jueves, 29 de noviembre de 2018

Modelo depredador del régimen está causando severos daños al tejido social de la zona sur



Por Marvin Palacios

El despojo de las tierras, la apropiación del agua y la extracción de los recursos minerales en que está basado el actual modelo impulsado por el régimen ilegal de Juan Orlando Hernández, en contubernio con grupos económicos nacionales y compañías extranjeras, está causando daños irreversibles al tejido social en la zona sur.
Estas consideraciones fueron expuestas tanto por la Coordinadora General del Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), Bertha Oliva  como por el Director Ejecutivo del Comité por la Libre Expresión (C-LIBRE), Edy Tábora, al analizar la situación que enfrentan las comunidades de la zona sur.

Ambos defensores de derechos humanos fueron  invitados por la agencia de cooperación de las iglesias protestantes de Suiza (HEKS); en el marco de un encuentro nacional de organizaciones que actúan como co-partes en proyectos de defensoría de derechos humanos.

La zona sur del país está siendo devastada por las concesiones extractivas, los proyectos hidroeléctricos, los parques foto-voltaicos y el acaparamiento desmedido de tierras por parte de grupos económicos poderosos.

Los ricos y famosos acaparan cada vez más tierras en la Península de Zacate Grande y se han apoderado de casi toda la costa del Golfo de Fonseca, mientras tanto, grandes proyectos fotovoltaicos amenazan comunidades en el sector de Los Prados, en Namasigue, Choluteca.

Otras regiones como La Llave, en el departamento de Valle, soportan los efectos negativos para la salud humana y animal que provoca el más grande parque fotovoltaico (paneles solares) de América Latina, instalado en esa zona.

Entre tanto, la ampliación del puerto Henecán supone daños irreversibles a la fauna marina y las concesiones mineras y la instalación de Zonas Especiales de Desarrollo Económico (ZEDES), en la isla El tigre y Exposición, estarían desplazando a centenares de familias de sus lugares de origen.

Edy Tábora expuso que el país se debate en un tema de disputas económicas que parten de un proyecto de despojo, que ha acomodado las relaciones nacionales e internacionales, con la restricción de derechos.

“La disputa es por la tierra, por el agua, el empleo digno y por la costa del golfo de Fonseca. Todas esta expresiones de poder están provocando acusaciones, privados de libertad, criminalización, desplazamientos forzados, e incertidumbre, que rompe el tejido social que es a quien acompañamos como organizaciones de derechos humanos”, dijo.

Tábora señaló que frente a esta situación las comunidades han desarrollado mecanismos de resistencia y de lucha, a través de herramientas ciudadanas.

Entre esas herramientas ciudadanas, el director de C-Libre citó la organización, que es la que se practica los miércoles y sábados con las movilizaciones de protesta por las calles de Choluteca.

Tábora luego mencionó el derecho a la “asociación” mostrado de diversas formas como las caminatas, las tomas de calles y los campamentos de resistencia, entre otros, que son una forma de protesta social.

“…Todas esta expresiones de poder están provocando acusaciones, privados de libertad, criminalización, desplazamientos forzados, e incertidumbre, que rompe el tejido social que es a quien acompañamos como organizaciones de derechos humanos…”: Edy Tábora
El expositor citó además, las herramientas comunicacionales, que soportan la libertad de expresión de la ciudadanía que demanda el respeto de sus derechos. Esa libertad de expresión se ejerce a través de medios alternativos como las radios comunitarias o las redes sociales, que ejercen resistencia frente a la imposición del modelo económico y político.

“El derecho a la reunión de distintas formas, los foros, las capacitaciones, eso también implica el derecho a la reunión, entonces vemos que hay una resistencia basada en derechos y las asambleas comunitarias, que es un tema democrático, eso es derecho a asociación y derecho a reunión, porque las asambleas comunitarias permiten el debate, que es lo que estamos viendo de resistencia en el sur y en otras partes del país”, explicó el defensor de derechos humanos.

Siguiendo su exposición en torno a las expresiones de poder en la zona sur, Tábora habló sobre los abusos que comete la fiscalía y el poder judicial en conjunto con la empresa privada, a la denominó “corporación-empresa privada-estado”.

“Se deciden cosas entre la empresa privada, se deciden temas de libertades públicas, entre la empresa privada y el estado, esa es otra expresión del poder. Luego y sobre todo que hay una omisión permanente de los deberes de los funcionarios,  y esa es otra expresión de poder que normalmente no se nombra, porque también es una categoría de violación a los derechos humanos”, sostuvo.

Todo el tema de las concesiones, de los permisos de operaciones, los contratos que la municipalidad otorga implica temas jurídicos, y no solo son decisiones políticas;  sino que implican la generación de una relación entre el órgano que decide y a quién le favorece esa decisión, y eso se convierte en una normativa amenazante desde lo local, lo nacional y lo regional, comentó Tábora.

“Tenemos una nueva normativa que esta pronto a salir, que es el nuevo código penal que el movimiento social no lo ha estudiado. Está adecuada para desmovilizar basada en el derecho fascista, y un derecho fascista que tiene una institucionalidad que respalda como va a ser esto y también más militarización,  porque los proyectos extractivos siempre llevan detrás el guardián; en este caso los militares”, advirtió.

Por su parte, la Coordinadora General del COFADEH, Bertha Oliva señaló que la zona sur es un reflejo de la situación del país.

“Este es un sistema fallido y fracasado y nos están obligando a que naveguemos con este sistema que ha favorecido al imperio, pero a nosotras hoy nos tiene totalmente desprotegidas. El sistema de justicia es el que nos tiene en estas condiciones, es el que nos estigmatiza, nos señala, nos hace requerimientos, nos pone presas”: Bertha Oliva
“Propugnamos a hacer resistencia basada en derecho, frente a un estado de derecho, deshecho, que nos deja en total indefensión. El desafío es que la zona sea de un acompañamiento colectivo”, dijo.

Oliva sostuvo que la lógica imperial viene para arrasarnos y acallarnos. Este es un sistema fallido y fracasado y nos están obligando a que naveguemos con este sistema que ha favorecido al imperio, pero a nosotras hoy nos tiene totalmente desprotegidas. El sistema de justicia es el que nos tiene en estas condiciones, “es el que nos estigmatiza, nos señala, nos hace requerimientos, nos pone presas”.

El sistema de justicia está manejado por un poder fáctico y lo usa a nivel nacional, es necesario que documentemos cada hecho, cada acción, cada violación de los derechos humanos, dijo Oliva.

Tenemos el caso de Bertha Cáceres, un caso colectivo a nivel nacional, con una observación internacional permanente, con entendidos en derecho, y ¿qué es lo que están haciendo con el caso en los tribunales?, irrespetando todo el sistema internacional de derechos humanos y a todos los expertos y a expertas. Vemos la brutalidad de cómo estamos en el país.

La destacada defensora de derechos humanos advirtió que en el sur,  la problemática inicia y con dureza ,porque quieren aplastar toda resistencia, y además es el ejemplo que quieren para sus réplicas en todo el país.

Bertha Oliva también habló de la cruda militarización que agobia a la nación y de la presencia de asesores militares israelitas, que cuando Juan Orlando Hernández visita alguna comunidad, han colocado una tecnología  capaz de silenciar las señales de los teléfonos móviles para impedir que la ciudadanía exprese su rechazo, ante la presencia del usurpador del poder.

“En el pasado enfrentamos guerras ideológicas, hoy son guerras económicas, y las guerras económicas son más atroces, porque arrasan con todo. Solo dejan el despojo, la miseria, la pobreza, la división y el desplazamiento de miles de personas”, comentó.

Es necesario que nosotros aprendamos a retomar lo del pasado, lo ideológico, porque es lo único que nos va a quedar, si nosotros nos agachamos a leer libros de aquellos tiempos vamos a entender la importancia y además cómo sobrevivir en una guerra económica. “La sobrevivencia es vital para cada militante que representa a organizaciones sociales o populares”.

Oliva citó que nos han metido desde hace mucho tiempo el miedo colectivo para paralizarnos, y el miedo no solo paraliza, sino que silencia, y a los avorazados empresarios a lo que le apuestan, es al silencio.

¿Por qué ha respingado (Donald) Trumph ahora?, porque antes tenía a la región silenciada, adormecida y la caravana de migrantes, colocó el problema de Honduras mundialmente y ya no solo es un problema político, es un problema social, un problema económico, un problema de seguridad, que exhibió y sacó cómo a la gente que se expresa en público, es reprimida, concluyó Bertha Oliva.

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