martes, 25 de octubre de 2016
ONG no quieren abusadores en el Consejo de Derechos Humanos
Por Tharanga Yakupitiyage
La Fundación de Derechos Humanos y UN Watch llamaron a los estados miembros de la ONU a impedir que algunos conocidos abusadores tengan un asiento en el Consejo de Derechos Humanos del foro mundial.
“Es absurdo y escandaloso”, se molestó el director ejecutivo de la organización UN Watch, Hillel Neuer, refiriéndose a la posible reelección de algunos estados al Consejo de Derechos Humanos de la ONU (Organización de las Naciones Unidas).
El organismo “fracasa cuando elige a algunos de los peores abusadores de derechos humanos. ¿Quién habla por los ciudadanos?, no el Consejo de Derechos Humanos”, respondió en conferencia de prensa.
UN Watch, con sede en Ginebra, y la Fundación de Derechos Humanos (HRF, en inglés), con sede en Nueva York, mencionaron la resolución 60/251 para recordar a los gobiernos sus obligaciones de defender los derechos humanos.
Según la resolución, aprobada por el consejo en 2006, los miembros de la Asamblea General deben considerar el aporte de los candidatos con los mayores estándares en la promoción y la protección de los derechos humanos.
En función de esa resolución y de los criterios de varias organizaciones como Freedom House y Reporteros sin Fronteras (RSF), UN Watch y HRF midieron la idoneidad de los 17 candidatos a ser elegidos el 28 de este mes para integrarse al organismo y concluyeron que ocho tienen antecedentes negativos y no están calificados para tener un asiento en el consejo.
Entre esos países figura Arabia Saudita, actualmente uno de los 47 miembros del consejo con sede en Ginebra. Esa nación de Medio Oriente ha recibido varias críticas por las restricciones a la libertad de expresión y de prensa, así como por procesar y encarcelar a los disidentes y críticos del gobierno.
El escritor y activista Raif Badawi fue detenido en 2012 por insultar al Islam y fue condenado a 1.000 azotes y a 10 años de prisión. Además, antes ya había planteado en su blog su preocupación por la falta de libertades en su país.
“Rafi habla la lengua de la libertad con fluidez”, comentó Ensaf Haidar, su esposa y activista saudí-canadiense.
Tras el dictamen, Haidar recibió amenazas de muerte anónimas y se refugió con sus hijos en Canadá, desde donde trabaja para la liberación de Badawi. “Tenemos un solo deseo: estar juntos otra vez”, resumió.
Arabia Saudita, quien está al frente de una coalición contra los insurgentes hutíes en Yemen, también es responsable de la muerte indiscriminada de población civil en ese país.
La Oficina de Derechos Humanos de la ONU estimó que murieron más de 9.000 personas desde el inicio de las operaciones militares en marzo de 2015. El alto comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein, señaló que esa coalición es responsable del doble de víctimas civiles que las dejadas por las otras fuerzas juntas.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, también concluyó que la coalición era responsable de 60 por ciento de niñas y niños heridos y muertos, e incluyó a Arabia Saudita como una de las partes en conflicto que cometió graves violaciones contra menores.
Pero ese país presionó a la ONU amenazando con retirar su contribución económica a varios programas importantes del foro mundial si no lo sacaba de la lista.
“Una vez más, petrodólares y política se impusieron sobre los derechos humanos”, comentó Neuer en diálogo con IPS. Mientras integre el Consejo de Derechos Humanos, Arabia Saudita podrá evitar el examen y seguir violando los derechos humanos, añadió.
“Cuando los violadores de derechos humanos obtienen una falsa legitimidad, la usan para fortalecer su régimen dictatorial y para aplastar la moral de los presos políticos de su país”, explicó.
En junio, Human Right Watch, con sede en Nueva York, y Amnistía Internacional, con sede en Londres, también reclamaron la expulsión de Arabia Saudita del Consejo de Derechos Humanos, por las reiteradas violaciones de derechos humanos.
“No tomar medidas contra las groseras y sistemáticas violaciones de derechos humanos cometidas por Arabia Saudita en Yemen y el uso de su pertenencia al consejo para evitar un examen independiente y asumir su responsabilidad ponen en riesgo la credibilidad, tanto del consejo como de la Asamblea General”, indicó el director del programa Asia Pacífico de Amnistía, Richard Bennett.
UN Watch y la HRF comenzaron su campaña ante ciertos estados miembro de la ONU, como Canadá, Estados Unidos, y los de la Unión Europea, para que se apeguen a los estándares mínimos del consejo y no voten a países con regímenes como el de Arabia Saudita.
No sería la primera vez que un país queda fuera del Consejo de Derechos Humanos por sus antecedentes negativos en la materia.
En 2015, Pakistán, que integró el organismo por tres períodos consecutivos, quedó afuera, lo que resultó un golpe y motivó una “introspección” para conocer sus causas.
En un informe previo a las elecciones de este mes, UN Watch y la HRF concluyeron que Pakistán no estaba apto para ser candidato por sus restricciones a la libertad de expresión, la discriminación contra las minorías religiosas y étnicas y la violencia de género.
Para lograr una hazaña en el Consejo de Derechos Humanos, Neuer dijo que los estados miembro considerados los “principales defensores” de resoluciones de derechos humanos en la ONU deben encabezar la iniciativa.
La embajadora de Estados Unidos en la ONU, “Samantha Power, debería asumir el liderazgo, pero está callada; es inaceptable”, dijo a IPS.
“Sería significativo que las democracias no solo votaran en silencio, sino que hablaran y dijeran que creamos el Consejo de Derechos Humanos para tener otro tipo de membresía y necesitamos defender eso”, arguyó Neuer.
António Guterres, elegido para reemplazar a Ban Ki-moon al frente de la Secretaría General de la ONU cuando termine su mandato a fines de este año, deberá desempeñar un papel importante y garantizar que se cumpla el criterio de revisar los antecedentes en materia de derechos humanos para los elegidos a integrar el organismo, concluyó.
El Consejo de Derechos Humanos está integrado por 47 países miembros y este mes elige a los 14 que ocuparán nuevos lugares.
Además de oponerse a Arabia Saudita, UN Watch y la HRF rechazan a China, Cuba, Egipto, Iraq, Malasia, Rusia y Ruanda.
Traducido por Verónica Firme
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