En medio de una violencia sin precedentes, elevada corrupción y acentuada pobreza, los partidos hondureños iniciaron hoy una millonaria campaña electoral con vistas a los sufragios del 24 de noviembre próximo.
En la puja se disputarán la Presidencia, tres vicepresidencias, 128 escaños del Congreso, otros 20 del Parlamento Centroamericano y sus suplentes y 298 cargos municipales.
Por primera vez en este país centroamericano participan nueve partidos y la contienda arranca con un clima de incertidumbre, en medio del cual la Iglesia católica llamó a hacer propuestas concretas y evitar confrontaciones.
Los medios insisten en que la población pierda el temor a manifestar sus simpatías políticas, algo que parece distante de la realidad después de los rencores dejados por el golpe de Estado que en 2009 derrocó al presidente Manuel Zelaya.
La esposa de Zelaya, Xiomara Castro, aparece a la cabeza de las encuestas como candidata presidencial del Partido Libertad y Refundación con una intención de voto del 19,8 por ciento.
En segundo lugar de preferencias va el presidente del Parlamento y candidato del gobernante Partido Nacional, Juan Orlando Hernández, con 16,7 por ciento, seguido del aspirante liberal Mauricio Villeda, con siete por ciento.
En los comicios participan también los candidatos Orlen Solís (Partido Demócrata Cristiano), Jorge Aguilar (Innovación y Unidad-Social Demócrata/PINU-SD) y Salvador Nasralla (Partido Anticorrupción).
Igualmente figuran el general retirado Romeo Vásquez (Alianza Patriótica Hondureña) y Andrés Pavón por la coalición entre el Frente Amplio Político Electoral en Resistencia y Unificación Democrática.
El medio local Proceso Digital consultó a expertos que desde ya vaticinan un proceso millonario con despilfarro de recursos públicos, así como otros ingredientes de violencia y agresividad.
Según Adán Palacios, coordinador del Mirador Electoral, el costo de la campaña política de este año podría alcanzar el histórico récord de más de mil millones de lempiras (unos 50 millones de dólares), en un país en crisis y endeudado.
Para pedir el voto a los 5.3 millones de hondureños aptos para ejercer el sufragio algunos políticos recurrirán a grandes campañas publicitarias y otros con menos recursos usarán redes sociales, visitas casa por casa y carros altoparlantes.
En el escenario hondureño ya proliferan las banderas, vallas publicitarias, afiches, calendarios, pancartas, gorras, sombreros, camisetas, caravanas, concentraciones, donaciones, y sobre todo muchas promesas. Estas últimas van dirigidas especialmente a los pobres, el 70 por ciento de la población, a las mujeres, el 52 por ciento del electorado, y a los menores de 30 años, el 60 por ciento de los habitantes.
Ejemplo de ello es que en su último discurso, ayer, Villeda llamó a quienes quieran trabajo, educación y seguridad a sumarse a su campaña.
En tanto, Hernández dedicó sus dos últimos actos a las pequeñas empresarias que confeccionan tortillas a quienes obsequió ecofogones, filtros para agua y dos sacos de harina de maíz subsidiada.
Como parte de su campaña, dirigentes del Pinu-SD donaron computadoras a colegios de tres municipios del departamento de Francisco Morazán, informó el medio digital latribuna.hn.
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