan Orlando Hernández, ayer en Choluteca, al sur del país.
No había empezado la manifestación, según información recabada por la Red de Defensores y Defensoras de Derechos Humanos de la zona Sur del país (REDEHSUR), cuando hubo un apagón de energía eléctrica, y la policía aprovechó para atacar. Otros manifestantes agregaron que, a Wilfredo le disparó un policía a bordo de una motocicleta.
Ante esta situación, el Estado hondureño incumple la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, al no reconocer a los y las manifestantes entre ellos Wilfredo, como sujetos de derechos, actores estratégicos del desarrollo y personas capaces de ejercer responsablemente sus derechos y libertades.
Según organizaciones defensoras de derechos humanos aglutinadas en el Movimiento Ambientalista Social del Sur por la Vida (Massvida), la vivienda del menor había sido allanada por agentes del Estado en el marco de los operativos “Hormigas”.
►Wilfredo era un guerrero, un luchador y defendía sus derechos y de los demás a través de las protestas y en las calles, detallaron familiares y conocidos, que esta tarde lloran su muerte y honran su alma en medio de la consternación.
La persecución contra manifestantes en Choluteca, auto convocado en el movimiento social “Bastión del Sur”, se ha expresado mediante detenciones a menores de edad, persecución, vigilancia y en este caso, la muerte de Ramírez Moncada.
Además hay campañas mediáticas de desprestigio contra líderes sociales juveniles que los comparan con “vándalos o criminales”, afirmó Denilson Escalante, de 19 años, defensor de derechos humanos, víctima directa de estigmatización.
Cabe señalar que, los Estados firmantes de la Convención Iberoamericana de Derechos de los Jóvenes, reconocen a los jóvenes con la extensión expresada en el Pacto Internacional de Derechos civiles y políticos, el derecho a su libertad y al ejercicio de la misma, sin ser coartados ni limitados en las actividades que derivan de ella, prohibiéndose cualquier medida que atente contra la libertad, integridad y seguridad física y mental.
El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), con la REDEHSUR, ha documentado denuncias de víctimas menores de edad que por estar en protestas sociales han sido capturados y llevados a postas policiales, donde son torturados y obligados a hacer actividades que no les corresponde, acusándolos de infracciones estipuladas en el Código Penal, y por ello deben cumplir con medidas sustitutivas a la prisión, como menores infractores.
Ataques contra menores
Para defensores de los derechos humanos de Bastión del Sur, intimidar a los jóvenes tiene como objetivo inmovilizar a los demás manifestantes, en el caso de los menores entrevistados, han dejado de ir a las protestas. Compartimos parte de sus relatos ofrecidos a Defensores en Línea, que por razones de seguridad omitimos su verdadera identidad.
“Carlos” de 17 años, recién había participado en la movilización, por lo que iba a tomarse un refresco, en eso unos policías militares –detalló que se uniformaban de verde- se le acercaron, lo empezaron a golpear y le decían que era “por andar en esto”, “por maje”, “Juan Orlando ya está sentado y ustedes siguen aquí”.
Me golpearon, me llevaron a la posta, me agarraron mi identificación y me la tiraron en el pecho. Me golpeaban con el tolete en el pecho, me decían “de aquí no vas a salir, no vas a volver a la libertad”, continuó el relato “Carlos”.
Estuvo detenido unas 16 horas antes de ir al juzgado. El menor asegura que había más jóvenes detenidos allí. Entre las medidas que se le aplicaron está la de ir a firmar al juzgado. Detalló que lo volvieron a detener en una manifestación pacífica del sector obrero, y le dijeron que era “por andan en las protestas”, estuvo privado de libertad nuevamente y lo amenazaron con mandarlo a una cárcel para menores, pero no fue así.
El menor cursa la educación primaria y se sumó a las manifestaciones para reprochar el alto costo de la energía eléctrica “mi madre no tiene la capacidad económica para pagar todo, me han detenido porque camino en las movilizaciones, pero me opongo”, declaró “Carlos” quien está seguro que la policía lo tiene identificado.
También conversamos con “José”, al igual que Wilfredo y “Carlos” tiene 17 años y se le ha negado el derecho a la educación, por la situación económica que enfrenta. Entonces debe trabajar. Sin embargo, el Estado de Honduras no reparara en la violación al artículo 32 de la Convención sobre los Derechos del Niño, donde expresa el derecho de las personas menores de 18 años de edad, a estar protegido contra el desempeño de cualquier trabajo que pueda entorpecer su educación.
El menor, apartó un poco de su tiempo para atender a procuradoras de derechos humanos del COFADEH y REDEHSUR, y nos dijo que parte de su vida al acompañamiento de acciones sociales en exigencia de respeto a los derechos humanos.
Tras el fraude electoral que impuso en el poder a Juan Orlando Hernández, el menor que aún no ejerce el sufragio, se unió a las movilizaciones que se apoderan de las calles sureñas todos los miércoles y sábado, pero al finalizar una de ellas, fue arrestado por la policía.
Yo andaba en las movilizaciones “para sacar a Juan Orlando” dos policías con uniforme celeste me llevaron en una motorizada y me dijeron que no me tirara. Eran como las siete de la noche, me pidieron datos personales y de mi familia. Después pidieron datos a otro cipote que estaba allí (posta).
El relato del menor, está lleno de frases homofóbicas e intimidatorias emitidas por los policías. Al día siguiente nos pusieron a barrer allí, y nos decían: “güirritos culeros” “las niñas que les van ir a servir a los 18” “que los van a llevar a jalteba”, sentía nervios. Me llevaron a audiencia, y la jueza me dejó firmando y avisarían para otra audiencia, al momento de la entrevista seguía con medidas sustitutivas a la prisión.
Cuando la familia se dio cuenta del paradero de “José”, el menor de 17 años estaba preso, había sido detenido por la policía cuando andaba en una manifestación social en Choluteca, declaró su madre, quien estaba en el trabajo.
Cuando se reencontró con el jovencito únicamente le dijo “que barbaridad José, me dejaste preocupada, pero vas a salir de aquí”. Afirmó que la policía no lo golpeó “sólo lo metieron a un charco, lo montaron a una motorizada y lo llevaron. El día que lo agarraron a él, agarraron a tres más, no sé qué pasó con ellos, declaró la señora.
“Cuando la policía ataca a los manifestantes también afecta a la población en general, la amenaza contra mi hijo también es contra mí, porque yo soy responsable de él, va a firmar los viernes y estamos pendientes que cumpla”, madre de menor criminalizado
Estos son algunos de los relatos de menores de edad que son víctimas de los ataques de policías y militares en la misma ciudad y circunstancia de protesta social, donde ayer Wilfredo Ramírez Moncada fue alcanzado por una bala policial, y esta madrugada murió en el Hospital Escuela.
Mientras la Policía Nacional emitió un comunicado expresando que investigará los hechos, la autopsia de la Morgue Judicial del Ministerio Público número 829, expresa “con un sello” que las causas de la muerte de Wilfredo de Jesús Ramírez Moncada está “En Estudio”.
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