- Marcel Lhermitte es consultor en comunicación política y campañas electorales. Periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magíster en Comunicación Política y gestión de Campañas Electorales. Ha asesorado decenas de candidatos y colectivos progresistas en Uruguay, Chile y Francia fundamentalmente. @MLhermitte
jueves, 29 de noviembre de 2018
No mentirás
Rebelión
Por Marcel Lhermitte *
Las últimas campañas electorales en América Latina nos sitúan en un escenario peligroso y nos proponen un nuevo desafío: brindar todas las garantías para que la ciudadanía tenga certezas de lo que vota sin ser víctima de la manipulación estratégica de los candidatos.
Con los antecedentes de 2017 y los resultados obtenidos, todo hace pensar que las fakes news y los ejércitos de bots tendrán un rol fundamental en las elecciones que se avecinan en América Latina en 2019, por lo que los ciudadanos de El Salvador, Panamá, Guatemala, Uruguay, Argentina y Bolivia deberán tener especial cuidado a la hora de elegir presidentes, así como también, a menor escala, los de Ecuador, México y Colombia que votarán autoridades locales.
La gran fortaleza de la campaña del presidente electo brasileño, Jair Bolsonaro, se basó en las redes sociales, fundamentalmente en el uso del WhatsApp. El prestigioso diario El País de Madrid realizó una investigación, que publicó en sus páginas, en la que analizó grupos de esta aplicación de mensajería que formaban parte de la estrategia de campaña del ultraderechista.
“Se puede encontrar de todo en los grupos a favor de Bolsonaro: difusión de mentiras camufladas como noticias, vídeos que intentan desmentir publicaciones negativas de la prensa, mensajes de desconfianza hacia las encuestas y hacia el sistema electoral, y hasta falsos apoyos de famosos”, dice el artículo de El País, que agrega que “la propia campaña” del ahora electo presidente “distribuye informaciones falsas sin pudor”.
Parte de la estrategia de campaña es combatir a los “grandes medios tendenciosos”, según argumentaban los promotores de los grupos de WhatsApp –aplicación que tienen seis de cada diez brasileños–.
Hoy tenemos certezas de que las fakes news jugaron un papel muy importante en la victoria de Bolsonaro. Sí, hubo gente que votó engañada por la manipulación estratégica del equipo del candidato. Muchas de las mentiras pudieron ser desenmascaradas en el transcurso de la campaña, pero otras no, y quien finalmente resultó engañado es el pueblo. El daño ya está hecho en Brasil y es absolutamente irreparable.
Otra estrategia de campaña basada en la mentira y el engaño a la sociedad es la utilización de bots en redes sociales. Los bots son cuentas falsas que utiliza el equipo de campaña para desinformar ciudadanos, marcar la agenda, dar la sensación de apoyo popular al candidato, etc.
En la campaña presidencial del año 2017 en Chile, el candidato que resultó electo, el actual presidente Sebastián Piñera, tenía un 49% de cuentas falsas, que se dedicaron a las tareas anteriormente mencionadas.
Además, los bots, en muchas ocasiones, generan opinión, porque los medios de comunicación, desprevenidos en alguna oportunidad, publican hechos que ven en las redes sociales sin notar que no se trata de “conversaciones” entre personas, sino entre robots manipulados por un equipo de campaña.
La ciudadanía tiene que estar alerta ante este nuevo escenario, pero fundamentalmente los partidos políticos y los candidatos deben asumir el compromiso de regular y de dar las garantías necesarias para que el pueblo no sea engañado con perversas técnicas de campaña electoral.
De lo contrario estaremos haciendo un daño irreparable a la democracia y al sistema político, que ya se encuentra bastante desacreditado si tomamos en cuenta los estudios del Latinobarómetro 2017, donde consta que los partidos políticos son las instituciones que tienen menos credibilidad del continente.
Es el momento de regular y de brindar certezas. Se debe penar duramente la utilización de bots y de fakes news. América Latina no puede permitirse que nuevos gobiernos se erijan sustentados en las trampas, las mentiras y el engaño. Salvadoreños, guatemaltecos, panameños, argentinos, uruguayos y bolivianos tienen la oportunidad histórica de ganar en transparencia y dar una lección de democracia. De nosotros depende.
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