viernes, 30 de noviembre de 2018
FMI ¿Vamos bien, pero estamos mal?
Por Javier Suazo
Foto: el heraldo.hn
La Misión del FMI concluyó la visita a Honduras, con un pronóstico halagador para las autoridades de gobierno, según Esteban Vesperoni, jefe de Misión. La estabilidad económica se mantiene, y se espera un crecimiento sólido de 3.5% para 2018, inflación menor de 5%, déficit en cuenta corriente de 3.2%/PIB y mayor estabilidad en las finanzas públicas.
Prácticamente seguimos con el mismo libreto iniciado en 2013, que privilegia objetivos de corto plazo por sobre los objetivos de desarrollo, en el entendido que mayor crecimiento no es sinónimo de desarrollo, más aùn si se sitúa por debajo de un rango de 5% a 6% anual y no se sostiene.
No interesa que sectores crecen, muchos menos el aumento del desempleo y la pobreza. De acuerdo a cifras del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) la tasa de desempleo abierto se situó arriba del 7.4%/PEA en 2017 y la tasa de pobreza observó una resistencia a la baja al afectar 64.3% de la población. No obstante, la última encuesta del INE (2018), dice “milagrosamente” que la tasa de desempleo abierto bajó a 5.7%/PEA y la pobreza abarca sólo al 61.9% de la población. Estas cifras recién publicadas contradicen el testimonio de los migrantes en cuanto a que se van del país por la falta de oportunidades de trabajo y violencia.
El FMI se reunió con miembros del Consejo Hondureño de la Empresa Privada (COHEP), exigiendo sus dirigentes eliminación de trámites burocráticos e impuestos para invertir y generar puestos de trabajo; empleos mayormente espurios y de mala calidad insuficientes para garantizar la reproducción de los medios materiales de vida del trabajador, otra de las causas de la pobreza, violencia, drogas y migración.
El gobierno de la República, con apoyo del sector privado y dirigentes de Centrales Obreras denominados “tarifados”, suscribieron un pacto que dará vida a una Política Nacional de Empleos (PNE) Dignos y Productivos sustentada en cuatro ejes: Un entorno propicio para creación y desarrollo de empresas, lo que implica reducir trámites en más de un 400% e impuestos, incluyendo los impuestos municipales; b) Mayor competitividad del país, para avanzar posiciones en el Índice de Competitividad, principalmente en lo que respecta a la sofisticación de mercados e innovación.
Honduras ya cuenta con una Estrategia Nacional de Innovación para la Competitividad (ENIC), pero que duerme el sueño de los justos en la Secretaria de Coordinación General de Gobierno (SCGG) y Secretaria de Finanzas (SEFIN); 3) Desarrollo de Capital Humano, un sueño largamente acariciado en el marco de la Estrategia de Reducción de la Pobreza (ERP), los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de Naciones Unidas, que implica en Honduras, según el COHEP y maquiladores, la refundación del Instituto Nacional de Formación Profesional (INFOP), incorporando al sector privado en la administración y gestión técnica, administrativa y financiera. Finalmente, la generación de empleos, idealmente no espurios y sostenibles, o sea más allá del pago del salario por hora que literalmente no ajusta.
El presidente Juan Hernández con ministros, empresarios
y dirigentes obreros. Foto el heraldo.hn
La Misión del FMI también escuchó de medidas de rescate de las empresas públicas (ENEE y HONDUTEL principalmente), y las acciones para la privatización del Puerto de San Lorenzo en el departamento de Valle. La partición de la ENEE en tres empresas (trasmisión, generación, distribución) es una de las soluciones propuestas, integradas a una empresa conjunta de mayor tamaño, en su mayor parte de capital privado (nacional y externo).
En el caso de la ENEE, el cuestionamiento viene por la gran cantidad de recursos (préstamos) que se ha contratado para cubrir deudas y el déficit financiero que no se ha logrado reducir, incluso utilizando 200 millones de lempiras de la tasa de seguridad (Tasón) que sirve para fortalecer el presupuesto de Seguridad y combatir la delincuencia. Se sabe que la mora de la ENEE con las empresas generadoras de energía, supera los 34,000 millones de lempiras más intereses (un déficit acumulado superior a los 51,000 millones de lempiras). También, se ha decretado un ajuste draconiano a las tarifas (trancazo) que afecta mayormente a la clase media con ajuste de entre 15% y ·25% en el monto de la factura.
EL tema de la ENEE puede alargar el periodo de firma de un nuevo convenio con el FMI, ya que el gobierno (como supervisor) y las empresas no han cumplido con las metas establecidas, especialmente lo referido a la reducción de las pérdidas técnicas y no técnicas y fortalecimiento de la infraestructura (inversiones) en el tiempo previsto. Hay una percepción en organización de sociedad civil que todo lo que se hecho en la ENEE es para acelerar el proceso de privatización de las generadoras eléctricas en su poder, igual que la ineficiencia en la reducción de las pérdidas es compensada con mayores ajustes en las tarifas cada tres meses con subsidios marginales y temporales para población de bajo consumo localizada en zonas marginales.
Al FMI le preocupa además el aumento del endeudamiento. Datos de SEFIN muestran que la deuda pública interna se disparó de 47,9 miles de millones de lempiras en 2012 a 97,7 mil de millones de lempiras en 2017, un aumento de 103.9% con tendencia a aumentar más en 2018 y 2019, entre un 18% y 19% del PIB. Ello presiona para aumento del servicio de la deuda interna, al cual el gobierno tiene que hacer frente.
Se espera que Honduras, tal como sucedió en el pasado, acelere la depreciación del tipo de cambio para evitar -según el FMI- perdidas de competitividad con sus principales socios regionales y extrarregionales, de cara a la firma de un nuevo convenio. El mecanismo de subasta de divisas se ha ido flexibilizando para permitir mayor retención de divisas por los agentes privados. Si se compara con enero de 2013, el tipo de cambio nominal para compra (precio promedio del dólar) se ha depreciado en un 20.9% a noviembre de 2018. Esta aceleración se comerá el ajuste de salarios de un 5% máximo que se negocia para 2019 con el sector obrero, pero también afectará el ingreso de los empleados públicos e informales, ya que muchas de las medicinas que necesitan se volverán prohibitivas ya que no hay en los hospitales públicos. Los industriales, mypmes y dirigentes obreros no contaminados, han venido pidiendo que se vuelva al mecanismo de subasta de divisas y el Banco Central de Honduras (BCH) ejerza el control, no los exportadores o banqueros.
Aunque ya empezó, la privatización del sector salud y educación es una asignatura pendiente para el FMI y el mismo gobierno. El Comisionismo Burocrático creado para tales propósitos todavía no ha cumplido su función, pero el FMI pedirá acelerar este proceso, con los efectos negativos en los bolsillos de la población que ello conlleva. Igual exigirá combate frontal a la corrupción, en tanto está en riesgo el pago del dinero prestado por sus socios en el tiempo previsto; sin descuidar la reducción de la masa salarial a menos de 8%/PIB en 2018, valores manejables tal como lo establece la política (camisa de fuerza) macro fiscal de mediano plazo.
Los dirigentes de los partidos de oposición deben seguir de cerca las negociaciones con el FMI, ya que el circo político puede ser un distractor para nuevos trancazos y privatizaciones de servicios públicos en contra del pueblo-pueblo y un baño de bálsamo para JOH y gobierno.
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